La historia de la transfusión sanguínea
La historia de la transfusión sanguínea

La historia de la transfusión sanguínea

21 febrero, 2022
COMPARTIR

La transfusión nos parece algo común hoy en día, pero las técnicas que se usaron hace siglos eran altamente peligrosas.

En la Antigüedad distintos pueblos y culturas le adjudicaron a la sangre innumerables propiedades hasta considerarla como una sustancia de atributos mágicos. Esta concepción llevó a que la sangre fuese estudiada durante siglos hasta el punto de querer transferirla de un cuerpo a otro. ¿Pero cómo pudo se obtuvo este logro?

¿Qué es la transfusión sanguínea?

La transfusión sanguínea es la transferencia de sangre de un donante hacia un receptor. El procedimiento ayuda reemplazar la sangre que se pierde por causas de alguna cirugía o lesiones en accidentes; también la transfusión puede ser útil cuando una enfermedad impide que el cuerpo produzca sangre.

Pero no siempre fue tan sencillo como hoy lo es, antes el método era mortal pues la extracción sanguínea no se realizaba vía intravenosa sino por algo llamado sangría. Éstas se hacían por medio de flebotomías, sanguijuelas y ventosas; sin embargo, estas técnicas eran antihigiénicas y muy peligrosas.

Vicisitudes de la transfusión

En el año 1200 Ibn Nafis, un médico árabe, describió la circulación de la sangre, una tarea encomiable que infortunadamente no tuvo mucho resueno. No fue sino hasta 1628 (cuatro siglos después) que el británico William Harvey realizó la misma investigación y generó una revolución terapéutica.

Sin embargo, durante el transcurso de esos siglos los intentos no fueron pocos; de hecho, una de las transfusiones más sonadas en el siglo XV fue la del Papa Inocencio VIII. Se tiene registro de que en 1492 el Papa cayó en coma y se recurrió a la sangre de tres niños de diez años de edad para salvarle la vida. Si te preguntabas si la transfusión fue vía intravenosa… ¡no! A los médicos de la época se les ocurrió que sería buena idea llevar a cabo la transfusión por la boca. Claramente fue un fracaso y tanto los tres niños como el Papa Inocencio murieron.

Algunos siglos después –y basado en los estudios de William Harvey­­– en 1667 el médico Jean Baptiste Denys realizó la primera transfusión de sangre exitosa en humanos. Lo hizo pasando sangre de una oveja a un paciente. Pero, lamentablemente, hubo complicaciones después del procedimiento y el paciente murió. Por esta razón, Jean Baptiste Denys fue acusado de asesinato.

La época moderna

Para 1900 el norteamericano Karl Landsteiner descubrió los grupos sanguíneos  (A,B,O), clasificándolos como el sistema AB. Años más tarde, en 1908, Epstein y Ottenberg descubrieron que los grupos sanguíneos son hereditarios, afirmando que había un segundo grupo de sangre universal, de tipo O. En 1940 se descubrió el factor RH (Rhesus), una proteína heredada que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos. Este hecho fue develado por Landsteiner, Wiener, Levine y Stetson. Es gracias a este descubrimiento que sabemos si la sangre de un donante es compatible con la del receptor.

Cinco años después, en 1945,  se llevó a cabo en México la primera transfusión de sangre registrada en Latinoamérica. Su autor fue el doctor guanajuatense Matías D. Beistegui, ayudado por el doctor Francisco Javier Vértiz. A partir de este momento se inició una nueva etapa en el desarrollo de las transfusiones: la creación de bancos de sangre.

La transfusión de sangre se ha convertido en una esperanza de vida para los pacientes y recomendamos ampliamente donar para que estos bancos de sangre se encuentren abastecidos. Acércate a tu hospital más cercano para conocer los requerimientos.

Deja un comentario