Whitexican, la palabra que señala la desigualdad social
Desde hace unos años, al lenguaje mexicano se ha incorporado el término whitexican, el cual hace referencia a personas que tienen una posición social privilegiada y que hacen alarde de ella, ignorando el entorno cultural que se vive en México y en el mundo. ¿Cuándo y por qué surgió este vocablo? ¿Cuáles son las implicaciones sociales derivadas de la visualización de este sector? En esta nota, abordaremos estas interrogantes y enfatizaremos por qué no puede considerarse racismo.
¿Qué es ser un whitexican?
Whitexican es un vocablo que combina las palabras white (“blanco”) y mexican (“mexicano”), el cual se utiliza coloquialmente para referirse a gente nacida en México o que cuenta con la ciudadanía mexicana, en su mayoría de clase alta, cuyas características físicas y culturales reflejan una identidad, un estatus y un estilo de vida que se asemejan más a valores extranjeros que a los propios de la nación.
El vocablo hace referencia al color blanco por ser la tonalidad de piel que, históricamente en México, está asociado con los grupos de poder. Sin embargo, más que apuntar al color de piel de estas personas, lo que se satiriza son las actitudes discriminatorias y racistas de este sector, así como la inconexión que revelan en sus publicaciones acerca del entorno social, económico y estructural de la sociedad mexicana. Es una manera de nombrar un aspecto ideológico de la estructura social mexicana.
Algunos editorialistas, apuntan que el término whitexican fue acuñado y popularizado a través de las redes sociales: en Instagram es un hashtag que acompaña de manera satírica, miles de fotos y en X (antes Twitter) forma parte básica del vocabulario por lo menos desde 2018.
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Racismo y discriminación en México
Debido a las connotaciones que tiene el término whitexican, se ha dicho que éste es racista y que emplearlo en nuestra habla es una especie de “discriminación a la inversa”. Sin embargo, no hay forma de sustentar estas afirmaciones. El racismo es definido por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) como el “odio, rechazo o exclusión de una persona por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, que le impide el goce de sus derechos humanos. Es originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra”.
El principal antecedente de la discriminación en México lo encontramos en el sistema de castas impuesto por el gobierno colonial español entre los habitantes del territorio. Durante la época virreinal, las instituciones administrativas establecieron protocolos de exclusión entre la gente basados en la pureza de sangre, donde la “sangre española” era considerada la más digna, mientras que la “sangre africana” era vista como la de menor valía.
Tras la independencia de México, en 1821, y la Constitución de 1824, los mexicanos dejaron de estar categorizados por raza. Pese a ello, el sistema de linajes y herencia dejó su huella en las diversas estratificaciones sociales en los siglos posteriores.
A pesar de que hemos tenido presidentes de extracción indígena y afromexicana, en México existe una fuerte correlación entre el color de la piel y la condición socioeconómica y de poder. Así lo demuestran estudios sociológicos como PERLA (Proyecto de Etnicidad y Raza en América Latina) de la Universidad de Yale en 2010, el de la encuesta de Movilidad Social del INEGI en 2017, y el del Seminario sobre Desigualdad Económica de El Colegio de México en 2019, quienes concluyen que las personas con piel más blanca suelen tener más ingresos, mejores niveles educativos y ocupar posiciones más privilegiadas que las personas con tono de piel moreno.
Esto no implica que todos los individuos de tez blanca gocen automáticamente de estos privilegios, ni niega la existencia de personas de piel morena en posiciones elitistas. Sin embargo, esto es bastante inusual y las oportunidades para acceder a tales espacios son limitadas para las personas morenas. El color de piel forma parte del sistema que fundamenta y mantiene la significativa desigualdad en el país.
Considerando las definiciones previas y las connotaciones comúnmente asociadas con el racismo, se señala que el uso de whitexican no posee características racistas, ya que no implica persecución, segregación, odio o rechazo a ningún grupo en específico. Como tampoco amenaza ni dificulta el ejercicio de los derechos humanos o genera un sentimiento de superioridad.
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Implicaciones sociales
La visualización de este sector privilegiado incluye debates sobre la equidad y la representación en diversos ámbitos, como la política, los medios de comunicación y la cultura popular. También ha estimulado conversaciones sobre la necesidad de abordar las disparidades económicas y educativas en México, así como la importancia de fomentar la inclusión y la diversidad.
La crítica a los whitexicans es un señalamiento al privilegio heredado, a la forma en que está constituida la sociedad y un cuestionamiento a la ideología que defiende conceptos como la meritocracia donde cada individuo puede ascender socialmente en función de sus logros y esfuerzos: “el pobre es pobre porque quiere” es una de las frases más trilladas de este grupo.
Como mencionamos al principio, el término whitexican sirve como una herramienta lingüística que poner de manifiesto tensiones sociales y racistas en México, a fin de señalar y visualizar las deficiencias de una sociedad poco inclusiva.
Por Gabriela Sánchez Ibarra
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