¿El graffiti es arte o vandalismo?
¿El graffiti es arte o vandalismo?

¿El graffiti es arte o vandalismo?

21 febrero, 2022
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De no existir una necesidad de protestar y recordar, tal vez no hubiese existido el graffiti.

Ya desde tiempos remotos se utilizaban en paredes, cavernas y muros institucionales.

Hay personas que consideran el graffiti como un tipo de expresión pictórica dentro de las artes; pero la gran mayoría asegura que se trata solamente de un acto vandálico, sea dentro o fuera de las protestas sociales. También se estima que este tipo de expresión forma parte de nuestro día a día desde la década de los ochenta, aunque, en realidad, provienen de mucho tiempo atrás. Veamos.

Tan sólo una huella

Un muestra de que los graffitis están presentes desde tiempos remotos son las imágenes dejadas por los peregrinos en los cementerios romanos en la época paleocristiana (allá por el siglo V d. C.), tema abordado por la doctora en arquitectura Lourdes Diego Barrado, de la Universidad de San Jorge, quien señala que estos graffitis se encontraron sobre las composiciones pictóricas altomedievales. La doctora afirma que la finalidad de éstos sólo era la de dejar un rastro físico del paso de los peregrinos por la zona.

Una protesta en la historia

Otra evidencia de la antigüedad de los graffitis es la narrada por Bernal Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España. En ella los capitanes españoles grafitearon el palacio de Hernán Cortes para mostrar su indignación con la repartición de los bienes. Cortés, al verlos, les responde escribiendo también en las paredes, pero sólo logra que la creación de estos graffitis en contra suya se intensificara. Así que finalizó con una sentencia drástica: “Pared blanca, papel de necios”.

Tomando estos datos en cuenta, podemos ver cómo el graffiti nos ha acompañado a lo largo de la historia de la humanidad como una clara expresión de protesta o el de la simple presencia de un grupo marginado de las sociedades en cada época. Por ejemplo, en el París de los sesenta se usó el graffiti durante las revueltas del famoso mayo del 68, en cuyas pintas se notaba un interés más por la palabra que por la imagen.

El reconocimiento de un nuevo arte

Por otro lado, en la ciudad de Nueva York, durante la misma década, el graffiti se hizo visible con un individuo de nombre Demetrio, mejor conocido como “Taki 138”. Este graffitero colocó su nombre por toda la ciudad, costándole a la alcaldía una gran suma de dinero por las reparaciones.

Su incursión en el graffiti motivó a muchos otros a seguir sus pasos, y para el año de 1973 se llevó a cabo la primera exposición de uno de los primeros colectivos de artistas del grafiti: “United Graffiti Artist”. Richard Goldstein, periodista del The Newsweek, reconoció públicamente el potencial artístico de este grupo llamando a su obra “salvajemente expresiva”.

En este punto, el graffiti ya había pasado por una serie de cambios. Después de “Taki 138”, muchos otros plasmaron su nombre por toda la ciudad, a tal grado que los trazos ya se habían mezclado volviéndose ilegibles entre ellos. Tal evento, lejos de desalentar a los nuevos creadores, los impulsó a realizar nuevas propuestas para lograr ser vistos.

Los graffiteros comenzaron a innovar en sus obras, sus firmas se volvieron más complicadas, realizaron bocetos de sus trabajos antes de plasmarlos y de esta forma crearon unas imágenes que, en palabras de la socióloga española Angela López, “se convierten en espléndidos frescos de luz y color”, dando un nuevo giro a lo que se había estado realizando hasta ese momento.

El ahora

Actualmente, el graffiti cuenta con una técnica que requiere tener los materiales adecuados, la limpieza en su creación dentro del tipo de letra escogido, una armonía en los colores elegidos, hasta la impresión del relieve como en el estilo del 3D. Pero lo más importante es el llamado “mensaje de las formas” –como lo llama la doctora Ana María Vigara Tauste–, que se refiere a la calidad estética dentro de este tipo de arte. Entonces, su valor depende de la calidad de su realización, actualidad, impacto visual y comunicativo, volviendo el grafiti parte de las artes pictóricas.

Al hablar de los graffiteros, la doctora Maria Vigara Tauste explica: “…en cierta forma tienen una concepción lúdica, casi romántica, del arte.” Porque ante todo hacen un ejercicio de su propia libertad, creando una relación connotativa en los colores que utilizan, adornando los espacios monótonos y vacíos de las ciudades. Hoy podemos ver graffitis hasta en los nuevos anuncios publicitarios, que también están apostando por este tipo de expresión. Hay campañas en las ciudades y las propias escuelas para llenar los muros vacíos con este tipo de expresiones artísticas, con el único objetivo de recuperar espacios y dotarlos de vida a través del arte.

La inclusión del graffiti en el arte muestra la propia inclusión de los grupos marginados, que ahora podría verse como las tribus urbanas. Las pegatinas, las plantillas reivindicativas y el propio street art siguen recubriendo las calles ostentando el título de las nuevas producciones audiovisuales. Así, el graffiti sigue produciendo un sentimiento estético en quien lo ve en sus espectadores, y quizá de la misma manera que lo hizo con aquellos romanos.

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