Persona con un condón en la boca para representar el Día Internacional de la Salud sexual Persona con un condón en la boca para representar el Día Internacional de la Salud sexual

Día Mundial de la Salud Sexual: ¿cómo tener relaciones positivas? 

Desde el año 2010, cada 4 de septiembre, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés) lo destina a hacer ruido para que todas las personas, al menos en los 60 países que participan, echemos un vistazo al estado de nuestra salud sexual. ¿Lo habías pensado? 

Cada año, la WAS sugiere revisar un tema en especial y este 2024 nos invita a reflexionar sobre qué tan positivas son las relaciones afectivas que tenemos. Quizá te surja la duda: ¿y eso qué tiene qué ver con mi sexualidad? ¡Todo! Porque los vínculos afectivos son uno de los cuatro componentes de la sexualidad humana. Los otros tres son la reproductividad, el erotismo y el género. 

Los 4 componentes de la sexualidad 

Veamos con detalle cada componente de la sexualidad. 

1. Reproductividad 

Tiene manifestaciones psicológicas y sociales porque no sólo se limita al evento biológico de la concepción, embarazo y parto, que tiene como objetivo dejar descendencia en el mundo. 

“¿Y si no quiero ser padre o madre, cómo ejerzo mi reproductividad?”, puedes cuestionarte. Lo haces cuando cuidas a otro ser vivo, sea o no de tu familia, incluso puede ser una mascota o plantitas, porque en el cuidarle imprimes algo de ti y dejas huella importante para ese otro ser. 

Mujer con una carita feliz en las manos

2. Erotismo

A través de los cinco sentidos, toda persona tiene la capacidad de sentir placer o incomodidad, algo agradable o desagradable. Cada estímulo que recibe una persona le genera una sensación u emoción que le hace vivir su erotismo en todas las etapas de su vida, por tanto lo erótico no sólo tiene que ver con un encuentro sexual, pues desde que nacemos hasta que morimos, está presente el erotismo. 

Flor que representa el órgano sexual femenino

3. Género

Desde hace siglos, se ha relacionado con la idea que tiene cada persona respecto a la pertenencia a los grupos definidos por la anatomía de los genitales (si naces con vulva, eres mujer; si naces con pene, eres hombre) y, a partir de ello, se solían adoptar roles o estereotipos socialmente asignados. Lo femenino para las mujeres y lo masculino para los hombres. 

Sin embargo, y aunque algunas personas se resistan a creerlo, se ha comprobado científicamente que los seres humanos no se pueden clasificar de acuerdo con ese binarismo, ni físicamente, ni biológicamente, ni hormonalmente, ni neurológicamente, de ahí que hay géneros no binarios y cada persona sabe con qué identidad de género se identifica, de las existentes o una distinta y novedosa. 

Símbolos de la comunidad LGBTQ+

4. Vínculos afectivos

Como parte de la evolución humana, toda persona tiene la capacidad de sentir cariño intenso por otros seres humanos y no humanos. Cada vínculo se establece cuando hay disponibilidad o indisponibilidad de ese otro ser, de acuerdo con las ideas personales de quienes establecen la relación. El amor y el odio, y el rango de sentimientos entre uno y otro, atraviesan cada relación. 

Lo interesante de los cuatro componentes de la sexualidad, propuestos originalmente por el médico y sexólogo mexicano Eusebio Rubio, es que cada uno interactúa con los otros. 

Relaciones positivas 

Volviendo a las relaciones, ¿qué es una relación positiva? ¿Con quién podemos establecerla? 

Antes de responder, aclaremos que no sólo nos referimos a las relaciones de pareja, pues es común que al pensar en una relación, nuestra mente imagine de manera inmediata a la de pareja. ¿Curioso, no? Porque nadie suele anunciar “estoy en una nueva relación de amistad” o “me acabo de comprometer en una nueva relación de trabajo”. Eso es porque socialmente el amor romántico tiene un peso abrumador que pareciera que es lo único que nos debe importar, y que si no tenemos una relación de pareja vivimos en soledad, tristes, con ojeras y sin ilusiones. 

Lo fabuloso es que podemos decidir quitarle un poco de peso al amor romántico y darnos cuenta de que hay múltiples relaciones que pueden alimentar muchísimo nuestro ser. Una relación positiva se establece entre dos personas con habilidades para sentir empatía, hacer algo una por la otra y mostrar interés mutuo por el bienestar de ambas. 

Imagen metafórica que representa la empatía y la igualdad

La empatía implica no juzgar lo que está sintiendo tu amigo, tu vecina, tu familiar, quizá algún compañero de trabajo o tu pareja, quien quiera que sea con quien tienes interés de establecer una relación positiva. Tras no juzgar sus sentimientos —especialmente ante una situación estresante para esa persona—, te conviertes en un apoyo emocional que puede actuar para resolver y así ayudar a que se sienta mejor. 

¿Quién no desearía tener siempre relaciones positivas? 

Desde inicios de este siglo, la Psicología Positiva ha tenido especial interés en sustentar que la vida social contribuye a que las personas tengamos experiencias positivas. Por supuesto, como no todas las personas tenemos las mismas posibilidades de vivirlo así, porque la sociedad tiene contextos que no ayudan a ello, nadie se salva de tener relaciones que no le dejan ningún bien. 

Hay dos preguntas iniciales para que valores si una relación está siendo o no positiva para ti: 

  1. ¿La relación es recíproca? Es decir, ¿una hace sentir bien a la otra persona y ésta corresponde? 
  2. ¿Tú eres igual de importante para la otra persona que ésta para ti? 

El detalle es que las debes responder con absoluta sinceridad porque a veces nos contamos la historia “sí, claro que soy igual de importante para ella o para él”, pero a veces nos la inventamos para no sentir el dolor de que en realidad no es así. Ya si te animas a hablarte con la verdad y nada más que la verdad, y descubres que la relación no es pareja, hasta te ahorras tiempo de escarbar en los detalles. Pero si gozas de que los cuidados, el amor y la importancia son de ida y vuelta, ¡deseamos que tu relación dure por mucho tiempo! 

Pareja joven en un momento íntimo

Sistema de valores 

La confianza, el respeto y la comprensión son otros componentes insustituibles en una relación positiva. Hace tanto bien tener una relación así, que está comprobado científicamente que el bienestar emocional se traslada a la salud física, especialmente del corazón, y que la felicidad y más años de vida se relacionan más con tener relaciones positivas, que con el progreso económico. 

Sucede proporcionalmente a la inversa si la mayoría de tus relaciones son negativas. Así que hoy, no importa el día que nos estés leyendo, crea una lista de cómo andan tus relaciones más significativas y haz lo necesario para ganar bienestar emocional. Tu cuerpecito, tus emociones y tu humor te lo agradecerán. 

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