

Evolución en islas: un mundo de adaptaciones únicas
Comencemos por definir qué es una isla: en esencia, es un cuerpo de tierra rodeado de agua. Ahora, no debe ser demasiado pequeño para ser considerado un islote ni demasiado grande para ser llamado continente.
No todas las islas son las que vemos en medio de los océanos, también pueden haber islas en medio de ríos y lagos. Pero los ejemplos de los que hablaremos hoy serán exclusivamente oceánicos, lugares en los que la evolución funciona de formas misteriosas.
Evolución, ¿qué la hace tan especial?
En las islas, este proceso se puede estudiar con mucho enfoque —iba a escribir “de forma aislada”— en un ambiente más o menos controlado, limitado en tamaño por unos márgenes geográficos bien definidos. Podemos hace una analogía con los experimentos tradicionales de laboratorio con circunstancias controladas. La diferencia está en la escala.
Australia
Cuando los continentes se encontraban fusionados en Pangea, Australia formaba una masa terrestre con Antártida e India. Cuando el supercontinente se fragmentó, Australia-India-Antártida derivó hacia el Este. India tomaría su propio camino, luego Antártida igual se separaría hace unos 50 millones de años, dejando a Australia a la deriva con su peculiar diversidad.

Australia es el continente de los marsupiales (mamíferos con bolsa). A diferencia de los placentados, los marsupiales terminan su desarrollo embrionario en el exterior del cuerpo de la madre en una característica bolsa de piel. La imagen de la cabeza de un pequeño canguro sobresaliendo del peculiar bolso de piel nos puede dar una idea muy clara de cómo es el desarrollo de los marsupiales jóvenes.
Los marsupiales son comunes en Australia, pero no es el único lugar donde existen. En México, tenemos a los tlacuaches, que son emblemáticos de nuestro país. ¿Por qué entonces los marsupiales son tan abundantes en Australia en comparación con el resto del mundo? Cuando Australia se separó de los demás continentes, la proporción de marsupiales respecto a los mamíferos placentados era mayor, así no enfrentaron mucha competencia, prosperaron y dominaron todos los espacios ecológicos disponibles.

Madagascar
Hace más de 100 millones de años, Madagascar formaba parte del mismo bloque de tierra que formaban Australia, Antártida e India. Al separarse, India y Madagascar viajaron juntas por un tiempo hasta separarse, dejando a Madagascar como la cuarta isla más grande del mundo. Su separación condicionó a la fauna de la isla a desarrollarse de forma independiente.
La fauna de Madagascar se ha diferenciado tanto de la encontrada en tierra firme que consta de muchas especies endémicas, o sea, que no se pueden encontrar en ningún otro lado. Tanto en esta como en cualquier otra isla, los animales pueden quedar aislados por dos procesos: vicarianza y dispersión. El primero significa que la especie ya estaba en la isla cuando se da la separación, mientras el segundo método nos dice que la especie llegó después volando, común en las aves; nadando, cuando las islas no están muy lejos, o en alguna especie de barca natural, como un parche de plantas arrastrado por las corrientes.
Algunos de los fenómenos que distinguen a la evolución insular están en los extremos: el enanismo y el gigantismo insular. Cuando algunos animales grandes se ven encasillados en un área geográfica menor a la de sus requerimientos, tienden a reducir su tamaño. Por otro lado, animales pequeños tienden a crecer al poder aprovechar nuevos recursos sin la presión de los depredadores.
Una de las especies más representativas de Madagascar, hoy lamentablemente extinta, era el “ave elefante”, un ave no voladora parecida a un avestruz de 3 metros de altura. Todavía existía hasta hace algunos cientos de años y se piensa que los humanos tuvieron algo que ver con su desaparición, pero eso no está del todo claro. Las especies insulares se han adaptado tanto a un conjunto de características ambientales que los cambios pueden conducirlas a la extinción gradualmente o de forma catastrófica.

Las islas y sus habitantes son vulnerables. Los ejemplos en los que especies invasoras desplazan a los habitantes nativos son incontables. En los siglos que la humanidad se ha esparcido por la Tierra, primero en lanchas y luego en aviones, las islas prístinas se han visto amenazadas por especies invasoras que viajan con nosotros y, sabiendo que a nadie le sorprende… hasta hay un episodio de Los Simpson que lo explica.

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