¿Tienes 18 años? El SAT te busca…

El SAT anda en todas partes… ¿Alguna vez viste esa película que se llama ¿Conoces a Joe Black? (1998), protagonizada por Brad Pitt y Anthony Hopkins, en la que se menciona que los impuestos y la muerte son las dos únicas cosas seguras en esta vida? Pues esta frase fue dicha hace poco más de dos siglos por Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos. 

¿SAT, RFC? Bienvenido al mundo de los adultos 

Pareciera que la sentencia mencionada en Joe Black se volvió universal, porque en el Artículo 31 de la Carta Magna o Constitución mexicana se afirma “que los mexicanos tenemos la obligación de contribuir al gasto público”. Así que es algo inevitable, para ti, para nosotros, para todos, tener que pagar impuestos de alguna u otra forma.  

Para la gente que tiene un empleo formal, es obligatorio estar registrado en el SAT (Servicio de Administración Tributaria), que es la agencia de gobierno encargada de recaudar los impuestos. Para ello, se activa un alta mediante una clave, denominada RFC (Registro Federal de Contribuyentes), que es un número de identificación.  

Si estás en tu etapa de estudiante, seguramente ahora estarás más ocupado en preparar tus exámenes, hacer tareas y planeando en qué trabajarás cuando concluyas tus estudios universitarios: tal vez desees ser estrella de música urbana, presidenta de la nación, ingeniero, médica, escritora, etc. Para cuando eso ocurra, podrías tener alrededor de 23 años. 

¿Piensas que la vida de estudiante es dura? ¿Seguro que quieres ser grande, votar, vivir solo, tener tu independencia…? Cuidado con lo que deseas y prepárate para tu primer empleo y que el SAT te descuente entre 15 % y 30 % de impuestos de tu sueldo.  

Actualizaciones para este 2022 

Sin embargo, y a partir de este 2022, a pesar de que no trabajes y no hayas tenido un empleo formal, si tienes 18 años o más, deberás registrarte ante el SAT: “Las personas que cumplan 18 años de edad estarán obligadas a inscribirse al RFC, aunque no tengan actividad económica”. 

Seguramente te preguntarás: ¿y yo qué gano al registrarme si nunca he trabajado? En algún momento, lo harás, y lo que se busca es que lo hagas en un empleo formal. La informalidad no requerirá eso por el momento, pero te aseguramos que el SAT ya tiene pensado algo para ellos. Así, tu incorporación a un mercado laboral formal comienza con el registro de un RFC y un número de seguridad social. 

Lo que se busca es que cuentes con una actividad económica generadora de ingresos o, dicho en otras palabras, que seas una persona económicamente activa. Aunque si tienes 18 años tu preocupación principal probablemente sean sólo tus estudios. Pero también hay otros casos en que para estudiar se requiere de un ingreso propio, pues no se poseen los recursos suficientes para pagar una escuela, pasajes, internet, libros y demás materiales.  

Los beneficios a futuro de darse de alta en el SAT  

1. Comprueba tus ingresos:

   podrás acceder a opciones de financiamiento con los bancos, desde solicitar un préstamo personal hasta un crédito hipotecario para adquirir una casa o un departamento, así como para un auto nuevo. 

2. Devolución de impuestos:

   es algo común escuchar que hay una devolución de impuestos, aunque no siempre se dé el caso, pero darte de alta ante el SAT y presentar tus declaraciones a tiempo puede abrir la posibilidad de obtener una devolución de impuestos: un dinero extra a nadie le hace mal.

3. Formalidad laboral:

   con tu registro ante el SAT es más probable que algunos clientes te acepten como colaborador, pues verán que eres un contribuyente cumplido. 

4. Pagar menos impuestos:

   ahora que si eres un emprendedor o freelance (que trabajas por tu cuenta), podrías hacer deducibles muchas de las compras y gastos que realizas para tu actividad, lo que te da la oportunidad de pagar menos impuestos. 

Por último, conoce en qué se utilizan tus impuestos 

El objetivo del SAT es que, a través de una invitación, consiga tener más recaudación de impuestos en el corto plazo. Pero, a su vez, busca evitar el robo de identidad mediante los documentos oficiales: CURP, INE, RFC y número de seguridad social.  

Asimismo, está en nuestro derecho la rendición de cuentas, porque si pagas los impuestos, es justo que exijas saber en qué se emplea ese dinero: calles limpias, alumbrado público, pavimentación (¡¡¡esos baches!!!), etcétera.  

Ah, y recuerda que si no ejerces ninguna actividad económica desde que te inscribes al SAT, dicha institución suspenderá tu registro.  

 Por: Carlos Viveros Nieto 

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