Tívolis: los hermosos jardines del Porfiriato
Durante el periodo conocido como el Porfiriato en México, que abarcó desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX bajo el gobierno de Porfirio Díaz, se llevaron a cabo diversas transformaciones urbanas y arquitectónicas. Una de las características distintivas de este periodo fue el embellecimiento de las ciudades, y los tívolis desempeñaron un papel fundamental en este proceso.
¿Para qué se usaban los tívolis?
Los tívolis eran amplios jardines diseñados durante el Porfiriato. De origen italiano, estos bellos espacios de cubierta vegetal eran representativos de cierto estatus en la época porfiriana.
Se tienen registros de seis tívolis en la actual Ciudad de México, pero los más representativos para la clase alta eran el de San Cosme, el Ferrocarril, el Petit Versalles y el Elíseo. Este último, además de ser un centro de bailes, banquetes y diversas festividades, es recordado porque fue el escenario en que se llevó a cabo la Convención antirreeleccionista, de la cual resultó Francisco I. Madero como candidato a la presidencia de la República.
Los tívolis del Porfiriato en México se diseñaron siguiendo las influencias europeas de la época, particularmente el estilo francés, el italiano y el inglés. Estos jardines se caracterizaban por su elegancia, simetría y cuidado diseño. Se construyeron tanto en áreas urbanas como en las fincas y propiedades de la élite mexicana. Los tívolis se conocieron por ser el lugar donde se divertían “los ricos” del Porfiriato.
En las ciudades, estos jardines se establecieron en plazas y parques públicos, proporcionando espacios verdes y recreativos para la población. Se diseñaron con una estructura formal, con senderos pavimentados, fuentes, esculturas y áreas ajardinadas meticulosamente cuidadas. Además, se incorporaron elementos decorativos como bancos, pérgolas y quioscos que realzaban la belleza y el ambiente tranquilo de los jardines.
Emblemas de la modernización porfirista
Los tívolis del Porfiriato no sólo tenían un propósito estético, sino que también reflejaban el deseo de modernización y progreso del gobierno de Porfirio Díaz. Estos espacios verdes y bien cuidados simbolizaban la civilización y el avance de México hacia la modernidad, al tiempo que proporcionaban áreas de recreación y esparcimiento para la población de clase alta.
Sin embargo, cabe mencionar que durante este periodo también hubo críticas y protestas contra el enfoque excesivo en el embellecimiento de las ciudades y los gastos asociados. Muchos consideraron que se descuidaban las necesidades básicas de la población, lo que llevó a tensiones y descontento social que eventualmente contribuyeron al fin del Porfiriato.
Al paso del tiempo, los tívolis que sobrevivían a la destrucción que dejó la Revolución Mexicana perdieron el símbolo de opulencia que tanto tiempo representaron y desaparecieron conforme avanzaba el nuevo siglo. Los terrenos donde se instalaban estos espacios verdes poco a poco fueron vendidos y transformados en casas y comercios.
Los jardines del Porfiriato en México representaron una parte importante de las transformaciones urbanas y arquitectónicas llevadas a cabo durante ese periodo.
Los tívolis se caracterizaron por su diseño elegante y cuidado, influenciados por estilos europeos, y proporcionaron espacios verdes y recreativos para la élite, pero al mismo tiempo fueron motivo de descontento para el grueso de la población impulsando la caída de los representantes del gobierno de Porfirio Díaz.
Por Gabriela Sánchez Figueroa
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