Reloj que simboliza la organización del horario Reloj que simboliza la organización del horario

Descubre cómo organizar tu horario según tu personalidad y aumenta tu eficiencia 

Si eres de esas personas que siempre llega a diciembre con una lista inmensa de propósitos sin cumplir y siempre tratas de organizarte para conseguir tus objetivos pero nunca lo logras, te tenemos buenas noticias, quizás no eres tú, sino tus horarios y tu forma de organizarte las que podrían estar limitando tu progreso, y todo por no hacerle caso a tu personalidad. 

“Conócete a ti mismo” 

¡Qué más da si fue Sócrates o Tales de Mileto quien escribió esta frase en el muro del Templo de Delfos! La idea es que tenían razón, así que pueden pasar siglos enteros más seguirá teniendo vigencia ya que, hasta que no descubramos cómo funciona nuestra personalidad, no lograremos desbloquear aquellos obstáculos que inconscientemente nos ponemos a nosotros mismos. El primer paso es aceptarlo, así que de nada sirve organizar tu agenda de manera pulcra y ordenada, si en la realidad ninguna de esas cosas que anotaste coincide con tu realidad. 

Es por ello por lo que te presentamos algunas alternativas para que este año no tengas ningún pretexto para dejar tus objetivos perderse en esas hermosas páginas o en tu cabeza. Hagamos tus sueños realidad adaptándolos a tus circunstancias. 

Calendario y planeación

Horarios para los que tienen TOC 

Hay personas que su temperamento es ansioso y además han vivido en ambientes hiperestructurados o con nula estructura y por consecuencia han desarrollado una especie de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), así que si eres una de estas personas, recuerda que para ti las agendas y los calendarios podrían ser tu mejor opción. 

Puedes poner el día, la hora y hasta un pequeño recuadro para saber si lo hiciste, ya que suponemos te gusta registrar cada logro y está maravilloso, sólo que para estos casos te tenemos una propuesta que podría mejorar aún más tus horarios con base en tu personalidad: 

Deja espacio para descansar, al menos un par de tardes a la semana o si se puede un día entero, ya que las personas con TOC tienden a saturarse y caer desplomados, lo cual tira abajo todos sus esfuerzos pasados y no permite que el esfuerzo sea sostenible, así que nunca obtendrán autosatisfacción. Entonces, si tienes TOC y te gusta la palabra perfección, tu calendario sería aún más perfecto si dejaras espacios para descansar. 

Horarios para nocturnos 

¿Sabías que existen ritmos circadianos que definen nuestras necesidades a lo largo del día? Pues resulta que dichos ritmos se van modificando con base en nuestras costumbres y personalidad. Hay quienes trabajan y disfrutan más en la noche mientras que otros, si no hacen sus labores por las mañanas y duermen temprano, se sienten mal. Si tu caso es de aquellos que hacen ejercicio, trabajan y disfrutan de la compañía de la Luna, definitivamente deja de luchar. Tratar de encajar, poner yoga a las 5 am, juntas a las 7 am, trabajo de 9 am a 2 pm y horarios de oficina, sólo hará que te autosabotees. ¡Acepta que no eres Elon Musk! ¡No eres del club de las 5 am y eso es perfecto para ti! 

Alarme digital

Quizás para no ser antisocial, trata de acoplarte un poco a los diurnos, pero respetando tus costumbres, gustos y como ya dijimos, hazle honor a tu personalidad. Quizás no puedas irte a dormir 3 am todos los días, pero si te propones dormir a las 12 o 1 am, para despertar a las 8 o 9 am, si te das espacio para tu café y convivir con los diurnos, pero comienzas a trabajar cuando todos llevan un par de horas; si lo aceptas y buscas un trabajo, amigos, jefes que lo respeten y te organizas siendo congruente con ello, tus horarios y tu agenda te darán mayor productividad. No se trata de entregarnos al desvelo, pero sí dejarlo estar. 

Horarios para diurnos 

Contrarias a las nocturnas, las personas diurnas que disfrutan de las primeras horas de la mañana y que viven en armonía con el Sol, el gallo y los horarios de oficina, quizás necesiten también mejorar su realidad. Aunque estas personas parezcan tener una mejor adaptación y organización, la realidad es que también necesitan integración, ya que podrían llegar a saturar su mañana por su exceso de energía y llegar a la tarde cansados e indispuestos para disfrutar con amigos, familia y pareja. 

