“No te ofendas, pero…”. “Body shaming”: el permiso de ofender el cuerpo ajeno
“No te ofendas, pero…”. “Body shaming”: el permiso de ofender el cuerpo ajeno

“No te ofendas, pero…”. “Body shaming”: el permiso de ofender el cuerpo ajeno

Una situación como la describiré en un momento representa a la exactitud qué es el body shaming: “Ay, no, mija. Con todo respeto, pero ¡cómo has engordado! ¡Ya deberías ponerte a dieta! Mira a tu prima, barrosa y cacariza, pero bien delgadita, ¿y tú? Serías más guapa si adelgazaras. Si no te cuidas vas a terminar como tu madrina. Te lo digo por tu bien, es por salud”. ¿Te suena familiar (no pun intended) esta clásica escena del body shaming? Si tuviera un dólar por cada vez que me lo han dicho, Jeff Bezos me presentaría como la morra que sí tiene varo de verdad.  

Si fuera qué meme 

Lo que hay detrás del ejercicio del “body shaming” 

Todos hemos estado en alguna esquina de ese diálogo, padeciéndolo o ejecutándolo, porque lo hemos normalizado. Una vez iniciado con un “no te ofendas, pero…” y seguido de “con todo respeto”, ya no reparamos en las repercusiones que esto puede tener en la autoimagen de las pobres víctimas. A este boicot a la autoestima ajena, le llamamos “body shaming” y es el ataque directo a los cuerpos ajenos, haciendo sentir vergüenza e inseguridad a los demás por su apariencia.  

Esta tunda a la autoestima se recibe desde temprana edad con la creencia de que eso “forja el carácter”, “ayuda a mejorar el aspecto de las personas”, “permite crecer con una autoimagen clara y no distorsionada”, “promueve el autoconocimiento y brinda templanza y fortaleza a quien la recibe”.  

@samantushka

Responder a @contcristiano Reply to @contcristiano El body shaming se trata de una práctica en la que las personas critican o avergüenzan a otras por su apariencia física: ya sea por su vello, estrías, acné o manchas, por tener unos kilos de más o de menos, etc. #bodyshaming #gordofobia #asisuena #trauma

♬ Original Sound – Unknown

Sin embargo, según los últimos estudios en psicología y psiquiatría, resulta que ese bombardeo de tough love no es tan inocuo como creíamos, pues según De Valle, Gallego-García, Williamson y Wade, genera temor y hasta odio al propio cuerpo, provocando desde baja autoestima hasta problemas más graves, como TCA (trastorno de la conducta alimentaria) como bulimia y anorexia, o trastorno dismórfico corporal (TDC), como vigorexia (adicción al ejercicio), tanorexia (adicción a la piel bronceada), adicción a las cirugías plásticas, a la juventud, y problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. 

El “body shaming” tiene refuerzos en los estereotipos de belleza 

Si consideramos que, aunado a todo esto, hay un constante bombardeo de mensajes sobre la insuficiencia del físico, los ideales de belleza en redes sociales y el bullying como algo normalizado, tenemos a un montón de seres humanos que han aprendido que su cuerpo es inadecuado y feo, y que cualquiera puede hacérselos notar y opinar acerca de él sin reparo alguno. 

A lo anterior, se le suman otros terribles vicios sociales, como el racismo (“aunque es morenita, es bonita”); clasismo (“se ve naquita”); gordofobia (“es el Milky… Mil kilos, wey”); homofobia (“una cosa es ser gay y otra es parecer una “loca”); machismo (“con esa voz de pito pareces niña”); capacitismo (“tiene ojos de loco, se ve como enfermito”); sexismo (“ya tienes espalda de hombre, no te ves femenina”); y hasta transfobia (“eres tan alta que pareces travesti con tacones”), entre otras cosas que se basan en la descalificación de todo aquello que no nos parece correcto o bonito. 

@conjunto.dietetico

Seguimos reflexionando sobre los estándares de belleza #fyp #foryourpage #nutri #nutricion #aprendeentiktok #estereotipos #beauty #historia #parati

♬ sonido original – conjunto.dietetico

Si nos apegáramos a estas condiciones de belleza que refuerzan el body shaming, sólo Kendall Jenner podría ser considerada hermosa, pero no del todo, pues también habrá quien critique su uso excesivo de filtros, su extrema delgadez o sus operaciones estéticas, así que tampoco es un ejemplo de la perfección que nos obligan a alcanzar. Si fuera muy mal pensada, me atrevería a decir que estos cánones de belleza están hechos para que nadie los consiga y que todos nos sintamos a disgusto en nuestro cuerpo, consumiendo cremas, aparatos de ejercicios, pan sin gluten, maquillaje, tratamientos, fajas, peluquines y extensiones de pestañas en una carrera interminable por sentirnos suficientes, pero tal vez estoy siendo suspicaz.  

¿Cómo se combate el “body shaming”? Con “body positive” 

Como respuesta al body shaming, aparecen movimientos como el body positive y el body neutrality, que buscan contrarrestar el daño que avergonzarles por su aspecto ha hecho a la autoestima de muchos, partiendo de preguntas como “¿quién decide qué es bello?”, “¿hermoso es igual a sano?” y, más aún, “¿le debo belleza a los demás?”, “¿merezco un peor trato por no cubrir las expectativas físicas de la sociedad?”, “¿cuál es el peso, el color, el tamaño, la estatura y las características que debo tener para que mi cuerpo no sea objeto de escrutinio público?”. La respuesta es que todos los cuerpos son válidos y ninguno merece ser descalificado 

Por último, ¿cómo evitamos el body shaming? Si no es tu cuerpo, no tienes por qué opinar sobre él, y si es tu cuerpo, sólo tu opinión (y la que pidas) cuenta. No importa si es por salud, en buen plan, por cariño, entre nos, sin ofender y con todo respeto, guárdate tu comentario. No sabes el impacto que las palabras puedan tener en el otro, y si alguien te ofrece su muy humilde consejo, dile: “No te ofendas, pero de los cuerpos ajenos no se opina”. 

Por Andrea Morán 

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