Imagen metafórica de salud mental: dos caritas, una feliz y una enojada Imagen metafórica de salud mental: dos caritas, una feliz y una enojada

¿Qué es la personalidad y cómo modificarla sin fracasar en el intento? 

23 agosto, 2024
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Actualmente se cuenta con más información para cambiar ciertas conductas que no nos vienen bien en nuestro día a día. Pero ¿cómo podrías realizar un cambio significativo y olvidarte de los viejos patrones? Para ello, empecemos por conocer qué es la personalidad. 

¿Qué es la personalidad? 

Se atribuye el origen de la palabra personalidad al griego πρόσωπον (prósopon), que significa “máscara”. En el teatro griego, las máscaras eran utilizadas por los actores para representar personajes sin dejar de ser ellos mismos. No tenían que pensar en cómo reaccionar, la máscara ya tenía petrificada la reacción de tristeza, enojo, orgullo o cualquiera que fuera la actitud más significativa del personaje. 

Nuestra personalidad es como esa máscara con la que nos presentamos ante la gente que permanece casi invariable. Puede definirse como “el conjunto de sentimientos, pensamientos y reacciones que la persona expresa de manera consistente y se sostienen a lo largo del tiempo y situaciones”. 

En pocas palabras, nuestra personalidad consiste en todo aquello que hacemos consciente e inconscientemente y nos distingue. Es una forma de pensar, sentir y actuar que nos hace predecibles frente a las personas que nos conocen o fácilmente identificables por los que no nos conocen. 

Continuemos por saber que la personalidad tiene dos grandes factores, el temperamento y el carácter, y vamos a explicarlos para que sepas qué tanto puedes cambiarlos. 

Niña tapándose la cara con emojis

1. Temperamento

El temperamento es la base heredada de la personalidad, es decir, genéticamente nacemos con una estructura y fisiología similar a la de nuestros padres y sobre todo a la de nuestros abuelos, lo cual hace que, así como tenemos orejas, ojos y cabello similares a ellos, también nuestro cerebro y células de todos los sistemas sean similares en forma y función. 

Eso significa que, por ejemplo, si nuestros padres o abuelos tenían tendencia a enojarse por factores externos, segregaban mucha adrenalina y cortisol, sus células al regenerarse y hacer mitosis quizás iban teniendo más receptores para esos neuropéptidos. Cuando tuvieron hijos, heredaron células con más receptores de adrenalina o más producción de adrenalina. Quizás como hijos, tenemos ciertas tendencias fisiológicas a enojarnos o deprimirnos aun cuando no vivimos esos sucesos. 

Persona deprimida

¿Cómo cambiar el temperamento? 

Por fortuna, nuestro temperamento sólo es la base y, aunque sí podríamos heredar tendencias, hay investigaciones actuales que sugieren que existe la posibilidad de cambios epigenéticos, es decir, de hacer modificaciones en nuestros genes al exponernos ahora a muchas sensaciones agradables y crear más receptores de serotonina, dopamina y endorfinas.  

Si experimentamos más dichas sustancias, nuestro cerebro puede hacer cambios que regulen nuestras emociones y por consecuencia nuestras conductas. Además, la mayor parte de nuestra personalidad corresponde al carácter, es decir, a la parte aprendida a través de las circunstancias y sucesos a los que nos vemos expuestos psicológicamente.  

2. Carácter

Nuestra personalidad no sólo depende de la herencia, sino que hay una gran intervención de nuestro contacto con el medio ambiente. Por ejemplo, imagina una persona que hereda un temperamento depresivo, pero al ir creciendo sus padres toman terapia y cambian sus formas de percibir el mundo. Comienzan a realizar conductas para procurar el bienestar de la familia al planificar actividades divertidas, de contacto afectivo y corrigen conductualmente todo aquello que los hacía sentir tristes.

 

Al crecer, sus hijos van creando nuevas células que les permiten segregar y sostener mayores cantidades de serotonina en sangre, motivo por el cual jamás se enteran de que podían haber sido depresivos y, en consecuencia, como si fueran atletas psicológicos bien entrenados para identificar y crear momentos felices, crecen y jamás necesitan un inhibidor de la recaptación de serotonina, es decir, un antidepresivo. 

