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¿Qué es la violencia obstétrica? La feliz espera con trauma inesperado 

18 noviembre, 2022
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Imagínate que es el día más esperado de tu vida, pero también en el que tienes más miedo y dolor. Estás vulnerable e indefensa, dependes únicamente de alguien externo, poco allegado a ti, para que todo salga bien. Puede pasar cualquier cosa, estás aterrada, esperanzada, feliz y angustiada a la vez. De pronto, sientes unos terribles dolores, te alejan de tu familia, de tu pareja y te meten a un cuarto frío con una bata que apenas te cubre lo necesario. Estás a la espera, temes que algo pueda pasarte a ti o a tu bebé, te sientes mal y, cuando quieres gritar, quien debería darte apoyo y seguridad te dice: “¡No grites! ¡Aguántate!”, y decide no administrarte ningún analgésico, porque “no es para tanto”. Después de horas de espera y dolor, al fin, te meten a otro cuarto, te drogan y, sin avisarte, te abren la panza, meten y sacan cosas de tu cuerpo sin tu consentimiento y estando inconsciente… No es la premisa de una película de abducciones alienígenas, sino el testimonio de una mujer dando a luz.  

@doctor.marvin

Responder a @naye_eyna #embarazo #salud #embarazada #violenciaobstétrica #primeriza #nacimiento #cesarea #parto #doctormarvin

♬ Epic Music(863502) – Draganov89

¿Qué consideramos violencia obstétrica? 

Como ésta, hay miles de historias de terror reales que sufren muchísimas mujeres antes, durante y después del parto; madres y embarazadas que tienen que soportar desde comentarios inapropiados, como “ahora sí chillas, pero bien que te gustó hacerlo” o “nos tocó la histérica”, hasta maltrato, negligencia y que no las atiendan como es debido o que les realizan procedimientos sin su consentimiento. Esto es mucho más común de lo que creemos y se llama violencia obstétrica 

Según la OMS, la violencia obstétrica se refiere a las prácticas y conductas realizadas por profesionales de la salud a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio que, por acción u omisión, son o se perciben violentas.  

Actos no apropiados o no consensuados, como cesáreas innecesarias y episiotomías sin consentimiento, intervenciones dolorosas sin anestésicos, obligar a parir en una determinada posición y tiempo, medicar innecesaria o excesivamente, etcétera. Esta violencia también puede ser psicológica, como dar a la usuaria un trato infantil, paternalista, autoritario, despectivo, humillante, irrespetuoso, minimizante, insultante y despersonalizado, o con vejaciones, como juzgar su físico y vida sexual o reproductiva de la madre durante el procedimiento, llamándole gorda, promiscua, débil, exagerada o histérica. 

@marta.hallo

Responder a @cinthiadae hay mucha violencia obstétrica, pero porfavor. Tengamos claro qué es y qué no lo es por el bien de todas #obstetricia #matrona

♬ sonido original – Marta Alonso

Aunque esto puede sonar irreal, la violencia obstétrica existe y ha sido reconocida por la ONU como un problema mundial a erradicar por la OMS. Dubravka Šimonović, relatora especial sobre la violencia contra la mujer de Naciones Unidas, puso el foco sobre este problema desde 2019 con el informe Enfoque basado en los derechos humanos del maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica. En dicho documento, expone la gravedad de la violencia contra las mujeres y analiza sus causas y sus consecuencias. 

Los datos de la violencia obstétrica 

Resulta, de menos, atemorizante pensar que, en el momento más frágil, el personal que debería cuidarte y ayudarte te violente, te maltrate, te ignore, tome decisiones por comodidad o por dinero, o que sencillamente no escuche las necesidades y deseos de la madre, como aquellos casos en los que sólo se consulta al padre sobre las decisiones o se toman por cuenta del personal médico unilateralmente. Sin embargo y por desgracia, esto sucede con mucha más frecuencia de lo que quisiéramos y los números son aterradores. Tan sólo en México, los números son para atemorizar al mismísimo Stephen King: 

  • Casi el 34 % de las mujeres ha sufrido maltrato durante el parto.  
  • A más del 4 % le han colocado algún método anticonceptivo o la han esterilizado sin su consentimiento.  
  • El 46 % de los nacimientos son por cesárea sin una justificación médica.  
  • A 1 de cada 10 mujeres que ha tenido una cesárea no se le informa la razón, ni se le consulta.  

Por supuesto, salen de esta lista del horror las cesáreas que se hacen con la finalidad de ayudar a las madres y a sus recién nacidos por cuestiones médicas y de seguridad, así como aquellas que son por decisión de la usuaria del servicio. Aquí estamos hablando de aquellos procedimientos que se realizan de forma obligada para apresurar el nacimiento, sin riesgo de sufrimiento fetal o para cobrar más a la embarazada, lo que lleva a México a ocupar el cuarto lugar a escala mundial en cesáreas innecesarias.  

¿Qué se está haciendo en México para terminar con estas terroríficas prácticas? 

En 2022, la Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, reformas a las leyes generales de Salud y de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objetivo de reconocer a la violencia obstétrica como un tipo de violencia real contra las mujeres, que se debe erradicar. En la Ley General de Salud, el artículo 61, fracción I, establece que la procuración de “la atención integral libre de violencia y con perspectiva intercultural a la mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio, incluyendo la atención psicológica que requiera”. 

El artículo 64, fracción V, promueve “las acciones institucionales necesarias para identificar, prevenir y erradicar la violencia obstétrica contra las mujeres asegurando un trato digno y con perspectiva intercultural durante el embarazo, el parto y el puerperio garantizando el derecho al parto humanizado”.  

Por otra parte, la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia propone “capacitar al personal del sector salud con perspectiva de género y perspectiva intercultural, con la finalidad de que detecten todas las formas de violencia, incluida la institucional y obstétrica”.  

Aún falta mucho por hacer para erradicar esa sombra fantasmal que ronda las salas de parto, pero esperemos que estas acciones ayuden a lograrlo. Por lo pronto, creemos que, como todo espanto, se puede debilitar sacándolo a la luz y por eso tenemos que seguir hablando de la violencia obstétrica.  

Por Andrea Morán 

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