

Movilidad urbana sostenible: ¿cómo transformar nuestras ciudades?
Imagina un día cualquiera, el Sol apenas comienza a salir y las calles despiertan con el rugido de motores, el bullicio de la gente y el incesante vaivén de motocicletas y autobuses; todo parece seguir un ritmo conocido. Sin embargo, detrás de esta aparente normalidad, se esconde un gran desafío que nos impacta a todos: la movilidad urbana sostenible. ¿Cómo podemos movernos dentro de nuestra ciudad sin agotar los recursos naturales, sin dañar el ambiente y sin comprometer la calidad de vida de las futuras generaciones?
La movilidad urbana no es sólo un asunto de transporte, es un tema de calidad de vida, justicia social y responsabilidad ambiental. Según proyecciones de la ONU, más del 68 % de la población mundial vivirá en ciudades para 2050. Esto plantea situaciones fundamentales sobre el posible colapso de los sistemas de transporte, la diversificación de medios de transportes como las bicicletas, los autos eléctricos o los sistemas de transporte masivo.
¿Es posible diseñar ciudades donde caminar y convivir con la naturaleza sean las prioridades?
El auge de nuevas prácticas
La pandemia por COVID-19 nos dejó una lección inesperada, que es posible repensar la movilidad. En 2021, muchas ciudades adoptaron prácticas más sostenibles, como la creación de carriles para bicicletas, una mejor gestión de estacionamientos y estrategias de transporte más resilientes frente a emergencias. Según Herlan, el contexto de la pandemia impulsó la necesidad de una movilidad urbana que no sólo respondiera a las crisis, sino que también promoviera sostenibilidad a largo plazo. Este estudio destaca cómo las ciudades inteligentes y las políticas sostenibles han contribuido a transformar los sistemas de transporte al integrar tecnología y planificación inclusiva.
Además, subrayan el importante papel de la colaboración internacional en el desarrollo de estrategias innovadoras, destacando el liderazgo de instituciones como la Universidad de São Paulo en Brasil, que aportó el 17 % de las publicaciones académicas sobre movilidad urbana sostenible entre 2019 y 2023. Estas investigaciones han servido como base para modelos que integran movilidad compartida, infraestructura para bicicletas y sistemas inteligentes de monitoreo de patrones de transporte.
¿Cómo deben ser las ciudades del futuro?
Algunas ciudades ya están liderando con ejemplos concretos. Copenhague invirtió durante décadas en infraestructura para bicicletas, logrando que en sus calles haya más bicicletas que autos. Bogotá inspiró a América Latina con sus ciclovías y su modelo de transporte masivo. París dio un paso audaz con la “ciudad de 15 minutos”, donde cada habitante puede acceder a lo necesario a menos de un cuarto de hora caminando o en bicicleta. Sin embargo, dichas estrategias no siempre son replicables de manera inmediata en países en desarrollo, donde los recursos son limitados y las prioridades urbanas suelen ser diferentes.

Las tecnologías emergentes han demostrado ser piezas clave en la construcción de una movilidad urbana sostenible. Aplicaciones móviles permiten monitorear patrones de transporte en tiempo real, mientras que plataformas digitales fomentan la planificación más participativa.
Con respecto a la sostenibilidad, es importante advertir que, aunque los autos eléctricos son una solución prometedora, sus baterías de litio y los impactos ambientales asociados aún requieren un análisis más profundo. La movilidad sostenible no sólo debe enfocarse en el transporte como tal, sino también en las interacciones entre los factores sociales, económicos y ambientales.
El futuro está en nuestras manos
La movilidad sostenible no sólo implica cambiar infraestructuras, sino también transformar hábitos: caminar más, usar bicicletas, optar por transporte público eficiente e incluso reconsiderar el uso del automóvil particular son decisiones que pueden marcar la diferencia. Pero esto requiere un esfuerzo colectivo, ciudadanos, gobiernos y empresas trabajando en conjunto para diseñar ciudades más habitables.

Entonces, ¿cómo sería una ciudad verdaderamente sostenible? Algunos científicos opinan que la clave radica en una combinación de gobernanza digital, planificación centrada en las personas y colaboración entre sectores públicos y privados. Sin embargo, cada ciudad, con su geografía, historia y cultura, necesita soluciones únicas. Lo que parece innegable es que las decisiones que tomemos hoy determinarán si las ciudades del futuro serán espacios para convivir o para sobrevivir.
¿Qué tanto estás dispuesto a cambiar para transformar tu ciudad? ¿Podemos imaginar un futuro donde las personas, y no los vehículos, sean el centro de nuestras decisiones? La pregunta queda abierta, y las respuestas, como siempre, están en tus manos.

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