El violentómetro, herramienta para detener la violencia en pareja
¿Cómo en una pareja hombre-mujer se puede pasar de que él le haga bromas hirientes a ella hasta que la pueda asesinar? Parece una pregunta para escribir el guion de una película de terror, sin embargo, en la vida real, es probable que suceda. Ésta es una de las razones por las que se creó el violentómetro.
¿Qué es el violentómetro?
Hace 14 años, mujeres de la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género (UPGPG) del Instituto Politécnico Nacional se preguntaron cómo podrían evitar que más mujeres de su comunidad se expusieran a las agresiones que implica una relación de pareja violenta. Su respuesta fue diseñar una imagen que mostrara cómo esa violencia se va agravando hasta poner a la mujer en peligro de muerte. Así nació el violentómetro. Esta especie de termómetro inicia con color verde para indicar que la violencia puede seguir avanzando cuando hay formas “leves” de agresión; pasa al amarillo, para advertir la necesidad de ¡reaccionar ya!; y rojo para indicar que necesitas apoyo de profesionales para ser capaz de detener la violencia y salvar su vida.
Esta herramienta ha resultado muy útil para visualizar cómo agresiones cotidianas deben ser consideradas alertas en una relación de pareja. Quienes reciben la agresión pueden estar a tiempo para evitar poner en riesgo su vida y quienes la ejercen, darse cuenta del nivel en que se encuentra su nivel de descontrol, así como su incapacidad para manejar el enojo. Todos deberíamos tenerla presente, porque la violencia en las relaciones de pareja, tristemente, sigue causando estragos.
¿Por qué se creó el violentómetro?
Los datos más recientes revelan que en 2021, de los 50.5 millones de mujeres de 15 años y más, 94 % había tenido o tenía alguna relación de pareja. De ellas, 40 % había experimentado algún tipo de violencia en su relación actual o en la última; 19 % había vivido específicamente violencia física o sexual por parte de su pareja a lo largo de la relación y 35% había tenido daños físicos como consecuencia. Todos estos son datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021.
El violentómetro coloca en el nivel verde las bromas hirientes, chantajes, mentiras, engaños, descalificaciones, celos, culpabilizar, ridiculizar u ofender, así como humillar en público. Todas éstas son expresiones de violencia psicológica. La ENDIREH encontró que, en el momento en que encuestaron, 35 % de las mujeres vivían ese tipo de violencia de parte de su pareja.
El control o prohibición de amistades, familiares, otras personas, dinero, vestimenta, apariencia, actividades, del celular, entre otras cosas, son agresiones del nivel amarillo del violentómetro y que la ENDIREH dice que las experimenta un 19 % de las mujeres.
Las agresiones físicas como caricias agresivas, golpear “jugando”, pellizcar, arañar, empujar, jalonear y cachetear, ser amenazada con objetos o armas, recibir amenazas de muerte, ser forzada a una relación sexual, a abuso sexual o violación, o ser asesinada son las que el violentómetro ubica en color rojo. Específicamente la violencia sexual, la ENDIREH la contabilizó en 23 %.
Como la violencia se sigue sofisticando y adaptándose al contexto, en su última versión, al violentómetro se le agregó: acechar o stalkear en redes sociales; la “sextorsión”, difundir en redes sociales contenidos íntimos sin consentimiento; y al asesinato, se le llamó feminicidio, con la intención de visibilizar el término que representa una emergencia nacional.
¿Sufres o has sufrido violencia? Considera estos puntos
Pero una vez que identifico las formas de violencia que vivo, ¿qué puedo hacer? ¿Debo alejarme para ponerme a salvo? La respuesta es sí, lo más pronto posible y desde que las agresiones están en el color amarillo del violentómetro. Sin embargo, puede que no sea sencillo y hay que reconocerlo, además de que necesitas un plan para lograrlo. Mientras lo haces, idealmente de la mano de una persona de tu confianza, te sugerimos considerar lo siguiente:
- El abuso puede ocurrirle a cualquier persona. No importa si tienes título universitario, dónde vivas, cuántos años tengas, tu género u orientación sexual o estado civil.
- Cualquiera que sea la agresión del violentómetro que estés recibiendo, pide ayuda lo más pronto posible.
- Tú no mereces la violencia que recibes, aunque tu pareja te lo diga. Tu pareja es responsable de sus acciones. La violencia y el abuso nunca son culpa de la víctima.
- Si consideras que el abuso es un signo de que tu pareja te ama, no es así. El amor romántico te hace creer que la pasión a veces se puede desbordar y que el abuso físico puede ser una muestra de amor.
- Si a veces tu pareja es amable contigo, puede ser parte del ciclo que utilizan los abusadores: agredir para luego compensar o hacerte sentir especial y amada, pero luego volverá a agredir de una manera más violenta.
- Nadie, ni siquiera tú, puedes sanar a tu pareja abusiva. Sólo la persona puede decidir si busca ayuda profesional. Tú debes cuidarte a ti y hay personas que te pueden ayudar.
Sin duda, el violentómetro nos deja más claro que en México, y en todos los países en los que se ha traducido para acercarlo a su población, que agredir a las mujeres nunca será opción para nadie.
Por Georgina Montalvo
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