Imagen simbólica de la tensegridad Imagen simbólica de la tensegridad

Tensegridad: el secreto de Carlos Castaneda para modificar la realidad

Empecemos por preguntarnos, ¿nuestra percepción altera la realidad? Para poder acceder a realidades diferentes, hay que aprender a cambiar nuestro estado interno. Si bien Jacobo Grinberg proponía la meditación autoalusiva —entre otras técnicas— para entrar en estados de conciencia cuyas frecuencias congruentes coincidieran con la Lattice y así poder modificar la realidad, Carlos Castaneda tenía una concepción similar: la tensegridad. Este concepto está basado en sus Relatos de poder, que escribió con base en las Enseñanzas de Don Juan, quien fue un chamán yaqui con el que realizó un trabajo antropológico en Arizona, E.U., y Sonora, México, lugares donde Juan Matus fue el informante de las técnicas chamánicas para modificar la realidad a partir de las cuales Carlos Castaneda comparte este término y del cual hablaremos. 

¿Qué es tensegridad? 

Si bien Don Juan Matus usó plantas alucinógenas para sacudir a Castaneda porque lo consideraba de lento aprendizaje, también le enseñó que la sensibilidad corporal era parte de la naturaleza humana, y que mientras el guerrero, o sea el aprendiz fuera impecable (humilde en cuanto a actos y sentimientos), podría llevar la totalidad de sí mismo hasta el infinito y en cualquier dirección. 

Mas todo ello sólo podría suceder si realizaba los “pases mágicos” adecuados, de ahí que Castaneda acuñe el término de tensegridad para nombrar a la nueva configuración de movimientos corporales que Matus le enseñó y que decidió compartir con todo aquel que llegara. Enseñar los pasos mágicos para acceder a “una realidad aparte” y así poder acrecentar la conciencia mediante un proceso de redistribución de la energía que somos. 

Citando al propio Castaneda, la tensegridad proviene del vocablo que pertenece a la arquitectura y significa “propiedad de los armazones que utilizan los miembros de tensión continua y miembros de compresión discontinua de tal modo que cada uno opera con el máximo de eficacia y economía […] Una mezcla de tensión e integridad […] contracción y relajación para considerar al cuerpo como una unidad completa, competente y perfecta”. 

Conciencia acrecentada y saturación de energía 

Los chamanes tenían muy claro que el cuerpo humano efectivamente es un armazón que participa de la conversión del flujo vibratorio en alguna clase de información sensorial, es decir, que nuestro cuerpo puede percibir lo invisible, la energía, las frecuencias vibratorias. 

Los brujos mexicanos tenían una extraordinaria disciplina para la interpretación sensorial a la que, según Castaneda, denominaron ver. Así llamaron al fenómeno de decodificar más allá de la capa del mundo cotidiano, logrando percibir el conglomerado de energía o información (huevos luminosos que hay en él) para de esa forma encontrar los puntos de anclaje; por ejemplo, detrás de los omóplatos. 

Es así que, cuando los cuerpos físicos entran en estado de éxtasis, comienzan a moverse en sincronía con ciertas frecuencias para lograr saturarse de energía y llegar al silencio interior; como lo hacía la chamana Pachita en sus operaciones, saturando de energía las heridas de sus pacientes para cerrarlas y sanarlas. 

Según las enseñanzas de Don Juan, el guerrero tiene que creer para alcanzar su poder personal al dominar este “manojo de fibras luminosas al que llamamos cuerpo”, en una secuencia que implica sentir, soñar y ver, usando su voluntad para reconocer el propio Tonal y Nagual que hay en nuestro ser. Comenzando por el conocimiento de nuestro Tonal o ser en el mundo, hasta llegar al Nahual que no tiene límites y es donde se cierne el poder, la única parte de nosotros capaz de crear la realidad. 

Pases mágicos 

Carlos Castaneda propuso movimientos de tensegridad con los que se logra saturar de energía el cuerpo físico usando la voluntad del Tonal para acceder al Nahual. Los dividió en seis series que se repiten tanto del lado izquierdo como del lado derecho del cuerpo. 

Primera serie: para preparar el intento

Contiene movimientos de manos y cuerpo a las que los chamanes denominaron aliento animal para conectar con el cuerpo, hacer el intentar llenar los espacios vacíos por la percepción sensorial directa y enriquecer al observador. Intentar ver la totalidad, que el “ojo vidente” percibe como fibras o filamentos luminosos que se entrecruzan sin enredarse.  

Segunda serie: para la matriz

Ejercicios diseñados para desarrollar el aprovechamiento pleno de las capacidades sensoriales para poder asimilar e interpretar directamente la energía del universo. Cabe mencionar que Carlos Castaneda dice que las mujeres pueden acceder más fácilmente a esta capacidad, encontrando el punto de anclaje o de mayor brillo en el cuerpo. 

Tercera serie: cinco intereses-Westwood 

En esta serie, se busca contactar con los cinco intereses de los chamanes:  

  1. Los pases mágicos.
  2. El centro de decisiones (V en el cuello, donde se unen las clavículas).
  3. 3. La recapitulación (para mandar todo lo vivido a un centro de anclaje luminoso).
  4. 4. El ensueño (para fijar la atención en los elementos oníricos llenos de significado e incluso llegar al acecho, que es mantener fijo ese punto de atención en el anclaje).
  5. El silencio interior (para parar el mundo y lograr ser un cuerpo energético que puede ver la energía del universo).

Cuarta serie: caliente, separación del cuerpo izquierdo y cuerpo derecho 

En esta serie, se logra una asimetría bilateral donde se sincronizan ambos hemisferios cerebrales separando el movimiento por hemisferios. 

Quinta serie: masculinidad

Una serie que busca la fuerza energética necesaria para ejecutar los rigores del viaje. 

Ejercicio para tensegridad

Sexta serie: dispositivos utilizados conjuntamente con pases mágicos 

Esta serie de ejercicios es para crear presión uniforme en los tendones, es decir, donde no hay huesos y la energía se desplaza permitiendo dispersar la energía a todo el cuerpo. 

En síntesis, la tensegridad es una serie de ejercicios compartidos por Carlos Castaneda, que decidió mostrarlos a todo público basándose en las enseñanzas de Don Juan Matus, quien le compartió una serie de movimientos o pasos mágicos que los chamanes mexicanos hacían cuando estaban en estados de profunda conexión. Estos pasos permiten desarrollar las capacidades del ser humano, es decir, llevarlo más allá de sus sentidos para poder entrar en lo que él denominaba “una realidad aparte”, usando la voluntad para contactar con el tonal y acceder a nuestro nahual para realizar hazañas como las que realizan los chamanes. 

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