Historia de los conciertos: de la música clásica al rock ‘n’ roll
A lo largo de la historia de nuestra civilización, el entretenimiento ha sido un aspecto vital para la sociedad, ya fuera con fines espirituales, culturales, religiosos o políticos. Podemos mencionar las obras de teatro en Grecia, los espectáculos de gladiadores en Roma, danzas religiosas en Egipto y un sinfín de shows con diferentes propósitos.
Actualmente, la música es, de entre todas las bellas artes, la que más exposición posee a escala mundial. Se hacen giras que recaudan millones de dólares, se publican discos con billones de reproducciones, los músicos y cantantes son portada de revista, íconos de la moda y ejecutivos de sus propias empresas. Sin embargo, ¿nos hemos preguntado cómo llegamos a lo que hoy en día consideramos un concierto? ¿qué había antes de los festivales, de los boletos, las giras, la tecnología que hoy en día tenemos para los conciertos?
Los primeros conciertos oficiales
Si bien, la idea o el concepto de un espectáculo musical lo podemos remontar hasta las primeras civilizaciones que crearon tambores con membranas de piel y palos, no podemos considerarlo como un concierto aún, ya que eran apenas los cimientos de los instrumentos. Es por esto por lo que la aparición documentada de un espectáculo dedicado a la música lo podemos ver en imperios ya establecidos como Egipto y Grecia, que fueron de las primeras civilizaciones en estudiar y armonizar la música en varios instrumentos, de los que podemos destacar el arpa y algunos instrumentos de viento.
De igual modo, en la era medieval, se llevaron a cabo espectáculos donde la parte instrumental era la estelar, pero eran ocasiones casi exclusivas de festividades y no para todas las clases sociales. Sin embargo, tomaron varios siglos para que un concierto se acercara a lo que conocemos hoy en día. No fue sino hasta el siglo XVII que estos eventos tomaron forma, siendo Vivaldi o Bach pioneros en este tipo de apreciaciones artísticas.
En un principio, se trataba de eventos únicamente de solistas y de ciertos instrumentos nada más, fue un tiempo después, gracias al avance de la teoría musical y de la capacidad tecnológica, especialmente acústica, que se pudieron realizar conciertos con orquesta. Por su parte, de los primeros registros que se tienen en que la gente pagó exclusivamente para escuchar música en vivo, se dieron en Inglaterra, para los shows de John Banister, realizados en su propia casa.
De la orquesta a las bandas de rock
Durante aproximadamente dos siglos, asistir a un concierto era una actividad que representaba exclusividad, poder económico y social. Los eventos se llevaban a cabo en teatros de renombre o en locaciones privadas para las élites de la sociedad. Todo esto cambió a partir del siglo XX, en el que, poco a poco, se fueron desarrollando géneros musicales desde el corazón de los guetos y barrios populares, siendo de los más importantes sucesos, el nacimiento del blues.
Este género no sólo representó un estilo musical distinto, sino que abrió las puertas a todo un movimiento y bases musicales que se utilizan hasta hoy en día. El blues vio la luz en los barrios marginales negros de Estados Unidos, los cuales también tenían fuertes conexiones con barrios afrolatinos.
Poco a poco se fue extendiendo y de éste surgió el jazz, una de las invenciones musicales más grandes, ya que colocó a la música como algo accesible para todo el mundo, no sólo para apreciarla, sino también para crearla.
Por primera vez en la historia, la creación musical era del pueblo y para el pueblo. Esto trajo consigo significativos cambios en la forma de presentar la música. Ya no eran necesarios los recintos exclusivos porque ya se podían realizar conciertos en las casas o en la calle. Ya no era necesario pertenecer a una familia económicamente bien posicionada para acceder a instrumentos. Los conciertos ya no eran sólo para escucharse y aplaudir, sino también para bailar y compartir. Cantar ya no era sólo para quienes hacían ópera, sino para todo tipo de voces.
El jazz y el blues fueron básicamente una revolución musical, de los que posteriormente se desprendieron prácticamente todos los géneros que escuchamos hoy en día: disco, salsa, rap, reggae, boleros, funk, rock, r&b , etcétera.
El hijo rebelde del blues: el rock
Con la llegada de los años 60, comenzó el movimiento del rock, que desafiaba la mayoría de las imposiciones tanto musicales como sociales del momento. Bandas como The Beatles, The Rolling Stones, The Animals, o solistas como Chuck Berry, Elvis Presley y Little Richard se convirtieron en íconos del rock ‘n’ roll, llevando mensajes de paz, conciencia racial, fiesta y desafío social a cada rincón del mundo. Poco a poco, el rock ‘n’ roll se convirtió en el rock, llegando a un nivel más grande que su predecesor y convirtiéndose en toda una fiebre.
Festivales masivos, conciertos con cientos de miles de personas, íconos que hasta el día de hoy siguen siendo leyendas, canciones que se convirtieron en clásicos son sólo parte de lo que dejó el rock como legado, llevando los conciertos a otro nivel. Probablemente los eventos musicales más históricos que se hayan dado en la época dorada de este género.
Para este punto, los conciertos de los artistas más grandes ya eran televisados incluso, y a partir de esta época, los artistas musicales se convirtieron en una de las principales influencias en la moda, ideologías, costumbres y cultura.
Junto con otros géneros como el rap o el reggaetón llevaron más lejos el tema de los conciertos, llegando a cada rincón del mundo y convirtiendo este tipo de eventos en el entretenimiento más rentable de la historia.
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