La menstruación y la idea sobrenatural en el pensamiento indígena
En torno a la menstruación, hay una serie de significados que cada cultura ha producido creando diferentes concepciones sobre este acontecimiento biológico relacionado con la reproducción humana.
Desde tiempos remotos, el cuerpo es un entramado de representaciones que determinan en gran medida la forma en la que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.
La menstruación en algunas comunidades indígenas
Las raíces judeo-cristianas son las que con mayor evidencia interactuaron en el territorio latinoamericano, generando un estigma hacia la menstruación como algo impuro y que necesariamente tenía que ser ocultado por considerarse vergonzoso e, incluso, pecaminoso. Hoy, los efectos de este estigma siguen pesando sobre la conciencia del común de las sociedades, especialmente en la relación que tienen las mujeres con sus cuerpos.
Para algunas comunidades indígenas, la comprensión de la menstruación está atravesada por los mitos. Por ejemplo, para el pueblo norteamericano de los Yuchi, el Sol es el causante de la menstruación; el origen de sus ancestros proviene de una gota menstrual en el cielo. Por otra parte, en el pueblo de los Guajiros la menstruación está relacionada con la Luna en conjunción con el Sol, ya que éstos son los encargados de distribuir las funciones en el mundo.
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De esa misma manera, en la región sudamericana del Chaco, la Luna es un factor mítico importante en el proceso menstrual. En algunos registros sobre el pueblo Wayu de Colombia, se ha observado que cuando una mujer empieza a menstruar se lleva a cabo un rito de paso donde es sometida a un proceso de reclusión. Cuando este periodo termina, la mujer está lista para casarse. Los días siguientes es alimentada con una dieta particular que consiste en unos vegetales llamados juagapi. Se llevan a cabo baños con frecuencia y se les instruyen en algunas labores. Para el pueblo Kokora, la menstruación es motivo de celebración. Se elabora un banquete donde se sirve carne y plátano en abundancia.
¿Qué representa la menstruación?
Para las antiguas culturas americanas, la menstruación estaba relacionada con dos elementos:
- Elemento cíclico. El ciclo menstrual está relacionado con el ciclo lunar de veintiocho días. Así como la Luna tiene efectos sobre la tierra, específicamente sobre la agricultura. En la mentalidad de los nahuas, la mujer se encontraba en su punto más inestable cuando empezaba a sangrar.
- La menstruación está relacionada con el poder. La sangre, en la concepción nahua, representa la vida y la amenaza de la muerte. En la concepción nahua, el cuerpo femenino, al encontrarse en un estado de transición, se considera inestable y, por lo tanto, amenazante, ya que puede concebir la vida, pero al mismo tiempo puede acarrear enfermedades y producir la muerte.
En algunas regiones de Puebla (México), se le tiene miedo a las mujeres menstruantes porque con su sangre pueden embrujar a los hombres. La sangre se convierte en un elemento mágico que posee esta cualidad ambivalente.
En el momento de la primera menstruación, las mujeres eran consideradas como portadoras del poder de la creación. Su relación con la fecundidad debía atraer fertilidad a las milpas y a los campos. Hay datos de que, con la primera menstruación, se regaban los campos con dicho propósito. No obstante, también representa la muerte porque hay ausencia de feto, por ello es que estaba asociada con fuerzas sobrenaturales que podían dañar su entorno.
Una representación sobrenatural del sangrado
Podemos ver en estos pequeños ejemplos lo complejo que resulta la comprensión de la menstruación en el pensamiento indígena. Una concepción mítica y sobrenatural más cercana a la interacción de las fuerzas de la naturaleza y sus procesos de creación y destrucción.
Estas concepciones siguen conviviendo con las ideas producidas al interior de la cultura occidental. Desde esta perspectiva antropológica, se puede inferir que es necesario reflexionar sobre este aspecto que sucede en los cuerpos de las mujeres.
Si bien es cierto que el peso de la cultura determina en mayor medida las diversas concepciones que se tienen sobre la vida y la muerte, también es cierto que cada persona es capaz de reflexionar sobre estas ideas y sistemas de creencias y revisar cómo afectan su vida cotidiana. Al final, es necesario pensar de manera propia para crear una relación más armoniosa con su cuerpo.
Por Carlos Alberto Rodríguez y Sofía Rodríguez
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