¿Existen diferentes tipos de memoria?
¿Existen diferentes tipos de memoria?

¿Existen diferentes tipos de memoria?

La memoria funciona para retener información. Pero también funciona la memoria porque olvidamos información. No te preocupes si llegas a olvidar algunas cosas de hace años, de hoy día o de ayer: la memoria así funciona. Aquí te contaremos cuántos tipos de memoria hay, por qué se distinguen en tipos de memoria y por qué es bueno olvidar. (Otras ideas sobre la memoria las puedes encontrar aquí). 

Bueno fuera que la memoria funcionara así como en “Intensamente” (2015).

 

¿Dónde se ubica la memoria?  

La memoria ha sido el gran secreto neurofisiológico de la humanidad. Si bien existen estructuras cerebrales que se asocian a la memoria y cómo funciona —como el hipocampo—, su fisiología depende del tipo de memoria del que se hable y las estructuras relacionadas con la misma. 

Los diversos tipos de memoria que conocemos popularmente son: “memoria de corto plazo” y “memoria de largo plazo”. Conocer cómo funcionan y qué son es indispensable para no olvidar qué es aquello en lo que tanto confiamos a veces, sea para aniversarios, citas, exámenes o cumpleaños. 

Memoria a corto plazo 

La memoria a corto plazo requiere del uso de nuestros sentidos ya que no podemos recordar algo que no hemos visto, escuchado, olfateado, tocado, etc. Es un tipo de memoria inmediata, operacional, de trabajo, que sirve para interactuar con el ambiente de manera inmediata.  

Para su funcionamiento, se activa el sistema límbicoencargado de las emociones y donde se encuentra el hipocampo—, el lóbulo frontal —que es aquel que se encarga del control de impulsos—, y el tálamoque interpreta las sensaciones que recibimos—. 

Aunque hay ciertas mentes que no pueden retener ni un ápice de información… 

Vaya que funciona para que interactuemos con nuestro alrededor y así evitemos quemarnos la lengua con la comida, por ejemplo. También nos permite realizar una actividad cotidiana como medir la temperatura del agua a la hora de bañarnos. Si tú conocías este tipo de memoria con otras características que no eran éstas, pues ahora ya sabes para qué exactamente funciona. 

Memoria a largo plazo 

La memoria a largo plazo tiene, a su vez, muchos subtipos (la memoria declarativa, episódica y procedimental) y como su nombre lo dice: retiene información por tiempos más prolongados.  

Este tipo de memoria involucra al sistema límbico —que nos ayuda a dar una respuesta emocional que active el hipocampo después de pasar por nuestros sentidos—; pero también requiere crear vías de acceso en lugares como el lóbulo temporal —donde se crean estructuras neuronales que se activarán con ese recuerdo específico—. En el caso de la memoria declarativa, se requieren de rutas neuronales llamadas engramas, que son aquellas que nos permiten realizar una actividad tan simple como andar en bicicleta. 

Imaginen cuánto es necesario recordar para hacer algo así. 

 

Por último, el olvido 

Olvidar es como perder una ruta: si doblas en la calle equivocada puedes terminar en un lugar desconocido sin saber cómo regresar. Esto no es necesariamente negativo, pues el olvido cumple con una función muy importante referente a permitirnos ser funcionales. Es decir, vivir con todos los recuerdos de toda nuestra vida sería un obstáculo, como en el caso de Funes, el personaje del cuento homónimo de Borges. 

El olvido también tiene grados de afección que pueden ser graves. Es así en el caso del Alzheimer, en el que hay daño neurológico. Por otra parte, puede ayudarnos a cuidar nuestra salud emocional, como en el caso de los traumas, que son ocasionados por motivos psicológicos y de los cuales te hablaremos en otra nota.  

 

Por Charo Otero 

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