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Éstos son los estragos del machismo que afectan a los hombres

5 diciembre, 2022
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Vayamos por partes. Si bien reconocemos el machismo a microescala y macroescala, su definición puede sernos elusiva. Definámosla entonces: el machismo es un conjunto de prácticas y normas sociales y culturales que ponen al varón por encima de la mujer (y de otros) en los dominios afectivo, social, laboral y personal. Es decir, exalta al hombre como un ser superior en fuerza y con capacidad de dominio propio y de los demás, por medio de la expresión agresiva de su ser en el entorno.  

Efectos del machismo 

Una de las repercusiones que el machismo tiene sobre los comportamientos de los hombres es el fomento de expresiones afectivas violentas. Por ejemplo, la ira y la agresión, que abarcan desde pegarle a una pared hasta agarrarse a golpes con otra persona. Infortunadamente, para nuestra cultura, esto se veía como una muestra de hombría, por lo que no era censurada sino todo lo contrario. 

Por otra parte, el machismo también generó estereotipos de lo que “un hombre debe hacer”, como saber cambiar las llantas de un carro, arreglar un coche, realizar deportes de contacto o desempeñar oficios de construcción. En contraste, las actividades artísticas, como pintura, danza o aun la cocina, se vieron ridiculizadas como “poco viriles”. Como consecuencia, tenemos una cultura con roles de género que, poco a poco y por fortuna, han empezado a cambiar.  

Víctimas del machismo: mujeres… ¡y hombres! 

Como es de esperarse, el machismo afecta principalmente a las mujeres que, por definición de un sistema machista, son consideradas inferiores y débiles, y por ello deber ser dominadas. Sin embargo, ¡los hombres también padecen las consecuencias de este sistema! Se limita a ser y hacer lo que deben, no lo que sienten 

Partiendo de que por ser varón se nace unos escalones más arriba, lo peor que podría pasarte al ser hombre (heterosexual cisgénero) es no cumplir con su rol y, por lo tanto, ser comparado con una mujer. Es por ello que, desde muy pequeños, se debe satanizar todo lo que se considere femenino, y, a partir de ahí, se educa desde la infancia a eliminarlo.  

La crianza machista 

Frases como “los niños no lloran”, “corres como niña”, “pareces vieja”, “¡no seas mar…!”, se meten en la cabeza de los pequeños, y cualquier comparación con el sexo opuesto o, peor aún, con la homosexualidad, se manifiesta como un defecto que denota debilidad y falta de hombría. Todo niño debe ser competitivo, ágil, aventurero, arriesgado, fuerte, valiente y tenaz, no puede dejar que su miedo o tristeza lo dominen, porque “no es una nena”.  

@cookiepuentee

No necesitan probarle a nadie que son “hombres de verdad” son más que suficiente por el simple hecho de existir <3

♬ After Dark – Mr.Kitty

Esto no permite que los niños expresen sus emociones, ya que sólo las de ira y agresividad son masculinamente permitidas, y se les prohíbe fracasar o fallar en lo que creemos que es su deber (como deportes de riesgo o contacto) y, si fallan, les hacemos sentir que son menos hombres y, por lo tanto, menos valiosos.   

Los estragos que esta educación machista provocará en los niños es que se conviertan en sujetos masculinos estresados, acechados por su rol de protector triunfador, proveedor exitoso y macho alfa, con obligación de poder, éxito, trascendencia, potencia sexual, con escasa o nula gestión emocional y con una represión emotiva que los lleva a ser una olla de presión a punto de estallar en cualquier momento.  

La explicación de la violencia masculina 

Esto explica por qué 3 de cada 4 hombres han ejercido algún tipo de violencia en algún momento, pues no sólo se les ha permitido, sino que casi se les ha exigido ser violentos y agresivos. 

Explicaría también por qué mueren 7 hombres violentamente por cada mujer (en 92 % de los casos, a manos de otro hombre); sería la razón por la que sufren 10 veces más en accidentes laborales y deportivos, ya que se les exige fuerza, competitividad y temeridad; por la misma educación de resistencia física, acuden al médico con menos frecuencia, por lo que sus enfermedades (especialmente las degenerativas) son diagnosticadas más tarde.  

Este mismo sistema en el que crecen es la causa de que, a pesar de que las mujeres sufrimos más de depresión y ansiedad en general, haya más suicidios masculinos a escala mundial. Por ejemplo, de los 7896 suicidios que se produjeron en 2020 en México, 6386 fueron suicidios de hombres y sólo 1424, de mujeres.    

Es extraño, pero en este sistema machista es menos juzgado el amigo alcohólico que el amigo chillón o el mandilón. En este mismo sistema, aquel que sea padre responsable, pareja amorosa y fiel, hijo dedicado o tenga una vida sexual monógama, será llamado, de menos, aburrido, el que “le pegan en su casa”, porque no está tomando su papel de macho dominante.  

En resumen, los hombres sufren estrés, depresión, ansiedad, alcoholismo, drogadicción, accidentes automovilísticos, accidentes laborales, enfermedades degenerativas no detectadas y prefieren perderse dos horas antes que pedir instrucciones, porque crecieron en un entorno que los prefiere ver muertos antes que débiles. Literalmente, el machismo está matando hombres 

Por Andrea Morán 

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