En estos casos, lo ideal es, aunque no lo creas, repartir tus energías y dejarte espacios para una buena desvelada, una fiesta e incluso entrenarte en salir a lugares por la noche, una vez a la semana al menos, ya que siempre es necesario dejar espacio para hacer las cosas diferentes y no sólo para descansar. Conocer gente nueva y mover tus tiempos de forma que aprendas a disfrutar en todo momento, para puedas darle ese twist a tu personalidad y que nunca te quedes sin energía. 

Reloj representativo de que se inicia el otoño.

Horarios para workahólicos 

Sin importar si eres diurno o nocturno, si lo que realmente te gusta es trabajar y no puedes parar, tus horarios necesitan pausas, “pequeñas victorias” y nuevos comienzos, porque si no, algún día vas a explotar. Comienza por poner tu café, tu almuerzo o tu comida en espacios entre horarios laborales, cada par de horas o mínimo tres o cuatro veces al día. Dale chance a tu cuerpo de cerrar ciclos para que puedas tener satisfacción y registro inconsciente de tus logros, de lo contrario serás el eterno conejo persiguiendo la zanahoria colgada de su propio cuello. 

Cuando trabajas por pequeños ciclos de pequeñas victorias no sólo te vuelves más productivo, sino que logras que tu cerebro registre el éxito cada par de horas, justo ahí donde pones tu descanso. Así podrías incluso mejorar tu personalidad y autoestima, ya que saber que tuviste muchos pequeños logros en el día será mucho más satisfactorio que tener largas jornadas sin fin, donde tu cerebro se funde y trabaja en el doble de tiempo lo que podría hacer en unos minutos si hubieras tenido la chance de reposar y recuperar fuerzas. 

Agendas para planeación de trabajo

Horarios para procrastinadores 

¿Qué pasaría si en vez de imaginarte con la agenda llena te imaginas viajando, viendo películas y haciendo cualquier otra cosa que no sea trabajar? ¡Genial no! Pues diría Carl Jung: “Lo que niegas te somete y lo que aceptas te transforma”. 

En estos casos, sólo necesitas fechas límite y dedicarte a disfrutar de procrastinar, pero con verdadera convicción, saciarte de series y películas, dejar que la fecha límite se aproxime para ponerte a trabajar. Acepta que te gusta la adrenalina, reconoce que te gusta trabajar bajo presión y cuando llegue la fecha de entrega también reconoce que: ¡más vale noche de desvelada, que serie no terminada! 

Dejar de quejarnos por las jornadas extenuantes pro-procrastinación y tener sólo fechas límites podría ser una especie de horario ideal, aceptar el “pago emocional” por el tiempo que no fue perdido, sino que es ganado en descanso para permitir que sea tiempo de calidad. Mientras menos miedo le tengas a procrastinar y menos te quejes de ello, mientras más le permitas estar en tu calendario y tu horario, más pronto te dejará en paz.  

Horarios para los que odian los horarios 

Para ti, el mejor horario es el mental y si no te molesta, la alarma del celular. Si te encantan las sorpresas sólo imagina lo que quieres lograr, ponle fecha de caducidad y deja que tu alarma te recuerde que ya viene la fecha para empezar a terminar. Quizás no procrastines, sino que hagas muchas otras cosas productivas a tu tiempo, sólo no te gusta la presión de tener un horario y tener que cumplir con sus demandas. 

La técnica quizá sea “evite usted agendar”, confía en tus capacidades para llegar al objetivo, en tu organización mental y en tu capacidad de reconocer las prioridades. Los horarios a veces ni siquiera son necesarios, sólo considerar tu fecha final y elegir los momentos adecuados para cada parte del proceso o los ideales para hacerlo, y cada determinado tiempo tener avisos de cómo debería marchar el proceso. 

Horarios para artistas y creadores 

Los creativos necesitan saber cuánto dura aproximadamente su proceso para crear con base en las experiencias previas, y programarse para hacerlo los días en que se sienten más dispuestos a hacerlo, dejando pasar las fechas que anotaron en su agenda con la conciencia clara de que, el mejor día es el día que te surgen las ideas. No sé ustedes, pero si un creativo no trabaja con base en sus momentos de inspiración puede perder aún más tiempo que el workahólico que no para y se desgasta al trabajar sin descansar. 

