¿Por qué un clavo no saca a otro clavo? Cómo no repetir ciclos
¿Tienes amigas o amigos que no dejan a una pareja cuando ya están con la siguiente? ¿Que jamás han estado sin pareja más de una semana o, incluso, dobletean si es posible, para evitar quedarse solos? Pues este artículo es para ellos, o para ti, si jamás has pasado un periodo mínimo de unos 6 meses entre una y otra pareja, ya que te vamos a explicar por qué psicológicamente “un clavo no saca otro clavo” y, sobre todo, cuáles son sus consecuencias.
¿Cómo cerrar ciclos? Conoce la ley del cierre
En la terapia Gestalt (de la que puedes conocer más en esta nota), existe algo llamado “ley de cierre”, que es la capacidad de satisfacer necesidades al completar un ciclo de regulación del organismo. Pero ¿qué significa esto? Significa que todos tenemos necesidades y nuestra tendencia vital es a darles satisfacción; mas ¿qué pasa si no logro quedar satisfecha o satisfecho?
Abraham Maslow, psicólogo humanista estadounidense, diseñó una pirámide para explicar la satisfacción de estas necesidades básicas antes de llegar a la autorrealización. De acuerdo con Maslow, el sexo es una necesidad fisiológica básica; por otro lado, la asociación en pareja o grupo es una necesidad social.
Luego, si dentro de las necesidades básicas encaja a la perfección la de tener una persona que te acompañe en la vida a nivel sexual y social, muy buena parte de nuestros esfuerzos conscientes e inconscientes solicitarán que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance por satisfacer esa necesidad y cumplir nuestro ciclo de regulación organísmica respecto a ello.
En resumen, la ley de cierre afirma que nuestro cerebro no va a descansar hasta completar la figura o situación, como en la siguiente imagen:
El ciclo de la experiencia
De acuerdo con el psicólogo Francisco Peñarrubia, la nociva desventaja que acarrea no cerrar un ciclo de una experiencia es la creación de un bucle que nos impida salir de nuestro intento por cerrarlo. Pongamos un ejemplo de cómo cerrar un ciclo fisiológico y un ciclo social:
- Sensación. Me duele el estómago/ Me gusta el vecino o la vecina.
- Consciencia. Digo: “Tengo hambre”/ Le platico a mi mejor amiga que me di cuenta que me encanta el vecino(a).
- Visualización. Pienso en pedir una pizza/ Imagino en hacer una reunión de vecinos en mi casa.
- Acción. Llamo a las pizzas/ Ofrezco mi casa para la junta vecinal.
- Contacto. Me como la pizza/ Me como… ¡no perdón! Invito un café al vecino o vecina al terminar la junta.
- Satisfacción/retirada. Como 3 rebanadas de pizza para no quedarme con hambre, pero tampoco me la acabo/ Salgo con mi vecino o vecina hasta que nos hacemos pareja, tenemos sexo, salimos de viaje, etc., luego, si nos separamos, ya habré vivido todas las experiencias que me imaginé vivir en su compañía.
- Consumación/ punto cero/ felicidad. Me quedo unos minutos disfrutando la satisfacción de la pizza, satisfacción suficiente como para comer hasta dentro de 4 horas/ Me separo y disfruto de mí hasta que en unos 6 meses pueda salir con alguien más sin conflictos psicológicos; ¡y voy a terapia para no hacerle pagar los platos rotos a mi nueva pareja!
En conclusión, si no cierras todas estas etapas de tu ciclo de la experiencia con una pareja, puedes llegar a presentar los mismos problemas con la siguiente, dependiendo de los asuntos que dejaste inconclusos en alguna de las etapas de la relación y, si esto sucede una y otra vez, llegarás con tu terapeuta o tus amigos a preguntar: ¿por qué siempre me pasa esto a mí? ¿Cómo es que elijo siempre a personas con las que me sucede lo mismo?
Analiza en qué parte del ciclo te quedaste atorada o atorado con tu expareja y, por favor, recuerda: hay que sacar primero un clavo para después clavar el otro, de lo contrario, la insatisfacción será siempre lo que te estorbe para que goces tu actual relación.
Por Charo Otero.
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