Las islas de calor en México: ¿qué son y cómo nos afectan?
Conoce qué es el efecto isla de calor, cómo surge este fenómeno, cómo se relaciona con las olas de calor, en dónde se encuentra y cómo afecta a la población de un lugar.
Hoy te levantas temprano para ir a la universidad. Preparas tu desayuno y, mientras cocinas, abres las ventanas para ver todos los árboles que rodean tu casa. Es una mañana fresca y húmeda. Sales apresurado para no llegar tarde a tu primera clase y tomas el camión. Mientras llegas a tu destino, observas cómo los árboles van desapareciendo gradualmente para convertirse en edificios muy altos, puentes y casas. Has llegado al centro de la ciudad. Bajas del camión y sientes que la calle quema y que el ambiente es muy caluroso. ¿Cómo es posible que en unos cuantos kilómetros la temperatura del ambiente haya cambiado drásticamente de una zona a otra?
Este fenómeno es conocido como isla urbana de calor y ha sido bien estudiado a escala global desde la década de los 60. Sin embargo, se ha ido intensificando debido al calentamiento global, las construcciones de nuevas zonas urbanas, la sobrepoblación humana y la contaminación generada por el tráfico y las industrias.
¿Qué son las islas de calor y qué las causa?
Si vives en una gran ciudad como la Ciudad de México, seguro has experimentado lo que es estar dentro de una isla de calor: como si estuvieras en un horno. El efecto de la isla urbana de calor se produce cuando en una zona urbana, la temperatura es mayor que en los alrededores, especialmente aquellas con una vegetación abundante.
Esto se debe a varias razones.
Una de ellas son los enormes y largos edificios de tu ciudad que no permiten la circulación del aire. Otra razón es el material con el que está construida. Por ejemplo, muchas construcciones están hechas de concreto y de asfalto, materiales oscuros que absorben y retienen el calor.
Además, en las grandes ciudades, la falta de vegetación y cuerpos de agua contribuyen a que el ambiente sea caluroso. Por eso cuando estás en un parque lleno de árboles puedes sentir el ambiente fresco, pero si sales de él y caminas por las calles la temperatura aumenta.
Por último, el uso constante de aparatos electrónicos que generan calor, como computadores, aire acondicionado, electrodomésticos, entre otros.
Y en la Ciudad de México, ¿dónde se encuentran exactamente las islas de calor?
En la CDMX, se han localizado varias islas de calor. Una de ellas es la Reserva del Pedregal de San Ángel, al sur de la ciudad. Ésta es una zona con abundante vegetación, que tiene un suelo de roca volcánica oscura, el cual absorbe una gran cantidad de calor, lo que aumenta la temperatura de la región, volviéndola más calurosa que sus alrededores.
Además, recientemente se ha identificado que algunas alcaldías, como Iztapalapa, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco y Benito Juárez, entre otras, posiblemente tengan islas de calor, ya que se prevé que puedan alcanzar los 33 °C. Sin embargo, la zona más calurosa de la CDMX, sin duda alguna, es el Centro Histórico, específicamente en La Merced, donde se ha registrado una temperatura de hasta 5 °C por encima de la temperatura del resto de la ciudad.
Es importante mencionar, que las temperaturas de las islas de calor pueden variar dependiendo de cada área urbana. Por ejemplo, en la ciudad de Toluca, en el Estado de México, se encontró una isla cuya temperatura en verano es 3 °C más alta en comparación con las áreas rurales que estaban en los alrededores. De igual manera, en la misma época y en la misma ciudad, se identificaron otras islas de calor con valores entre 4 °C y 5 °C más altas que la temperatura de los alrededores.
Las islas de calor ocurren en otras ciudades
Pese a que el fenómeno de islas de calor está muy bien documentado a escala global, especialmente en Grecia y España, este fenómeno es poco estudiado en las grandes ciudades de México.
Monterrey es un ejemplo tangible de este fenómeno, pues la población está expuesta constantemente a las islas de calor ya que, en los últimos años, la zona metropolitana ha incrementado su marcha urbana, eliminando las zonas con vegetación que podrían amortiguar los incrementos de temperatura.
Por un lado, se han identificado algunas islas en zonas industriales dedicadas a la producción de minerales, aceros, cervecerías, cristalerías y en centros comerciales (zona cumbres), que han alcanzado temperaturas de 48 °C. Por otro lado, existen también áreas naturales protegidas, como el Cerro del Topo Chico, y bosques urbanos como el Parque Fundidora, que registran temperaturas más bajas, entre 27 °C y 33 °C. Este contraste en la temperatura refuerza la importancia de preservar, cuidar y desarrollar programas que permitan habilitar más bosques urbanos para mitigar las islas de calor.
¿Podemos estar todo el tiempo dentro de una isla de calor?
¡Por suerte, no! Las islas de calor no se presentan todo el día, ni durante todo el año. Generalmente, ocurren en los meses más calurosos de abril y mayo, o cuando existen condiciones ambientales como el cielo despejado, vientos muy suaves y altos índices de radiación solar. También tiene que ver la localización geográfica, es decir, si vives en una zona alta o baja y si hay montañas alrededor.
Sin embargo, la Organización Meteorológica Mundial notificó que este año podría ser uno de los más calurosos que se hayan registrado, por lo que es posible que tanto en la CDMX como en otras ciudades de la República Mexicana experimentemos islas de calor.
Esta situación es cada vez más constante debido a la sobrepoblación y la rápida expansión de áreas urbanizadas.
¿Podemos hacer algo para mitigar las islas de calor?
Para ayudar a mitigar este fenómeno, se han creado iniciativas como la Cool Roof (techos frescos) en Nueva York. Esta iniciativa promueve el uso de materiales claros o blancos en techos y azoteas verdes.
Además, muchos edificios han sido pintados de blanco. En los Ángeles, por ejemplo, han pintado las calles de blanco y han reemplazado algunos pavimentos de asfalto por otros materiales que son permeables, es decir, que absorben el agua de lluvia para aumentar la evaporación y refrescar el ambiente. Además de estas iniciativas, es necesario proteger los espacios verdes y aumentarlos, y desarrollar materiales de construcción que sean menos dañinos para el ambiente y que no guarden tanto calor.
A medida que las ciudades crecen, las islas de calor urbano se intensifican. Por ello, es necesario un cambio individual y colectivo donde se promuevan iniciativas que ayuden a mitigar este fenómeno.
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