Pila de zapatos Pila de zapatos

Historia del calzado: de las sandalias a las zapatillas de moda 

Han transcurrido más de diez mil años desde los primeros indicios de calzado utilizados por la humanidad hasta llegar a las botas que usó Neil Armstrong al pisar la Luna, en 1969. Los zapatos, artículos de vestir que hoy consideramos esenciales, fueron diseñados para prevenir heridas y pinchazos al caminar, permitiendo que las hordas humanas primitivas recorrieran miles de kilómetros con mayor eficacia lo que favoreció la exploración de territorios desconocidos. ¿Cómo ha cambiado el calzado a través del tiempo y cuándo se convirtió en un artículo de moda y lujo? 

Las sandalias: el zapato primigenio 

Las sandalias fueron el primer tipo de calzado fabricado por la humanidad. Su creación sucedió de manera sencilla: una suela hecha con materiales naturales sujeta con cordones al pie o al tobillo. En Oregon, Estados Unidos, se encontraron los restos más antiguos de calzado que se conocen y consisten justamente en 16 pares de sandalias y una variante de mocasines de fibra trenzada. Éstos datan de entre 9000 y 7000 años antes de nuestra era. 

Con el tiempo, en función de las condiciones climáticas y los peligros del entorno, se desarrollaron diferentes tipos de calzado para proteger los pies del frío, las piedras, las mordeduras de animales, entre otras amenazas. En civilizaciones de climas cálidos, las sandalias se adaptaron en grosor, mientras que en regiones de bajas temperaturas se diseñaron botas de piel para brindar abrigo. 

En el Antiguo Egipto, por ejemplo, las sandalias hechas de paja o papiro eran comunes, pero estaban reservadas para las clases nobles. En Mesopotamia, en cambio, el calzado de cuero era utilizado por guerreros y nobles, lo que ya marcaba una diferenciación social a través de los zapatos. En Grecia y Roma, las sandalias alcanzaron un alto grado de sofisticación; los ciudadanos libres las utilizaban como símbolo de su estatus, mientras que los esclavos iban descalzos. 

Las sandalias romanas daban suficiente soporte para las batallas.
Las sandalias romanas daban suficiente soporte para las batallas.

Y en nuestro territorio tampoco era diferente: sabemos que los mexicas tenían un tipo de calzado llamado cactli o cactle, cuyo material también denotaba el estatus social de quien lo portaba. Éstos podían elaborarse de ixtle, henequén o de piel de jaguar, mientras que las suelas podían hacerse de piel de venado. 

Símbolos de poder 

En Occidente, durante la Edad Media, el calzado comenzó a diversificarse convirtiéndose en un símbolo de distinción. Los zapateros adquirieron relevancia como artesanos especializados y las técnicas para la confección de calzado se volvieron más complejas. 

Durante este periodo, también surgieron las primeras botas, utilizadas especialmente por los soldados y los caballeros. Las botas de cuero reforzado no sólo ofrecían protección en los combates, sino que también otorgaban prestigio militar. Los estilos de calzado variaban según el género: mientras que para los hombres se hacía calzado más robusto y cerrado, para las mujeres se confeccionaban versiones más estilizadas y decorativas. 

Los tacones, la moda y el lujo 

Durante el Renacimiento, en el siglo XV, el calzado empezó a ganar terreno como artículo de moda. La artesanía y el diseño se volvieron tan importantes como la función, y materiales como la seda, el terciopelo y los bordados en hilos de oro se volvieron parte de los zapatos destinados a la nobleza. 

En este contexto, también surgieron los tacones. Aunque en Egipto ya se utilizaban una especie de plataformas como símbolo de estatus —tradición que siguieron los actores griegos para resaltar su posición en escena—, fue hasta el siglo XVI en Europa, donde surgieron los primeros tacones adaptados para el calzado masculino, especialmente para los jinetes, ya que les ayudaban a mantenerse firmes en los estribos. 

