Bad Bunny y el salto de “YHLQMDLG” a “Un verano sin ti”
Todos hemos oído a Bad Bunny cantar que: “si tu novio no te m@m@ el qlo, pa eso que no m@m3” y más de tres se han escandalizado, poniendo esta canción de ejemplo para decir que el reggaetón, el trap y la música urbana en general es machista, cosifica a la mujer y sólo habla de sexo, vicios y excesos; pero pocos se imaginaban que hoy el puertorriqueño lograría que millones cantaran: “me pongo celoso sin razón y eso es machismo” (“No soy celoso” de Un verano sin ti).
Bad Bunny y los temas sociales
Hace unos días salió el nuevo álbum de Bad Bunny, Un verano sin ti, y además de colocarse rápidamente en los primeros lugares de popularidad, nos sorprendió con una canción que habla de la toxicidad de los celos, otra acerca de una mujer empoderada que no necesita atención masculina y la joya de la corona de este disco, “Andrea”, canción inspirada por el terrible feminicidio de Andrea Ruiz en Puerto Rico en 2021.
No es la primera vez que el compositor toca temas sociales a su estilo. En 2018 lanzó un video musical abordando la violencia contra la mujer con la canción “Solo de mí” del álbum X100pre. En 2019, participó activamente en las movilizaciones puertorriqueñas y, unido a Residente, sacó “Afilando los cuchillos” exigiendo la renuncia de Ricardo Rosselló —ex gobernador de Puerto Rico— después de que se filtraran conversaciones de sus chats personales en los que hacía bromas sobre la situación de los boricuas tras el paso del huracán María, así como comentarios homófobos y sexistas con sus colaboradores. Y en 2020, el mismo año que sorprendió a todo conservador con “Safaera”, del disco YHLQMDLG, se cantaba “que ningún baboso se le pegue”, un llamado a evitar el acoso sexual (“Yo perreo sola”, YHLQMDLG).
Sin embargo, siempre ha quedado la duda sobre si esto es marketing, lucro o conciencia. El intérprete ha cantado antes sobre mujeres fuertes y sexualmente libres que merecen respeto; pero hoy va más allá, habla del papel de los hombres y su responsabilidad de deconstruirse.
No obstante, ¿Bad Bunny es genuino o nos está vendiendo lo que queremos comprar?
Al compositor se le ha acusado de aprovecharse de causas para su promoción y de utilizar su lugar como hombre privilegiado para hacerse notar en varias ocasiones. Por ejemplo, grupos feministas le reprocharon que usara el mensaje de “NI UNA MENOS” en el video de “Yo perreo sola” por usar al movimiento como estrategia de venta; también se le cuestionó que —aunque es una canción de poder femenino— en dicho video no se incluyera a Nesi —Génesis Ríos—, cantante puertorriqueña con quien hace dúo en la canción, y en su lugar apareciera él vestido de mujer.
También se le ha señalado por usar un vestido rosa y tacones para la marca Jacquemus, pues le criticaron por banalizar un acto que a algunos les ha costado desde el trabajo hasta la vida y “colgarse” de verdaderos activistas para vender ropa, e incluso hubo quiénes lo acusaron de queerbating (una estrategia de mercadotecnia para atraer a audiencias “queer” al insinuar una orientación sexual diferente a la real). A pesar de esto, Bad Bunny sigue hablando, cantando, escribiendo y exponiendo causas, con el riesgo de “apagar la fiesta” y ser cuestionado.
Las consecuencias de la música de Bad Bunny (aunque sea dudosa su intención)
De primera impresión, pareciera que el Conejo Malo apoya causas sociales, por lo menos en “papel”; ya decía Kant que la intención es personal y sólo quien la tiene la conoce realmente, así que no podemos juzgarlo por lo que no sabemos, pero sí por el impacto de sus letras y actos. El mensaje de este álbum es tan poderoso porque pone a la mujer, la deconstrucción y la violencia machista en el centro de la discusión. Por supuesto que Bad Bunny no es el primero en hacerlo, muchas mujeres llevan conduciendo esta revolución reggaetonera desde hace años como Yvy Queen, Tomasa del Real, Nathy Peluso, Glory Glow y Snow Da Product, entre muchas otras, pero tiene más alcance cuando lo hace el boricua por ser una estrella internacional y sí, también por ser hombre (porque mundo macho, u know).
Hoy en día, Bad Bunny es el artista más escuchado en el mundo, no necesita promoción, ni escándalos, y sabe, como todos, que cualquier cosa que diga será escuchada. Todo lo que haga en este momento es un éxito garantizado que se cantará por todo el planeta y, con esa seguridad, don Benito ha decidido rimar sobre empoderamiento, machismo y consentimiento sexual para jóvenes que lo corean.
No quiero decir que esto lo convierte en un santo, es el mínimo de conciencia social y respeto que merecemos y deberíamos exigir, pero mientras hay noticieros revictimizando mujeres y hay piñatas de Debanhi, escuchar al intérprete más importante de un género que se relaciona con sexo y vicios, diciendo “Pero todo se ha complicado, como si ser mujer fuera un pecado” es más que esperanzador. En medio de una crisis mundial de feminicidios y violencia de género, me parece coherente, evocador, conmovedor y necesario que podamos ver a adolescentes de todo el mundo cantando en su coche, en el baño y en la borrachera:
Ey, ella no quiere una flor
Sólo quiere que no la marchiten.
Que cuando compre pan, no le piten.
Que no le pregunten qué hizo ayer
y un futuro lindo le inviten.
Que le den respeto
y nunca se lo quiten
Que le den respeto
y nunca se lo qui-
Que, que le den respeto
y nunca se lo quiten
NO, NUNCA SE LO QUITEN.
Por Andrea Morán Rosales
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