Pedro Ramírez Vázquez: la mente detrás del Estadio Azteca y la Basílica de Guadalupe
La historia de la capital del país se conforma tanto por sus habitantes como por los edificios-insignia que habitan. Dentro de los muchos inmuebles que resaltan de la segunda mitad del siglo XX en Ciudad de México, el Estadio Azteca y la Basílica de Guadalupe se posicionan sin mucho esfuerzo en esa lista.
El encargado de diseñar estas obras de arte fue el arquitecto y diseñador gráfico Pedro Ramírez Vázquez, egresado de la UNAM. Entre sus obras se encuentran también el Museo de Antropología e Historia, el Palacio Legislativo de San Lázaro, el Museo de Arte Moderno, entre otros. Asimismo, obtuvo el cargo de Secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas durante el gobierno de López Portillo y fue el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos del 68.
Con esta muestra de su dedicación y trabajo, queremos ahondar un poco más sobre la historia de estos edificios que albergan de forma continua fieles creyentes en su interior.
El Estadio Azteca
También conocido como el Coloso de Santa Úrsula por su capacidad para albergar 87 000 personas y por contar con una superficie de 63 599 metros cuadrados. Ambos registros lo convierten en uno de los estadios más grandes de nuestro país y el séptimo a escala mundial.
Aunque no fue fácil la construcción, debido a la piedra volcánica que se encontraba en el terreno donde fue erigido, su edificación comenzó en 1962 y se terminó en 1966, con el motivo de obtener la sede de la Copa de Fútbol Mundial de 1970. En su inauguración, se celebró un partido amistoso entre el club América y el Torino, que terminó en empate. A su vez, el Estadio Azteca sirvió para las Olimpiadas de México 68 y el Mundial del 86. Como dato curioso, en este inmueble, podrían caber aproximadamente 12 000 toneladas de basura.
La Basílica de Guadalupe
Esta nueva edificación se erigió a un lado de la antigua Basílica. La finalidad era poder albergar más peregrinos durante los días cercanos al aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, es decir, del 10 al 12 de diciembre.
Su superficie ocupa un aproximado de 10 000 metros cuadrados, por lo que es reconocido como el recinto más grande de la devoción católica en México. La forma circular que posee de la base de su techo al ceñido de la cruz en la punta representa un vestido por fuera, mientras que por dentro da una sensación de auditorio para una mejor acústica durante las misas.
Su construcción empezó en el año de 1974 y terminó en 1976. Para edificarla, se usó cemento armado para la estructura de la cubierta y láminas de cobre que, al estar oxidadas, le dieron ese color verdoso (tal y como las estatuas de Indios Verdes). Este emblemático lugar mariano es uno de los destinos religiosos a escala mundial. Tan sólo en 2021, aun cuando la pandemia no amainaba del todo, la Basílica registró una visita de 3.5 millones de fieles.
Estas dos obras de arte han unido a millones de mexicanos y han atraído a extranjeros, ya sea por la religión o por el fútbol, e incluso para conocer la historia de nuestro pasado. Pedro Ramírez Vázquez nos ha dejado realmente un patrimonio para los mexicanos y para el resto del mundo.
Por Redacción
PDFs
GRATIS