Billete de 500 pesos con la foto de Benito Juárez Billete de 500 pesos con la foto de Benito Juárez

¿Qué onda con el dinero? La economía es mucho más que billetes 

El dinero ha pasado por una transformación radical a lo largo de la historia. Desde el oro como respaldo físico, hasta el dinero fiat, basado en la confianza, este artículo explora la evolución del dinero, su papel en la economía y la relación con fenómenos como la inflación. 

Del dinero dorado al dinero arrugado 

Hace varias décadas atrás, la impresión de dinero se respaldaba en las reservas de metales preciosos. El oro era el respaldo preferido para el dinero, debido a una combinación única de atributos: su durabilidad excepcional, su escasez natural que ofrecía estabilidad al evitar que se pudiera crear de la nada, así como la dificultad para falsificarlo. 

Así que todos confiaban en el oro. De hecho, el oro es sinónimo de riqueza, de triunfo. Pero su protagonismo en el sistema financiero cambió cuando se reemplazó por la moneda fiduciaria. 

Papel efímero con confianza sólida 

El dinero fiduciario (del latín fiducĭa, “confianza”) es como ese amigo en el que confías mucho. No tiene respaldo en oro o cosas brillantes, simplemente confiamos en que vale algo. Es como si dijéramos: “Este papelito tiene valor porque el gobierno dice que sí”. 

Son los gobiernos los que crean billetes y monedas sin tener que respaldarlos con algo físico, y ellos son los jefes que controlan cómo se hacen, se reparten y se manejan. En resumen, es dinero que todos aceptamos porque confiamos en que vale algo, aunque no esté respaldado por metales preciosos u otros bienes tangibles. Claro que esa confianza se calcula (y se estima) basándose en la capacidad productiva del país. Un billete es sólo un pedazo de papel impreso, lo que le da valor es que lo puedas cambiar por bienes y servicios disponibles. 

Cubos con imagen de por ciento en diferentes niveles

Un shock que cambió las reglas del juego 

Después de la Segunda Guerra Mundial (con el acuerdo de Bretton Woods), se estableció que el dólar estadounidense sería la moneda de referencia global, respaldada por oro. Sin embargo, en 1971, esto cambió en lo que se conoce como el “Nixon Shock”, una serie de medidas llevadas a cabo por el expresidente de EU, Richard Nixon, con el objetivo de darle un giro más libre a la política monetaria del país. 

Al liberar al dólar estadounidense del respaldo de oro, algunos piensan que se abrieron las puertas a movimientos financieros más arriesgados y a una administración del dinero un poco menos estricta. Pero esta flexibilidad trajo consigo un aumento de la inflación y que la gente perdiera un poco la confianza en la estabilidad de la moneda. También incrementó la deuda nacional, ya que el gobierno pudo financiar sus gastos sin necesidad de respaldarlos con reservas de oro. 

A escala global, desde ese momento, el dólar dejó de respaldarse en oro, convirtiéndose en lo que llamamos “dinero fiat” (o dinero por decreto), respaldado por la confianza de quien lo decreta. He ahí su valor. 

En la actualidad, la mayoría de las monedas del mundo, incluyendo el dólar estadounidense, el euro y muchas otras, son dinero fiat. 

El rol de los bancos centrales 

Cuando nos cambiamos al dinero fiat, hubo momentos de inflación porque se podían imprimir billetes sin respaldo físico, y eso podía causar problemas si no se manejaba bien. 

En cada país, los bancos centrales tienen el poder de decidir cuánto dinero hay en circulación. Para ello, usan indicadores financieros como las tasas de interés y las reservas bancarias. Además, los Bancos Centrales trabajan juntos a escala mundial para coordinar estrategias y mantener cierta estabilidad financiera.  

El dinero que tenemos en nuestras cuentas e intercambiamos de manera electrónica pero no podemos tocar, funciona porque confiamos en que los bancos son líquidos y solventes. Pero, si imprimen más dinero sin producir más bienes, podemos tener problemas; es decir, precios subiendo por todos lados. 

Por ejemplo: imagina que vas a comprar un coche y que su precio sea de 350 mil pesos. Supongamos que irresponsablemente la nación hubiese impreso muchos billetes; entonces llegarías tú con esa cantidad de dinero, y a la par llegan cuatro compradores más pero ¡sólo hay un coche a la venta! 

Entonces, los compradores comienzan a ofrecer más dinero por el mismo coche y así se termina incrementando (inflando) el valor del auto pasando de 350 mil a 490 mil pesos… y quizá mucho más. Esto pasa en parte cuando se imprime dinero sin tener un aparato productivo que respalde la existencia de bienes y servicios disponibles en el país. 

Si imprimimos billetes sin respaldo, puede abrir la puerta a problemas económicos serios. Recordemos la Alemania de la primera posguerra, con una inflación mensual que llegó al 29 500 % en 1923. También Zimbabue, que alcanzó un increíble 9000 millones por ciento de inflación en 2008. Y no olvidemos a Venezuela, con una hiperinflación récord del 19 000 % en 2019 y un asombroso 63 000 % en 2018. 

En escenarios así, los precios de las cosas se incrementan cada hora, ¡sí, cada hora! Y los billetes, en vez de servir como medio de intercambio, son más útiles como combustible para el fuego. 

Para que te des una idea, en México, la inflación ha estado tranquila durante más de veinte años, sin pasar de los dos dígitos. Es nada comparado con esos lugares donde los billetes pierden su valor. 

@economiaparatodos

Por qué no se imprime más dinero? #economia #educacion #aprendeentiktok #dinero #duda #billetes

♬ sonido original – Economía para Todos

La economía es mucho más que una maquinita de imprimir 

Para que la economía vaya viento en popa, no basta con imprimir billetes a lo loco. Es necesario considerar varios asuntos. 

Primero, invertir en la educación y formación para que las personas sean los mejores en sus oficios y por tanto mejore la productividad y competitividad. También hay que apostarle al desarrollo de la innovación y la tecnología, algo así como lo que hizo Corea del Sur, que se la rifó y creció un montón. 

Además, se requiere infraestructura: carreteras, puentes, hospitales, estadios, etc., como lo que hizo China con su mega programa de desarrollo. Eso facilita el comercio y atrae inversiones como abejas a la miel. 

La paz y la tranquilidad política, como en Singapur, también son clave para que los inversionistas extranjeros se animen a invertir en un país y mejorar su capacidad financiera.  

El éxito del dólar como patrón de referencia se debe a que tiene una economía fuerte, una política estable y (casi siempre) sabe manejar sus cosas monetarias de manera responsable. La gente confía en el dólar como si fuera oro. Es la moneda que todos quieren tener guardada, por eso muchos países tienen reservas en dólares. 

¿Y el peso mexicano? Pues, su valor depende de que el Banco de México (Banxico) juegue bien sus cartas con las políticas monetarias. Si la economía de México está fuerte y la política monetaria es como un chef experto, entonces el peso brilla. ¡Así es la onda con estas monedas: confianza y juego limpio! 

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