Colibríes y mariposas: leyendas y mitos ancestrales
Hasta la invención de los aviones, el cielo era una frontera negada para la humanidad. Era el dominio de animales como las aves, los murciélagos y los insectos. Cada uno de esos grupos había desarrollado su propia asombrosa estrategia para despegarse del suelo. Así, el vuelo, un misterio anatómico en la Antigüedad, iría rodeándose de un aura mágica con el poder de otorgar respuestas a las preguntas más relevantes de la humanidad.
Veamos algunos mitos y leyendas sobre los colibríes y las mariposas en América y el mundo.
La importancia de las migraciones: estacionalidad y mensajes divinos
Dada la amplia distribución de las aves alrededor del mundo, es natural que hayan protagonizado mitos y leyendas en cientos de culturas diferentes. Al ser capaces de moverse entre la Tierra y el cielo, se les ha reconocido como el nexo entre las personas y los dioses.
Sin importar el continente, la capacidad migratoria de las aves las convirtió en elementos conspicuos en diferentes mundos mágicos, con cualidades muy parecidas. Las enormes bandadas eran interpretadas como mensajes divinos; la llegada de cierto tipo de aves, o su partida, se asumía como anuncio de la primavera o la llegada de los fríos invernales y las etapas de escasez.
Los colibríes y el más allá en América
Grabada en la famosa tumba del rey Pakal, en Palenque, podemos ver la importancia que tenían las aves en la cosmogonía maya, por ejemplo. Había un dios del cielo llamado Itzamnaaj, cuya representación era la de un gran pájaro posado sobre el árbol del mundo.
Las aves tenían tanto valor en esta cultura que incluso los colibríes, algunas de las aves más pequeñas del mundo, eran muy importantes. Una leyenda maya del colibrí dice que, tras haber creado todas las cosas sobre la Tierra, los dioses se dieron cuenta de que no había nada ni nadie que hiciera de mensajero en este nuevo mundo. Tallaron una pieza de jade hasta darle la forma de una flecha pequeñita para luego otorgarle el soplo de la vida, naciendo así el colibrí.
Al haber sido tallada de una piedra preciosa, el ave obtendría su inconfundible iridiscencia, que a los científicos les sirve mucho para identificarlas. Siendo depositarios de los pensamientos y los deseos de los dioses, los colibríes se convirtieron en heraldos tanto de las buenas como las malas noticias. Con el tiempo, también se comenzó a decir que, si veías un colibrí, significaba que alguien estaba pensando en ti.
Los aztecas tenían una idea sobre los colibríes un poco menos romántica. Huitzilopochtli, cuyo nombre significaba “colibrí zurdo”, era el dios de la guerra y se adornaba con plumas de estas aves. No debería ser una sorpresa si la leyenda dice que Huitzilopochtli nació armado y listo para combatir. Y tiene sentido, ¿alguna vez han visto a los colibríes peleando?
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No es raro que haya tantas leyendas sobre colibríes en América, pues son aves endémicas de este continente y hay más de trescientas especies, pero el espacio es limitado y ellos están muy ocupados manteniendo sanos los ecosistemas a través de la polinización y el control de insectos, pero no de los insectos que vamos a conocer a continuación.
Mariposas, las viajeras entre mundos
Millones de años antes de las aves, los insectos ya volaban. El origen de las alas en los insectos sigue siendo un misterio evolutivo, pero si algo es cierto, es que hace 400 millones de años el zumbido de sus alas ya inundaba el aire encerrado entre los árboles en los bosques del periodo devónico.
En esas épocas, no había quien contara leyendas sobre ellos, así que haremos un gran salto en el tiempo hasta el presente para conversar un poco sobre mariposas.
A diferencia de los colibríes, las mariposas tienen una distribución mundial, ¡con más de 17 mil especies! Así como las aves, estos coloridos insectos han sido constantemente relacionados con el más allá. A veces de forma muy directa, como en Japón, donde aparte de las analogías habituales de cambio y renovación, existe la creencia de que al morir una persona el alma abandona su cuerpo en forma de mariposa blanca para visitar su hogar una última vez antes de irse, como una señal de que desde donde estén todavía se preocupan por las personas que amaban.
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En América Latina, tenemos creencias similares respecto a las mariposas. Se decía que estas eran las almas de los guerreros caídos en batalla, y volviendo al tema de la migración, se pensaba que el arribo anual de millones de mariposas monarca al centro de México marcaba la visita de los guerreros del pasado, a los que se debía presentar el debido respeto.
Mariposas, colores y su significado en diferentes culturas
Así como en Japón las mariposas blancas representaban el alma de un ser querido, otras culturas tenían sus propias ideas sobre el significado del color de estos insectos. El verde suele ser asociado a la vida floreciente, claro está, y en China representa la bondad y el amor. El color rojo en las mariposas tiene muchos significados, para unos es peligro, para otros es pasión y fortaleza de espíritu.
Los que no quisieron limitarse a un color fueron los de la nación Pueblo, al suroeste de Estados Unidos. Tienen una leyenda en la que su dios metió todos los colores bellos del mundo en un costal, lo agitó, y cuando lo abrió salieron volando las mariposas para alegría de los niños de su gente.
No siempre se les ha tenido en tan alta estima, algunas leyendas rusas decían que eran brujas disfrazadas, para los coreanos las mariposas rojas tienen un demonio en su interior y en muchas partes del mundo a las polillas o mariposas de color negro se les considera mensajeros funestos, al grado de que se les llega a lastimar por culpa de esa creencia. No lo hagan.
Ecológicamente hablando, las mariposas son muy importantes. Su presencia o ausencia indican el estado de salud de un ecosistema, además de cumplir una importante labor como polinizadores.
Para diferentes culturas, los animales voladores forman el nexo de la humanidad con otros planos, con el más allá. Nuestra alma y deseos viajaban tomados de sus alas. Sin embargo, en este mundo en el que convivimos, su existencia se encuentra amenazada. Estudiar a los viajeros del cielo desde su faceta mitológica hasta su importancia ecológica aporta en su conservación. Y conocer es proteger.
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