@persoanalisis

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Factores agregados para cambiar la personalidad 

Ahora que ya sabes que sí heredas tendencias de personalidad, pero que no necesariamente se hacen una máscara de hierro impenetrable gracias a que nuestro carácter es modificable si logramos cambiar nuestras conductas y circunstancias externas, vale la pena considerar estos factores agregados que podrían darte un empujoncito al cambio de temperamento y carácter, es decir, a cambiar tu personalidad. 

1. Cambiar tu forma de pensar

Es fácil decirlo, pero en este factor vas a tener que invertir mucho tiempo de tu vida ya que la mayoría de la gente suele tener un diálogo interno poco positivo constantemente y, en muchos casos, reforzador de su condición externa. Incluso hay investigaciones que afirman que las personas que pasan más tiempo pensando son las que menos disfrutan el presente. 

Piensa mal y acertarás, piensa bien y también. Si logras apagar esos pensamientos primero por medio de la meditación como herramienta y después grabas nuevas programaciones en tu mente, será muy probable que aciertes cada vez más y logres materializar tus visualizaciones positivas. 

Pero, si no sacas esa basura mental de tu mente con terapia, meditaciones o cualquier otra técnica, habrá pocas probabilidades de que logres modificar tu personalidad, es decir, la forma en la que percibes e interactúas con la realidad. 

2. Cambiar tu forma de hablar

Freud decía que comenzamos a generar neurosis cuando comenzamos a generar lenguaje, ya que copiamos las palabras de nuestros padres y comenzamos a repetir frases que se convierten en nuestras creencias acerca de la realidad. 

Entonces, la clave está en, después de haber vaciado tu mente en terapia o meditando, lograr ingresar a tu cerebro afirmaciones, mantras o ideas que se programen neurolingüísticamente y generen nuevos engramas cerebrales que permitan que te expreses de manera diferente. Puedes comenzar por callar esos pensamientos negativos y elegir sólo palabras que sean congruentes que te generaren bienestar. 

3. Cambiar tu forma de comportarte

Einstein dijo que si siempre obtienes los mismos resultados es porque seguramente estás actuando de la misma forma. Luego, intenta actuar de manera diferente y cambia patrones conductuales que no funcionan; no importa si los nuevos tampoco funcionan mucho que digamos, pero al menos estás arriesgándote a encontrar una mejor opción para hacerlo. 

4. Cambiar tu aspecto físico

Pareciera un factor superficial en términos psicológicos pero, resulta que la mejor forma de sentirnos seguros es teniendo la posibilidad de mirarnos al espejo y ver algo que nos guste un poco más cada día. Puedes peinarte diferente, arreglarte diferente o simplemente sentirte que estás presentable y listo o lista para lo que sea. 

Es la capa externa de la cebolla y muchas veces nada tiene que ver con cómo te sientes por dentro, pero cuando menos ya no tienes que preocuparte socialmente, ya que has hecho tu mejor esfuerzo por lucir bien y te sentirás mejor que si no lo hubieras hecho. 

Una mujer feliz en amarillo y un hombre triste en morado

5. Cambiar tu rumbo de vida

Finalmente, es de sabios cambiar de opinión y, si llevas años tratando de hacer algo que no resulta y de pronto decides descansar e intentar algo nuevo, quizás te pongas en sincronía con las necesidades de otros y logres el éxito. 

Por ejemplo, si llevas años queriendo destacar vendiendo un tipo de producto y de pronto decides agregar a tu oferta otro artículo que aparentemente no era el más vendible, quizás resulte que ese sea tu mayor éxito de ventas y, tan sólo bastaba con abrirse a las nuevas posibilidades. Lo cual no implica abandonar los esfuerzos originales, pero si diversificar para poder lograr o incluso sostener tu gusto original, con nuevas posibilidades de acción. 

En conclusión, no importa si tu temperamento o la pequeña parte de tu personalidad que es heredada no es fantástica, la realidad es que la mayor parte de ella está conformada por tu carácter, que está relacionado con las experiencias, las cuales sí puedes elegir cambiar, quizás comenzando por intentar percibir las situaciones de manera diferente. 

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