Claro que, si no surgen las ideas, los horarios de los artistas deben incluir actividades que catalicen su creatividad, que les inciten: como una salida al campo, un café o una cerveza con amigas o amigos, y otros placeres provocativos de situaciones que deben estar insertadas en su horario laboral. 

Finalmente y para todos los casos, una vez que aceptas que tu personalidad será dominante en tus horarios y te organizas con base en tus necesidades, quizás tu agenda fluya con mayor naturalidad. Dejarás de luchar imitando itinerarios ajenos y lograrás mayor productividad, porque no hay nada más terrible que no disfrutar tu tiempo, proponerte hacer cosas a la fuerza y negar que tus costumbres pesan a la hora de trabajar, de estudiar y de hacer lo que te propusiste. Lograr que tu vida no se convierta en una obligación sino en un placer, o al menos en algo que no te cuesta tanto trabajo realizar. 

Horarios para procrastinadores 

¿Qué pasaría si en vez de imaginarte con la agenda llena te imaginas viajando, viendo películas y haciendo cualquier otra cosa que no sea trabajar? ¡Genial no! Pues diría Carl Jung: “Lo que niegas te somete y lo que aceptas te transforma”. 

En estos casos, sólo necesitas fechas límite y dedicarte a disfrutar de procrastinar, pero con verdadera convicción, saciarte de series y películas, dejar que la fecha límite se aproxime para ponerte a trabajar. Acepta que te gusta la adrenalina, reconoce que te gusta trabajar bajo presión y cuando llegue la fecha de entrega también reconoce que: ¡más vale noche de desvelada, que serie no terminada! 

Dejar de quejarnos por las jornadas extenuantes pro-procrastinación y tener sólo fechas límites podría ser una especie de horario ideal, aceptar el “pago emocional” por el tiempo que no fue perdido, sino que es ganado en descanso para permitir que sea tiempo de calidad. Mientras menos miedo le tengas a procrastinar y menos te quejes de ello, mientras más le permitas estar en tu calendario y tu horario, más pronto te dejará en paz.  

Horarios para los que odian los horarios 

Para ti, el mejor horario es el mental y si no te molesta, la alarma del celular. Si te encantan las sorpresas sólo imagina lo que quieres lograr, ponle fecha de caducidad y deja que tu alarma te recuerde que ya viene la fecha para empezar a terminar. Quizás no procrastines, sino que hagas muchas otras cosas productivas a tu tiempo, sólo no te gusta la presión de tener un horario y tener que cumplir con sus demandas. 

La técnica quizá sea “evite usted agendar”, confía en tus capacidades para llegar al objetivo, en tu organización mental y en tu capacidad de reconocer las prioridades. Los horarios a veces ni siquiera son necesarios, sólo considerar tu fecha final y elegir los momentos adecuados para cada parte del proceso o los ideales para hacerlo, y cada determinado tiempo tener avisos de cómo debería marchar el proceso. 

Horarios para artistas y creadores 

Los creativos necesitan saber cuánto dura aproximadamente su proceso para crear con base en las experiencias previas, y programarse para hacerlo los días en que se sienten más dispuestos a hacerlo, dejando pasar las fechas que anotaron en su agenda con la conciencia clara de que, el mejor día es el día que te surgen las ideas. No sé ustedes, pero si un creativo no trabaja con base en sus momentos de inspiración puede perder aún más tiempo que el workahólico que no para y se desgasta al trabajar sin descansar. 

Claro que, si no surgen las ideas, los horarios de los artistas deben incluir actividades que catalicen su creatividad, que les inciten: como una salida al campo, un café o una cerveza con amigas o amigos, y otros placeres provocativos de situaciones que deben estar insertadas en su horario laboral. 

Finalmente y para todos los casos, una vez que aceptas que tu personalidad será dominante en tus horarios y te organizas con base en tus necesidades, quizás tu agenda fluya con mayor naturalidad. Dejarás de luchar imitando itinerarios ajenos y lograrás mayor productividad, porque no hay nada más terrible que no disfrutar tu tiempo, proponerte hacer cosas a la fuerza y negar que tus costumbres pesan a la hora de trabajar, de estudiar y de hacer lo que te propusiste. Lograr que tu vida no se convierta en una obligación sino en un placer, o al menos en algo que no te cuesta tanto trabajo realizar. 

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