¿Cuál es la dinámica del bullying y cómo prevenir el acoso escolar?

Antes de atacar, un toro amenaza. Se coloca frente a quien quiere embestir, de manera que le observe de cola a cuernos y atestigüe toda la corpulencia y poder que le avasallará. Dan Olweus, psicólogo escandinavo (sueco-noruego), tomó ese comportamiento del animal, en 1993, para referirse a las personas que actúan como un toro (bull, en inglés), pasando sobre otros sin contemplaciones en el ambiente escolar. A esa actitud humana le llamó bullying.  

Factores que propician el bullying 

Quienes lo estudian señalan tres factores que lo propician: individuales (de personalidad de los involucrados), interpersonales (cuando se establecen jerarquías y no hay un trato equitativo o de respeto a las diferencias) y los culturales (tiene que ver con los valores sociales que construyen la idea de tener estatus y poder). 

En las últimas décadas, el nivel de violencia del acoso escolar cada vez ha sido más alto, al grado de que estudiantes buleados han optado por el suicidio o han muerto como consecuencia de golpes propinados por su agresor o agresora. Por estas razones urge hablar del tema y, sobre todo, entender cómo podemos resolverlo. 

Quien maltrata, quien es molestado y quien observa 

Sexualidad ATI, grupo que imparte talleres de educación sexual integral en escuelas de la Ciudad de México, aborda el tema con adolescentes de primaria poco después de que han iniciado sus cambios físicos de la pubertad y el periodo de construcción de la persona que quieren llegar a ser. El momento que se elige        para llevar el tema a las aulas es determinante, pues un motivo para elegir a quien bulear es el ser diferente al grupo, sea en apariencia física, origen étnico, estatus social, capacidades físicas e intelectuales, orientación sexual, expresiones de género, incluso la condición de migrante o refugiado. 

Si hay adolescentes a tu alrededor en ese periodo de vida, seguro puedes intentar hablar del tema como lo hace este grupo, que nos comparte algo de su experiencia en el aula. Parten de que en el bullying hay tres personajes: quien maltrata, quien recibe el maltrato y quien mira. 

Quien molesta

“Es popular, pero porque se sabe lo que hace”, “siente mucho enojo y no sabe qué hacer con él”, “puede tener miedo de él mismo”, “también miedo a que los demás le lastimen y le hagan lo mismo”, “por eso sigue molestando”, “puede tener envidia”, “o un problema en su casa y busca desquitarse”, “en realidad tiene baja autoestima”, “le falta amor, alguien en quien confiar”, “no tiene empatía”.  

Quien es molestado

“Permite que lo molesten”, “más bien tiene miedo”, “miedo de que le sigan lastimando”, “es sensible”, “le falta habilidad para hacer amigos y defenderse”, “tiene alguna diferencia”, “se ve como alguien más débil”, “no puede poner límites”, “le falta autoestima y valor para poner un alto”.  

Quien observa

“Son chismosos”, “no se atreven a defender porque también tienen miedo”, “pero puede que sientan culpa por no ayudar, aunque no lo dicen”, “algunos se alían con los que molestan, les falta empatía”, “esos son borregos”, “algunos que ven a veces defienden”, “podría ser el que arregla el problema”, “puede defender diciéndole a un adulto lo que pasa”.  

Estas descripciones no salen más que de sus vivencias en la escuela, señal de que todos saben las raíces del problema, aunque a veces están permeadas por estereotipos o juicios equivocados; el principal: pensar que quien molesta lo hace por maldad y que es su problema resolverlo. 

Acciones para prevenir el acoso escolar 

En el símil de los toros, ellos reaccionan atacando a quienes los atacan, lo que quiere decir no nacen siendo agresivos. En el caso de los buleadores, debemos quitar el estigma de que todo lo hacen por maldad y que no necesitan ayuda. Tratándose de infancias y adolescencias, como adultos estamos obligados a investigar el origen de su agresión: nos corresponde preguntarnos cómo es su contexto familiar y no perder de vista que el contexto social violento en el que vivimos, donde se ha normalizado la resolución de conflictos a través de la agresión. 

@psicologatiktokera

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Mientras investigadores del fenómeno del bullying establecen que quien lo ejerce cuenta con cierto poder; cuando se les escucha, comparte Sexualidad ATI, las adolescencias en las aulas reconocen que es posible quitarle ese poder si los otros dos personajes (la persona acosada y los que observan) actúan de distinta manera a como regularmente lo hacen. 

Ambos personajes deben denunciar ante las autoridades escolares o los departamentos de psicopedagogía. Pero si éstos no intervienen, lo más seguro es que la violencia escale porque la impunidad otorga más poder a quien acosa.   

Aún si hay impunidad, una estrategia poderosa para arrebatarle el control a quien bulea es no unirse al maltrato. ¿Cómo? Dejar de reírse de las bromas, no difundir rumores y, por supuesto, no grabar con celulares los momentos de agresión, ni siquiera compartir los videos y sí apoyar a la persona acosada. 

Al final, el bullying representa una fotografía de cómo nos relacionamos socialmente. Hablar del tema en los grupos donde existe, revisar cuál ha sido nuestra actitud frente al problema y no dejar de lado la autocrítica para invitar a la reflexión, puede ser una ruta eficaz para empezar a poner un alto a esta situación en la que todos perdemos.     

Por Georgina Montalvo