La cábala y las matemáticas
Las matemáticas no siempre han tenido un sentido meramente instrumental e intelectual: la cábala es muestra de ello.
La cábala y las matemáticas
El lenguaje universal de los números no sólo está arraigado en las matemáticas y en la ciencia, sino también en muchas culturas que les han atribuido varios significados místicos y espirituales. De esta manera, el poder de los números trasciende el lenguaje, y el ejemplo perfecto de esto es la cábala.
La invención de la escritura supuso un avance intelectual muy importante para el ser humano. Puesto que requería que la mente humana desarrollara una capacidad de abstracción significativa, cambió completamente su existencia. En ese cambio las matemáticas fueron las que dieron orden a la humanidad, y poder estudiar hechos perdurables e históricos. Es decir, para varias culturas las matemáticas también representaron no únicamente lo concreto, sino lo espiritual y lo trascendental.
No son tan sólo una parte de nuestro lenguaje oral o escrito, sino que son una herramienta fundamental en nuestra sociedad. Recordemos que para los pitagóricos la filosofía y las matemáticas eran disciplinas hermanas. Conceptos como medir, ubicar en el espacio y el tiempo, contar, ordenar y clasificar llegaron a través de un proceso de abstracción, que le llevaría varios milenios a la humanidad entender.
El origen de los números, así como su grafía, es un momento que la historia ha tratado de develar durante muchos años. Y aunque todavía no se sabe cuál es exactamente, en el camino se han encontrado con expresiones culturales únicas de las matemáticas.
Matemáticas, numerología, autoconocimiento
La cábala judaica (Kabbalah) o “tradición” es un sistema para el mejoramiento interior del individuo y mediante una estructura numérica que ayude a las personas a conocerse a sí mismas. Aunque originalmente sólo el pueblo judío la utilizaba, su fama hizo que muchos otros la practicaran. Se sabe que Issaac Newton había leído la cábala e incluso se han encontrado manuscritos de su autoría al respecto.
La numerología cabalística quizá puede rayar en el esoterismo, pero el estudio de su disciplina nos ayuda a entender la relación del humano con las matemáticas. Se podría decir que las matemáticas para muchos son la representación de dios o, siendo atrevidos, que lo han sustituido. En la cábala, por ejemplo, el número 10 representa la perfección y la consumación de dios.
De ahí que el sefirot, la representación del árbol de la vida, tenga 10 emanaciones y ésta a su vez, contiene 22 senderos que se comunican entre sí. Por supuesto, para llamar a los 22 senderos se tomaron las 22 letras del alfabeto hebreo.
Hoy los investigadores denominan a la cábala como una disciplina teosófico-teúrgica, en la que estudiar los textos bíblicos, traducirlos a su equivalente numérico y realizar una interpretación no sólo es una búsqueda por la verdad, sino que sirve como puente entre lo divino y quienes la estudian.
Y así, en la palabra sefira que significa “brillar”, pero también “calcular”, se encuentra resumida esa expresión que conjunta lenguaje, matemáticas y espiritualidad que pocas disciplinas han logrado. Si es veraz o no, le tocará a otras ciencias desmentir, pero eso no quitará el asombro sobre el poder que tienen las matemáticas sobre nosotros.
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