¿El cine mexicano contemporáneo es un éxito o lo son los directores?
¿El cine mexicano contemporáneo es un éxito o lo son los directores?

¿El cine mexicano contemporáneo es un éxito o lo son los directores?

El cine se ha convertido en parte fundamental de nuestra sociedad y, a poco más de un siglo de haberse creado, ha logrado superar a otras expresiones artísticas. Hoy, junto con la música, se ha convertido en una de las disciplinas más populares a nivel mundial. Y es que a través de sonidos e imágenes, las películas lograron provocar las más diversas emociones, y en una misma secuencia puedes transitar de la risa al llanto, de la ternura al sufrimiento o de la pasión al odio. El cine mexicano, por supuesto, ha contribuido a este suceso internacional, con tan sólo recordar la época de oro del cine mexicano para reconocer inmediatamente a las grandes figuras de la pantalla en el país. Sin embargo, nos falta hablar del cine mexicano contemporáneo.

 

¿Has visto cine mexicano contemporáneo recientemente?

Algunos nombres conocidos 

No obstante, debemos reconocer que muchos de los productores, directores y fotógrafos del cine mexicano contemporáneo que cuentan con reconocimiento internacional, lo han conseguido fuera del país. Tal ha sido el caso de Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, directores que se han destacado en este campo y han obtenido galardones en los festivales de cine más importantes del mundo con sus obras fílmicas.  

 

De izquierda a derecha: Alfonso Cuarón, González Iñárritu y Guillermo del Toro.

La industria del cine en México ha tenido, como otros rubros, sus altas y bajas. Vivió una época de oro durante casi tres décadas –de los años treinta a los sesenta del siglo pasado– y el mundo fue testigo de la consolidación de las carreras de estrellas como María Félix, Dolores del Río, los hermanos Soler, Joaquín Pardavé, Pedro Infante, entre muchos otros que hoy forman parte del imaginario sobre el mexicano. 

 En los cines se proyectaban las cintas que se filmaban en los grandes estudios cinematográficos, rodadas con tecnología estadounidense e innovaciones de los técnicos e ingenieros mexicanos. Ir al cine ya estaba al alcance de la mayoría, pues lo mismo había carpas populares que salas de lujo.  

El surgimiento de un nuevo cine y una crisis 

Hacia los años setentas y ochentas surgió una nueva generación de directores y productores mexicanos, motivados por los concursos lanzados para realizar cine experimental, así como de la apertura del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), que es la actual Escuela Nacional de Artes Cinematográficas.  

 Pero, al mismo tiempo, los cambios gubernamentales y las crisis económicas afectaron considerablemente la producción fílmica y hacia 1994, con la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las salas de cine ponderaron la proyección de películas extranjeras por encima de las nacionales.  

Ante la crisis de la industria, el Gobierno Federal implementó el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine, que permitió impulsar la producción de películas mexicanas, así como su distribución. También fue creado el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) para fomentar la promoción, distribución y divulgación del cine mexicano. 

A partir de estos modelos financieros y de buscar temáticas más cercanas a la vida cotidiana de los espectadores, nuevas generaciones de cineastas y productores trabajaron más con voluntad e iniciativa propia que con grandes presupuestos en la realización de sus películas para recuperar al público, el cual ha tenido una gran participación en esta nueva etapa que para algunos representa una nueva época del cine mexicano.  

Aun así, los cineastas a los que nos referimos en un principio —Cuarón, Iñárritu, Del Toro— no han transitado un camino convencional por el cine nacional, sino que los tres tuvieron que emigrar para que su trabajo fuera reconocido y las temáticas que abordan en sus filmes están desapegadas de la cultura mexicana. El triunfo, pues, ha sido más de los cineastas que de aquello que denominamos cine mexicano.  

Las directoras del cine mexicano contemporáneo y el streaming 

La llegada de plataformas de streaming ha permitido abrir una puerta para que el cine nacional tenga un acercamiento más directo con el público. Netflix, Claro Video y Amazon Prime han agregado a sus catálogos una vasta colección de películas realizadas en los últimos años con temas por demás diversos: denuncia social, grupos vulnerados, migración, entre otros. 

¿Conoces más directoras mexicanas?

 

Durante las últimas dos décadas, el cine mexicano ha ido ganando terreno desde diferentes frentes: galardones, número de producciones, exposición en festivales, así como una proyección internacional para todos los involucrados, como en Los adioses (2017) de Natalia Beristáin, basada en la vida de la novelista y poeta Rosario Castellanos. Pero el gran problema sigue siendo la distribución y exposición en las salas de cine de películas de corte nacional, como en el caso de Noche de fuego (2021), de la salvadoreña residente en México, Tatiana Huezo. 

Si nosotros como público somos capaces de consumir cine mexicano y fomentar nuestra asistencia al cine, ahora que la pandemia nos ha dado un respiro, es probable que se estimule más la producción y exhibición de películas nacionales. A su vez, se daría pie a que más cineastas jóvenes emprendan una carrera redituable en México que les otorgue el reconocimiento en el mismo sitio que los vio nacer.    

 

Por: Gabriela Sánchez Ibarra 

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