Origen e historia del árbol de navidad
La tradición de poner o decorar algún árbol o leño en las fiestas invernales data de hace siglos, con las celebraciones paganas en torno al solsticio de invierno, y pese a los esfuerzos de las iglesias católicas y cristianas por desaparecer este adorno, no se ha logrado erradicar esta tradición que perdura hasta hoy. Te contamos más de la historia del árbol de Navidad.
Origen del árbol de Navidad
Jeremías, el profeta (VII a.C.), desaprobaba la costumbre de embellecer troncos con plata y oro, calificándola como vanidad, además de considerarlos “objetos sin valor” venerados por los paganos, en lugar de adorar al Dios verdadero.
Aunque el árbol de Navidad como tal no existía, estos versículos revelan la antigua tradición de talar árboles para decorarlos, similar a la práctica babilónica de colocar regalos debajo de ellos.
Tertuliano, un cristiano de los siglos II y III d.C., censura la imitación de rituales paganos romanos por parte de algunos correligionarios, como colgar laureles e iluminar durante los festivales invernales.
Por su parte, los romanos embellecían las calles en las Saturnales, que eran las fiestas dedicadas al dios Saturno, considerado el dios de la agricultura y las cosechas, estas fiestas se celebraban del 17 al 23 de diciembre. ¿Te recuerdan a algunas fiestas de la religión católica?
Mientras que los celtas adornaban robles con frutas y velas en los solsticios de invierno para simbolizar la renovación y el retorno del Sol y la vegetación. Es decir, que, a lo largo de la historia, el árbol ha sido un símbolo ancestral asociado a la fertilidad y renovación.
Del roble, al abeto y pino
El origen del árbol de Navidad se remonta a Niedersachsen, Alemania, donde una comunidad celta conmemoraba el invierno honrando al dios Thor.
Participaban en una ceremonia que incluía el sacrificio de un niño en un árbol sagrado, llamado el “El Roble del Trueno”, en honor a Thor. Alrededor del 23-24 de diciembre, en la víspera de Navidad del año 723 d.C., Bonifacio de Magnuncia, enviado de la Iglesia Católica, intervino para detener el sacrificio y rescatar al niño.
Entonces Bonifacio, con un hacha y proclamando el nombre de Jesucristo, cortó el árbol y lo sustituyó por un abeto, declarándolo símbolo del “Dios verdadero”, cuyas hojas son siempre verdes. Cabe aclarar que las versiones difieren entre un abeto o un pino.
Un árbol muy popular
Una parte fundamental de la popularización del árbol fue gracias al príncipe consorte Alberto, esposo de la reina Victoria. Alberto nació en Alemania en 1819, y llevó consigo la tradición alemana cuando se casó con Victoria en 1840.
En 1841, Alberto instaló un árbol de Navidad en el Palacio de Windsor, decorado con velas y golosinas. La reina Victoria lo describió como “encantador”.
Así, la representación del árbol en la Illustrated London News en 1848 generó interés y popularidad en el Reino Unido. La adopción de la tradición por parte de la realeza influyó en su aceptación y difusión en la sociedad británica y después tomó revuelo en el mundo occidental.
Las luces de Navidad
El origen de las luces de Navidad se remonta a diversas tradiciones y costumbres que han evolucionado a lo largo del tiempo. Aquí hay algunas influencias clave:
1. Solsticio de Invierno
Antes de la celebración de la Navidad, diversas culturas celebraban el solsticio de invierno, el momento en el que los días comienzan a alargarse nuevamente, por ejemplo, la fiesta de Yule. En dicha fiesta, se celebraba el triunfo de la luz (el Sol) sobre la oscuridad. Así que la colocación de luces en árboles y en otros lugares simbolizaba la celebración de la luz y la renovación.
2. Árboles iluminados en el Renacimiento
Durante el Renacimiento en Europa, especialmente en Alemania, se tiene registro de árboles de Navidad adornados con velas. Estas velas representaban, una vez más, la luz y eran símbolos de la esperanza y la vida en medio del invierno.
3. Innovaciones tecnológicas
Conforme avanzaba la tecnología, las velas se reemplazaron por luces eléctricas más seguras y duraderas. La invención de las bombillas eléctricas en el siglo XIX permitió iluminar los árboles de manera más eficiente y segura.
Actualmente, las luces de Navidad son una parte integral de la decoración navideña en todo el mundo, y su simbolismo ha evolucionado para representar la luz de la esperanza, la alegría y la celebración durante la temporada festiva, además de tener un valor estético.
Decoración con esferas
La tradición de decorar el árbol de Navidad con esferas tiene diferentes orígenes y evoluciones a lo largo del tiempo.
1. Manzanas y frutas
En sus inicios, antes de que las esferas de vidrio o plástico fueran populares, se usaban manzanas y otras frutas para decorar los árboles ya que se ven como la representación de la fertilidad, prosperidad y renovación en la naturaliza.
2. Simbolismo cristiano
Las manzanas que decoraban los árboles en sus primeros días representaban los frutos del Edén, además remiten a la historia de Adán y Eva, a su vez se asocian a Jesucristo y por extensión a la redención.
3. Influencia de la realeza
En el siglo XVIII, en la corte de la reina Charlotte de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del rey británico Jorge III, se utilizaban esferas de cristal soplado de Bohemia (actual República Checa) para decorar el árbol de Navidad. Esto contribuyó a popularizar las esferas como ornamento del árbol.
4. Su popularización
A finales del siglo XIX, la producción en masa de esferas de vidrio para árboles de Navidad se inició en Lauscha, Alemania. La demanda creció y estas esferas se exportaron a otros países, convirtiéndose en un elemento muy común en la decoración navideña.
Así, las esferas del árbol de Navidad han evolucionado desde frutas simbólicas hasta las decorativas esferas de vidrio y plástico (a prueba de gatos y bebés) que conocemos hoy en día. La tradición ha cambiado por influencias culturales, religiosas, e incluso comerciales a lo largo de los siglos.
Ningún elemento de la cultura popular es gratuito y podemos rastrear sus orígenes hasta lugares insospechados, sin duda el árbol de navidad está lleno de historia y símbolos que tal vez sin esperarlo nos hacen pensar en la esperanza, prosperidad, alegría y anhelo que nos gustaría sentir especialmente en las fiestas decembrinas. ¿Y tú con qué decoras tu arbolito?
Por Edith Cano Castillo
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