El núcleo de la Tierra se ha detenido y cambiado su ruta: ¿qué está pasando con él?
El núcleo de la Tierra se ha detenido y cambiado su ruta: ¿qué está pasando con él?

El núcleo de la Tierra se ha detenido y cambiado su ruta: ¿qué está pasando con él?

La noticia de que el núcleo de la Tierra se ha detenido puede despertar una reacción de terror, cuya consecuencia derivaría en un final catastrófico para la superficie terrestre, ¿cierto? Pero no hay nada más alejado de las versiones fantasiosas que exploran esta posibilidad.  

En la década de 1920, fue aceptado por la comunidad científica internacional que el núcleo interno tiene su propio movimiento de rotación y que es posible que continúe en crecimiento debido a que el núcleo externo se reduce.  

La nota de una desaceleración y cambio de dirección en la rotación del núcleo ha tomado por sorpresa al mundo, sin embargo, debe considerarse que este fenómeno significa una oportunidad para acceder a más información que puede llevarnos a conocer el interior de nuestro planeta, ¿qué efectos tendrá este hallazgo?, ¿realmente es algo que está sucediendo ahora o se trata de un fenómeno cíclico? 

¿Qué es el núcleo de la Tierra? 

Gracias al estudio de las ondas sísmicas que se propagan al interior de la Tierra, los científicos han determinado que a ciertas profundidades hay variaciones bruscas de velocidad relacionadas con las zonas donde cambia la composición, densidad y temperatura de los materiales. ¿El resultado? La definición de dos capas: un manto y un núcleo.  

Composición del núcleo 

En el caso del núcleo, su composición lo ha definido como núcleo interno y núcleo externo. El primero es una esfera metálica de un tamaño semejante a la Luna que se constituye principalmente por hierro y níquel fundidos a temperaturas que rondan los 4000 ºC; a éste le rodea una capa de hierro líquido, el núcleo externo.  

Al estar flotando el núcleo sólido en el núcleo líquido, el primero se mece, haciendo un movimiento de rotación. Esta fricción genera corrientes eléctricas de tal fuerza que crean un campo magnético capaz de cubrir nuestro planeta. Sin embargo, cabe decir que su estudio está desfasado del tiempo geológico de la Tierra, lo que nos lleva a preguntarnos cómo es que sabemos lo que sabemos del núcleo. 

¿Cómo se sabe lo que se sabe del núcleo terrestre? 

Los sismos generan dos tipos de ondas, que se propagan a distinta velocidad en función de los ambientes internos del planeta, las ondas primarias son más rápidas y se presentan en materiales sólidos, líquidos o gaseosos, mientras que las ondas secundarias sólo se difunden en sólidos. Al estudiar el cambio de velocidad de las ondas primarias a una profundidad aproximada de 5000 km, los científicos han definido el límite entre un núcleo sólido (interno) y un líquido (externo).  

En la década de 1990, la comunidad científica halló evidencia que permitió afirmar que el núcleo interno giraba con mayor velocidad que el resto de las capas terrestres y en la misma dirección que el resto de la Tierra. Desde aquella época, los científicos han estudiado las ondas sísmicas, concluyendo que la rotación del núcleo interno puede incrementar o disminuir su velocidad.  

El reciente estudio publicado en la revista científica Nature Geoscience afirma que, tras años de análisis de las ondas sísmicas, la rotación del núcleo interno se ha detenido recientemente y ha tenido un retroceso en su oscilación, algo que podría tener efectos en la duración de los días y los cambios en el campo magnético de la Tierra. Sin embargo, repetimos, se debe considerar que dicha investigación confirma lo avanzado en el campo de la ciencia respecto a que la Tierra sigue en formación, es decir, es prematuro aún arrojar conclusiones fatalistas sobre esta desaceleración por el tiempo geológico del núcleo y el de nuestras investigaciones sobre él. 

¿Qué podemos decir, entonces, sobre el núcleo de la Tierra? 

De entre los muchos estudios existentes sobre el tema, hay otro de la Universidad de California, en 2022, que afirma que el núcleo interno se detiene y cambia de velocidad cada seis años. 

Por otro lado, la Universidad de Stony Brook pone en entredicho ambos hallazgos argumentando que los datos interpretados mediante las ondas sísmicas se deben a los cambios físicos del núcleo interno y no a su movimiento. 

En conclusión, no es posible confirmar si lo que se propone en lo expuesto como un gran encabezado digno de ser tendencia en redes sociales es cierto. Lo que es seguro es que el núcleo de la Tierra tiene ciclos, pero su duración aún es poco certera y los efectos mencionados no pueden asumirse como inapelables.   

El hecho de que un día sea una milésima de segundo más corto ahora que hace 53 años no es algo que vaya a afectar en el día a día de la población mundial, pero es fundamental, porque da nuevas pautas para completar el rompecabezas que podría explicar la formación terrestre, sus ciclos, y nuestra interacción con este planeta y otros cuerpos celestes.  

Por Gabriela Sánchez Figueroa  

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