La casa de los Azulejos en Ciudad de México La casa de los Azulejos en Ciudad de México

Misterios de talavera: la Casa de los Azulejos 

22 septiembre, 2023
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La construcción de la Casa de los azulejos —ahora, patrimonio de México— se dio en el siglo XVI, durante el periodo virreinal, en lo que antes se conocía como Nueva España. El dueño, don Damián Martínez, era un hombre perteneciente a la clase noble de la sociedad de aquella época. 

Martínez vendió esta propiedad en 1596 a otro noble que, tras unirse a una orden franciscana, dejó el palacio en manos de su hija, quien se casó con un miembro de la familia que sería dueña del lugar durante varias generaciones: la familia Vivero. 

¿Por qué este apellido es relevante en esta historia? Además de ser los dueños de la propiedad por varias décadas, el padre de familia era el Primer Conde del Valle de Orizaba, quien, aparte de este título, fue gobernador de dos territorios de la Nueva España y tuvo cargos de muy alto rango en el ejército y las capitanías del territorio conquistado por los españoles. Sumado a esto, la esposa del conde fue la persona que mandó la remodelación y decoración que le dio la vista que actualmente posee. Mandó traer desde Puebla, hasta la Ciudad de México, todos los azulejos de talavera que conforman la fachada de la propiedad. 

El Ejército Trigarante 

Tras la guerra de Independencia, como se sabe, la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México es considerado el suceso que marcó de manera oficial la victoria ante la Corona Española. Tal hecho, plasmado en una pintura de autor anónimo, retrata, además del triunfo de México, a la Casa de los Azulejos. 

Todo lo que sube, baja 

Cuando Agustín de Iturbide abdicó su cargo como emperador, los títulos nobiliarios también desaparecieron, y para las familias nobles sólo quedó el recuerdo de un imperio mexicano. La tragedia invadió la Casa de los Azulejos con el asesinato de uno de los descendientes del exconde y propietario de la casa. 

Durante un breve periodo de saqueos que azotó a la capital, el oficial Manuel Palacios cobró una venganza que tenía pendiente con la familia Vivero, arrebatando así la vida de Andrés Diego Suárez de Peredo, familiar directo del exconde Vivero. 

La familia del ex Conde de Orizaba siguió habitando la casa hasta que decidieron venderla a un abogado de gran prestigio que la ocupó durante aproximadamente siete años, y luego cambió de dueño tras su muerte. 

Los últimos en residirla 

Yturbe Idaroff son los apellidos de la última familia que usó este recinto como su hogar. Tras la muerte del anterior dueño, la casa nuevamente fue puesta en venta y adquirida por Felipe de Yturbe y del Villar y su familia. 

Yturbe mandó a hacer remodelaciones en la propiedad manteniendo el icónico estilo de talavera que caracteriza a la fachada. Después de vivir ahí durante años, la familia convirtió su hogar en un club para la gente adinerada de la ciudad. Hasta 1917, tras varias generaciones y la guerra de Revolución, la familia Yturbe comenzó a rentar el lugar a dos hermanos de apellido Sanborn. Ellos, con el afán de montar una cafetería que nunca antes se había visto en México. En la Casa de los Azulejos reside ahora una de las franquicias de Sanborns más famosas del país. 

Actualmente, la construcción es considerada patrimonio cultural de México no sólo por los años que tiene desde su creación, sino por todas las historias que alberga en cada uno de los azulejos que cubren la fachada. 

Por Antón Quintero Joglar 

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