¿Rosalía y C. Tangana hacen apropiación cultural?
¿Rosalía y C. Tangana hacen apropiación cultural?

¿Rosalía y C. Tangana hacen apropiación cultural?

Los recientes éxitos de El madrileño (2021) y Motomami (2022) refrendaron la fama de sus respectivos autores: C. Tangana y Rosalía. Y lo hicieron a tal grado que ambos álbumes se prestan a comparación y contraste. Pero no solamente en cuanto a composición musical, sino también en cuanto a apropiación cultural. Así es, tanto Rosalía como C. Tangana han incurrido en dicho fenómeno y te explicaremos por qué. 

 

La apropiación cultural: un rápido recorrido 

La apropiación cultural, es un concepto acuñado en la década de los noventa, que nació con la idea de visibilizar la explotación de elementos representativos de una cultura que está en desventaja respecto de otra (no importa si dicha explotación es por motivos económicos o por interés personal). Un ejemplo de apropiación cultural sucede cuando se toman motivos identitarios de una cultura como puede ser alguna originaria y es usada en una colección de diseñador sin ningún tipo de permiso ni alguna intención de homenaje, como fue el caso de Carolina Herrera en 2020 

Podríamos decir, a su vez, que en la apropiación cultural existe una relación desigual entre el apropiado y quien se apropia. Teniendo esto en mente, podemos hablar sobre cuáles han sido las razones por las que Rosalía y C. Tangana son apropiadores culturales desde su género musical: el pop. 

C. Tangana y El madrileño (2021)

C. Tangana, cuyo nombre real es Antón Álvarez Alfaro, es un ícono de la industria musical española. A menudo se ha querido colocar su álbum El madrileño dentro de la categoría de “nuevo flamenco” que, en pocas palabras, es un género que mezcla elementos que no son propiamente flamencos, como el rock y el blues, dentro de su composición.

 

Tan querido por España y Latinoamérica, pero con estas sorpresas que no oculta. Portada: Spotify.

En efecto, El madrileño tiene algunas reminiscencias del flamenco clásico (como en “Tú me dejaste de querer”, con el Niño de Elche y La Húngara; e “Ingobernable”, con los Gipsy Kings), pero su amalgama genérica sobrepasa los lineamientos melódicos del flamenco y se va directamente sobre otros géneros como la rumba, el bolero, la bachata, el reguetón y hasta el trap. Por lo que podemos decir que su estilo tiene raíces más de pop que de flamenco. 

 

Lo que hace que C. Tangana se convierta en un apropiador musical es que todos los géneros mencionados anteriormente son de raíz latinoamericana y sirven de base para beneficiarse de ellos desde Europa. Por otro lado, el flamenco funge como otro elemento de construcción musical pero nunca de identidad propia (ya que C. Tangana no es cantaor ni gitano). En una entrevista (que puedes consultar completa aquí), C. Tangana respondía al respecto de esta aseveración:  

 

Llevo toda mi vida conviviendo con esta idea de mezcolanza, y es como yo vivo, ¿sabes? Desde luego no tengo ninguna intención de ir donde gente pobre [sic] a quitarle su creatividad y explotarla, pero considero que me llevo apropiando y enriqueciendo de otras culturas desde pequeño, porque si no, no tendría ninguna cultura. Ha sido mi forma de crecer y de aprender (POTQ, 2019).  

 

Si mencionamos que la apropiación cultural se da en una relación desigual, aquí cabría preguntarnos si C. Tangana no estaría confundiendo inspiración con falta de retribución. 

 

Rosalía: de El mal querer (2018) a Motomami (2022) 

El caso de Rosalía es muy conocido, ya que ella es una artista multipremiada y ganadora de varios premios Grammy Latinos. Ya que en 2018, con El mal querer, Rosalía demostró sus dotes como compositora y cantante, pues dicho álbum está basado en una novela anónima del siglo XIII y posee numerosas referencias a tópicos literarios que se encuentran en san Juan de la Cruz, poeta místico español (en esta nota podrás consultar estos datos). 

 

 

Este álbum ha sido catalogado como experimental y colocado en el género del “nuevo flamenco”, ya que utiliza bases melódicas de dicho género y aun Rosalía utiliza el cante jondo —ese que reconocemos en Juana La Macarrona y Diego El Cigala— en combinación con algunos motivos urbanos. No obstante, aun cuando la autora no es flamenca usa el flamenco como género base para componer su estilo.  

 

Con Motomami (2022) —cuyo significado reside en la combinación de la palabra japonesa motto (traducido como “más”), aunque existe la confusión con la apócope de “motocicleta”, y la palabra “mami”—, Rosalía recurre al uso de la cultura nipona como motivo de composición sin dejar de lado la parte flamenca que la distingue. (Sin embargo, en reciente entrevista con Brut España dio una respuesta diferente al respecto del origen del nombre). Sólo que ahora incorpora más géneros latinoamericanos en su mezcla: ya sea la bachata en el caso de “La Fama” (en colaboración con The Weeknd, quien canta en español al estilo de Romeo Santos), o ya sea el reguetón en el caso de “Saoko”.  

 

Rosalía no se cansa de demostrar lo talentosa que es. Portada: Spotify.

 

Este álbum ha despertado una serie de críticas positivas y negativas que no se vieron en el caso de El madrileño de C. Tangana, por lo que cabría preguntarnos cuáles son las razones que hay detrás, ya que ambos forman parte del pop, toman géneros que no son propios de su cultura y la enuncian desde España. Pero esta pregunta la dejamos en el aire para que puedan responderla: ¿están de acuerdo?  

 

Por: Alonzo Caudillo

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