Zapatilla antigua

Este estilo fue adoptado por las élites, como Catalina de Medici, quien llevó tacones a su boda con Enrique II de Francia, popularizando aún más su uso. En 1660, el zapatero Nicolás Lestage creó, para Luis XIV, unos llamativos tacones rojos, transformando el calzado en símbolo de estatus. Los tacones femeninos surgieron poco después, consolidándose en la corte francesa con Madame Pompadour y los icónicos tacones Pompadour. 

Hacia 1760, Giacomo Pirandello, diseñador italiano barón de Styletto, introdujo los primeros tacones de aguja para hombres, conocidos como stilettos, que fueron pensados para soportar espuelas y mejorar el balance a caballo. Con el tiempo, los hombres abandonaron el uso de los tacones, que evolucionaron hacia estilos más sobrios. La moda femenina, sin embargo, continuó innovando con diseños cada vez más estilizados, un legado que se mantiene hasta nuestros días. 

Pintura Luis XIV con sus zapatillas de tacón rojo. 
Pintura Luis XIV con sus zapatillas de tacón rojo.

Democratización del calzado 

La Primera Revolución Industrial trajo consigo la introducción de máquinas de coser y cortar cuero que permitieron la producción masiva de zapatos y a su vez que estuvieron al alcance de más personas. 

En el siglo XIX, la estandarización de tallas y la producción en masa hicieron posible que el calzado funcional estuviera disponible para la mayoría de las poblaciones, mientras que las élites seguían manteniendo su diferenciación a través de zapatos hechos a medida. Fue también en esta época cuando surgieron las primeras marcas y diseñadores que ofrecían calzado tanto para el trabajo como para la moda. 

Siglo XX: funcionalidad y diseño 

En este siglo, con la expansión de las ciudades y el aumento de la clase media, el calzado se convirtió en un artículo que no sólo debía cumplir con una función práctica, sino también con las demandas de la moda y la cultura. En los años 20 y 30, se popularizó el calzado de diseño con marcas como Salvatore Ferragamo y Christian Dior, que lideraron las tendencias. El zapato de tacón alcanzó nuevas alturas, y para los hombres se crearon zapatos cómodos y elegantes, como los Oxford. 

La segunda mitad del siglo fue testigo del surgimiento de los tenis como fenómeno cultural. Lo que empezó como calzado deportivo, con marcas como Adidas, Conversa y Nike, pronto se transformó en un símbolo de juventud y rebelión. A partir de la década de 1980, los tenis dejaron de ser exclusivos para el deporte y se convirtieron en un ícono de la moda, especialmente impulsados por el auge de la cultura hip-hop. 

Los Air Force 1, de Nike son unos de los tenis más populares de la historia. 
Los Air Force 1, de Nike son unos de los tenis más populares de la historia.

El presente: tecnología y sostenibilidad 

En el siglo XXI, el concepto de ergonomía revolucionó aún más el desarrollo de zapatos altamente tecnificados como es el caso del calzado deportivo, el zapato formal y el zapato ligero para climas cálidos. 

Hoy en día, el calzado combina tecnología, moda y sostenibilidad. Las innovaciones en materiales, como los tejidos reciclados y las impresoras 3D, han transformado la manera en que se diseñan y fabrican zapatos. Algunas marcas contemporáneas buscan equilibrar el estilo con la conciencia ambiental, reduciendo su impacto en el planeta mediante prácticas más sostenibles. 

Kanye West con sus emblemáticos Yeezy. 
Kanye West con sus emblemáticos Yeezy.

Los avances en la industria del caucho, de las telas sintéticas y de los adhesivos industriales han permitido a los fabricantes crear zapatos que se distinguen considerablemente de las técnicas tradicionales de elaboración. Por lo tanto, el cuero, que había sido el principal material de elaboración hoy se usa generalmente para elaborar zapatos finos. 

El calzado no sólo es una necesidad, sino una declaración de identidad personal, un reflejo de nuestra cultura y un testimonio de los avances tecnológicos. Desde las antiguas sandalias hasta los zapatos inteligentes que hoy monitorean nuestra actividad física, la historia del calzado es, en muchos sentidos, la historia de la humanidad. 

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