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¿Cafés filosóficos? Aprende cómo se organizan, qué son y dónde tomarlos

Si acaso tú no ves

más allá de tu nariz

y no oyes a una flor reír. 

“Molinos de viento”, Mago de Oz 

Todos los seres humanos somos por naturaleza curiosos y cuestionadores; gracias a ello, la ciencia avanza día con día. Sin embargo, muchas veces pensamos que el cuestionarse acerca de todo lo que acontece a nuestro alrededor es tarea de los adultos, de los científicos o de los filósofos. Pero no es así.  

Todos tenemos esa capacidad para filosofar, la cuestión es que muchas veces preferimos seguir las tendencias o modas de pensamiento, porque nos da flojera pensar las cosas más a fondo o creemos que puede ser aburrido. Epicuro, un filósofo de la Antigüedad, señala que “nadie por ser joven dude en filosofar ni por ser viejo de filosofar se hastíe. Pues nadie es joven o viejo para la salud del alma. Con esto, quiere darnos a entender que la edad no es un impedimento para filosofar. 

¿Un espacio para pensar? Los cafés filosóficos 

Durante muchos siglos, sobre todo desde la Alta Edad Media hasta el siglo XVIII, la Filosofía estuvo atrapada en manos de filósofos académicos que se mueven en espacios universitarios principalmente. En ese sentido, con el afán de procurar la reflexión filosófica en diferentes públicos, no necesariamente especializados, la práctica filosófica se ha extendido en los últimos años llegando a través de cafés, talleres, consultoría filosófica, filosofía para niños y filosofía en organizaciones.  

En esta ocasión, hablaremos de los cafés filosóficos que comenzaron a realizarse en 1992, en París, por Marc Sautet, un filósofo que tuvo la gran idea de buscar un espacio público —como una cafetería— donde pudiera entablar diálogos filosóficos sobre temáticas de interés general. Debido al éxito que tuvo, los cafés filosóficos se fueron expandiendo por el resto del mundo. 

Tipos de cafés filosóficos 

En realidad, no existen reglas tan rigurosas para su práctica y pueden participar personas de distintas edades. Incluso hay helados filosóficos para niños. También puede sustituirse la idea del café por un vino o chocolate filosófico, según lo amerite el contexto. La idea principal es generar un ambiente cómodo, de confianza, donde además de tomar una bebida puedas participar en un diálogo que aborde conceptos filosóficos que estén relacionados con nuestra vida cotidiana. 

@dieta_de_filosofia

🙊 El sábado tuvimos el segundo café filosófico de Dieta de Filosofía. 👽 Cada quién contribuyó con su experiencia del asombro. ⚡ Ejercitamos la construcción de definiciones, que implica darle importancia a nuestras ideas, considerar contradicciones y preguntarnos cómo son las cosas y cómo podrían ser. 🔍 Para construir preguntas y dar respuestas tentativas nos sirvió pensar en qué, quién, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué. 🙏🏽 Muchas gracias a quienes asistieron. 📷 ¡Muchas gracias a Andrea por las fotos y las notas! 🦗Nos vemos pronto en el café filosófico de mayo. #cafefilosofico #caféfilosófico #prácticasfilosóficas #acompañamientofilosófico #dietadefilosofia #filosofíapráctica

♬ Escándalo – La Sonora Dinamita

Y, aunque como ya se ha mencionado, no existen metodologías específicas para su desarrollo, algunos facilitadores y expertos en el tema coinciden en que generar lineamientos comunes para el interés de los participantes es esencial para iniciar la reflexión filosófica. 

El café filosófico de Esther Charabati 

En México, existen cada vez más lugares dónde se realizan cafés filosóficos. Esther Charabati es una profesora de la UNAM que tiene ya varios años realizando este tipo de práctica filosófica, que a raíz de la pandemia se ha popularizado en formato virtual. 

Si vives en la ciudad de México, cada semana, Esther realiza cafés filosóficos en una cafebrería en Polanco, puedes animarte a participar para vivir la experiencia directa de esta práctica filosófica. Si vives en otros confines de nuestro país o del mundo, puedes investigar sobre alguna práctica cercana, o puedes indagar a través de las redes sobre los cafés filosóficos virtuales que también se ofertan de manera frecuente. 

Lo importante es ejercitar nuestro pensamiento para tener una perspectiva más amplia de nuestra realidad, pues como diría el buen Sócrates según Platón: Una vida sin examen no merece la pena ser vivida”. 

Por Verónica Yhasmín López Muñoz

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