Imagen metafórica del espíritu festivo Imagen metafórica del espíritu festivo

El espíritu festivo y el individualismo: ¿puede la comunidad sobrevivir en tiempos de soledad? 

Imagina un diciembre sin reuniones familiares ni abrazos, sin las calles llenas de luces y música festiva, sin risas compartidas frente a una mesa rebosante de comida. ¿Qué queda cuando el bullicio desaparece? ¿Puede el espíritu festivo sobrevivir cuando nos encontramos más conectados a nuestras pantallas que a nuestras comunidades? Es una pregunta que resuena más fuerte cada año en un mundo cada vez más digital y solitario. Y, aunque no tiene una respuesta definitiva, nos invita a reflexionar sobre la relación entre el individualismo moderno y la necesidad humana de conexión. 

La paradoja de la hiperconexión 

Hoy vivimos en un mundo donde la soledad se ha convertido en una epidemia. Según el estudio El coste de la soledad no deseada en España, del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada (SoledadES) impulsado por la Fundación ONCE, las personas jóvenes de 18 a 25 años presentan un mayor sentimiento de soledad en comparación con grupos poblacionales de otras edades. 

A pesar de estar inmersos en redes sociales, Zoom y aplicaciones de mensajería instantánea, muchos sienten un vacío emocional. La paradoja de la soledad digital se ha convertido en un tema de estudio serio entre sociólogos, psicólogos y filósofos. 

¿Por qué sentimos tanta desconexión si estamos rodeados de tantas formas de comunicación? Quizá el problema radique en que nuestras interacciones digitales, aunque numerosas, son superficiales. El scroll perpetuo nos permite ver la vida de los demás, pero nos mantiene al margen. Las festividades, en cambio, siempre han sido momentos de verdadera conexión humana, de compartir espacio, tiempo y, más importante, emociones. Sin embargo, ¿estas tradiciones comunitarias siguen teniendo el mismo significado? 

Mujer en llamada de zoom

El individualismo en el centro de la escena 

La filosofía del individualismo ha ocupado un lugar central en nuestra cultura. Nos enseña a valorar la independencia y a buscar la autorrealización, lo cual no es inherentemente negativo. Sin embargo, esta tendencia ha generado una fuerte presión para resolverlo todo por nosotros mismos, restando importancia al apoyo comunitario. 

El individualismo, según el filósofo Charles Taylor, se ha convertido en una trampa. Nos ofrece libertad, pero a veces nos aísla. En lugar de sentirnos parte de algo mayor, nos encontramos cada vez más desconectados, no sólo de los demás, sino de nosotros mismos. Taylor sugiere que la comunidad no es sólo un lujo, sino una necesidad para el ser humano, ya que nuestro sentido de identidad se forma en relación con otros. Vivimos en una sociedad que exalta al individuo por encima de todo. 

En este contexto, el espíritu festivo, que tradicionalmente se ha basado en la comunidad, se enfrenta a una crisis. Para muchos, las festividades han pasado de ser momentos de celebración colectiva a eventos centrados en el consumo personal. ¿Cuántas veces hemos visto más interés en qué regalos recibir o qué publicaciones compartir en redes sociales que en el simple acto de estar presentes con otros? 

Circulo de adolescentes en el celular

Según la filósofa canadiense Margaret P. Gilbert, el comunitarismo —la idea de que los individuos deben formar parte activa de una comunidad para florecer— se ha erosionado en las últimas décadas debido a la priorización del yo sobre el nosotros. Este cambio tiene profundas implicaciones, ya que el ser humano es, en esencia, un ser social.  

Esto no quiere decir que debamos regresar a tiempos en los que el grupo era lo único que importaba, ni que el individualismo sea inherentemente malo. De hecho, las filosofías del individualismo han traído avances en los derechos humanos, la libertad personal y la autodeterminación. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿cómo equilibrar el deseo de autonomía con la necesidad de comunidad? 

Nuevas formas de comunidad 

Existen ya movimientos que buscan restaurar ese sentido de comunidad, pero desde una perspectiva moderna. El auge del co-living en grandes ciudades, donde las personas optan por vivir en comunidades compartidas, es un ejemplo de cómo las generaciones más jóvenes están intentando recrear ese sentido de pertenencia en medio del individualismo. A esto se suma el resurgimiento de actividades comunitarias como los festivales locales, los mercados orgánicos y las iniciativas de voluntariado, donde la interacción cara a cara es clave. 

Hombre en internet

Otro ejemplo interesante es el fenómeno de los clubes de lectura virtuales que ha ganado popularidad en plataformas como Discord y Reddit. Si bien son espacios digitales, estos clubes permiten que las personas compartan sus pensamientos y emociones en torno a una lectura común, creando un sentido de comunidad en torno al aprendizaje compartido. 

Ahora te quiero invitar a hacer un breve ejercicio reflexivo: piensa en tu relación con la soledad y la comunidad. A menudo, se nos enseña a evitar la soledad a toda costa, pero ¿cuándo puede ser un refugio necesario para reconectar con nosotros mismos? Reflexiona sobre las siguientes preguntas: 

  • ¿Cuántas veces has preferido estar en una comunidad que en realidad te drena o que consideras tóxica sólo por el temor a estar solo? 
  • ¿Cómo puedes aprender a disfrutar de tu propia presencia sin la necesidad de validación externa? 
  • Si tienes la opción de elegir, ¿cómo sería para ti una comunidad ideal? Piensa en las cualidades que te gustaría encontrar en ella: empatía, apoyo, respeto mutuo. 

Reinventar el espíritu festivo 

El individualismo puede habernos desconectado del sentido profundo de comunidad, pero no todo está perdido. El desafío está en reconocer la importancia de estar solos cuando lo necesitamos y buscar activamente comunidades que realmente nos apoyen y nos nutran. El espíritu festivo no tiene que morir; puede adaptarse. Al final del día, todos necesitamos un espacio donde pertenecer, donde podamos ser vistos y escuchados más allá de nuestras publicaciones en redes sociales. 

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