Sor Juana y su pasión por el conocimiento: un ejemplo de empoderamiento femenino
¿Sabes cuántos años cumpliría Sor Juana Inés de la Cruz este 12 de noviembre de 2024? Aproximadamente más de 350 años, pues no hay dato cierto del año de su nacimiento y se dice que pudo haber sido en 1648 o 1651. Frente a sus aportaciones al mundo, especialmente al de las mujeres, ese dato deja de ser de los más relevantes. ¡Imagina el tamaño de sus acciones para que más de tres siglos después la traigamos a la memoria!
Una adelantada a su tiempo
En este mes de su natalicio, queremos agradecerle la osadía que la llevó a desafiar los mandatos sociales para las mujeres de su época. Si ella no se hubiera atrevido, quizá la vida de otras mujeres no hubiera sido lo que fue. Sor Juana fue esa oveja negra que, dicen los memes ahora, rompe con lo establecido. En el siglo que nació, las mujeres tenían pocas oportunidades para acceder a la educación y, en sus escritos, defendió la idea de que las mujeres tenían el mismo derecho que los hombres a aprender.
Si bien puede resultar extraño leerla porque el lenguaje escrito de su época nada tiene que ver con lo de hoy, existen versos en alguno de sus poemas que dejan ver su amor, casi loco, por saber y saber cada vez más del mundo y reflexionar al respecto. Va un ejemplo, fragmento de su poema “En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?”:
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Más que una mujer inteligente
De tú le hablaba al Mundo, a ese que cuestionaba la capacidad intelectual de las mujeres. Sin duda, Sor Juana nació con una habilidad mental extrema que, sumada a su curiosidad, a la terquedad (dirían algunas personas) y a la disciplina al hacer lo que más amaba, que era “poner bellezas” en su entendimiento, le sirvió para hacerse distinguir entre los nobles de su época.
Se sabe que para poner a prueba su inteligencia y astucia en dar respuestas, el virrey Antonio Sebastián de Toledo la sometió a un examen ante cuarenta hombres. Fueron teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y poetas quienes la cuestionaron y ella respondió a todo sin problema. Esto fue antes de que decidiera ordenarse como religiosa para poder continuar con la adquisición de conocimientos.
Dos eventos son muestra de su loco amor por el conocimiento para poder cuestionar lo que le hacía injusto: cuando de niña, a los 7 años, pidió a su madre que la inscribiera en la Universidad de México para poder estudiar, aunque tuviera que cortarse el cabello y ponerse ropa de niño; y cuando su madre se negó a tal locura devoró cada uno de los libros de la biblioteca de su abuelo. Desde entonces empezó a poner más y más bellezas en su entendimiento.
¿Cómo no iba a llamar la atención tan extraña niña, luego adolescente, en esa época? Cómo no tomar esa actitud como una defensa implacable de que no importaba si nacías hombre o mujer, podías aprender, pensar, reflexionar, dudar, debatir o cuestionar.
Desafiando lo establecido
Uno de los cuestionamientos fundamentales para Sor Juana fue el matrimonio. Ella no quería casarse porque ya tenía claro, de sólo observar porque no había estadísticas que ahora lo comprueban, que cumplir el rol de esposa y, por supuesto, madre, le quitaría tiempo para seguir aprendiendo.
En su texto Respuesta a Sor Filotea, con otras palabras, dice que decidió hacerse religiosa, y no elegir la otra opción que tenían las mujeres (casarse, tener hijos y estudiar sólo habilidades domésticas y si tenían suerte, a veces aprender a leer y escribir), porque además de tener un genio impertinente, quería vivir sola y no tener obligaciones que la alejaran de su estudio.
Con esa decisión y siendo parte de la orden de las Jerónimas, pudo estudiar de forma autodidacta a los clásicos griegos y romanos, también lógica, retórica, física, música, aritmética, geometría, arquitectura, historia, derecho, matemáticas, astronomía y literatura. Y ya con todo ese bagaje, escribir poesía, teatro y prosa.
Entendió tantas cosas bellas del mundo que hoy, a más de 350 años de su nacimiento, la seguimos nombrando y trayendo a cuenta para, primero, reconocer su aportación a hacer una sociedad más equitativa entre hombres y mujeres, y segundo, para agradecerle que hiciera su vida como la hizo y, además, dejara testimonio de ello. Así sabemos que las mujeres podemos hacer lo necesario por defender nuestros derechos a elegir y a hacer lo que nos cause más contento. ¡Gracias Sor Juana y feliz cumpleaños!
PDFs
GRATIS