¿Vives en una relación simbiótica? Identifica el tipo y evítala
¿Vives en una relación simbiótica? Identifica el tipo y evítala

¿Vives en una relación simbiótica? Identifica el tipo y evítala

Aunque te parezca salido de una película de Sony Studios, las relaciones simbióticas o asimétricas son aquellas en las que hay una gran carencia de comunicación y empatía entre los individuos. ¿Te suena? No te preocupes, si vives una relación así, te enseñaremos cómo identificar el tipo y evitarla.  

¿Qué es la simbiosis? 

De acuerdo con el Portal Académico del CCH de la UNAM, la simbiosis se define así: 

Significa vivir juntos […] y es la relación o asociación íntima o estrecha entre organismos de diferentes especies a largo plazo, se les conoce como simbiontes a los miembros de la relación que pueden salir beneficiados, perjudicados o no ser afectados. 

Con base en la definición anterior, llama la atención que llamemos “simbióticas” a nuestras relaciones, ya que los simbiontes son seres de especies diferentes; como si se refirieran a razas, categorías o jerarquías. Así, el término simbiótico es discriminatorio (aunque útil desde un punto de vista teórico), por lo que hay que evitarlo al definir relaciones.  

Venom
Algo así como Eddie Brock y Venom. Fuente imagen: HobbyConsolas.

Ahora bien, la utilidad del concepto reside en lo que nos dice sobre la naturaleza de una relación. Por eso, también podríamos denominarla “relación asimétrica”, lo que nos da una idea de desequilibrio entre una y otra persona. 

Tipos de relación asimétrica: mutualismo, comensalismo, parasitismo 

Si seguimos anclados en la metáfora de la simbiosis animal, podríamos agregar aspectos que resultan violentos y deshumanizantes, por ello, de acuerdo con el filósofo Paul Watzlawick, se recomienda utilizarlos con sumo cuidado, puesto que son conceptos de una rama biológica y no psicológica: mutualismo, comensalismo o parasitismo. Si partimos de la idea de que simplemente por adjetivar a una relación como simbiótica ya estamos siendo despectivos (puesto que son conceptos de una rama biológica y no psicológica), podríamos describir factores relacionados con la biología animal, como una perfecta metáfora de tipos de sistemas simbióticos asociados a las relaciones de pareja: 

  1. Mutualismo

    Hablando en términos metafóricos, de acuerdo con Paul Wastlawick, esto sería el equivalente a un “enganche neurótico” o “complementariedad”, es decir, yo te doy lo que no tienes y tú me das lo que no tengo. Por ejemplo, la estereotípica relación entre la persona estudiosa y la popular en la que, si la persona estudiosa no aprende a socializar en las fiestas y la persona popular no aprende a estudiar por su cuenta, la relación, al terminar, efectivamente podría haber sido simple simbiosis.  

  2. Comensalismo

    En este caso, podemos decir que se trata de una relación afectiva donde uno da mucho y el otro no da nada. El problema con este tipo de relaciones es que la deuda afectiva hará imposible que llegue a emparejarse 

  3. Parasitismo

    Ésta es una relación en la que sólo un individuo es beneficiado a costa del otro. Queda claro que este tipo de relaciones definitivamente carece de humanidad, ya que una de las personas pierde de vista a la otra en su calidad de ser humano y la cosifica, convirtiéndola en algo que cubre sus necesidades. Queda claro que se trata de una relación no sólo asimétrica, sino que perjudica a una de las partes, que no sólo no recibe afecto, sino que es dañada en el proceso.  

¿Cómo evitar una relación simbiótica o asimétrica? 

Para esto, necesitaremos al filósofo humanista Martin Buber. Él sugiere que todos los seres humanos tenemos una doble actitud hacia el mundo, un yo-tú, que es muy diferente al yo-ello. En el primero, el otro ser es irremplazable, valioso por sí mismo; y en el segundo, cualquiera puede ocupar el lugar de ese otro, lo cosificamos. 

@laautora

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En un mundo y cultura en el que nos han enseñado que los beneficios van por encima de otros, tenemos que reconocer cuáles son las actitudes y hábitos que nos han hecho ver a nuestra pareja como un medio para un fin, es decir, para verlos como un ello y no como un  

La reciprocidad es algo que se tiene que dar de facto por el hecho de que somos individuos con los mismos derechos. Pero, al construir una relación en la que hay emociones de por medio, es imposible que no consideremos qué cosas corresponden a cada quien. Es decir, hay que formar acuerdos en los que ambas partes estén bien comunicadas, sincronizadas, y deseen lo mismo para un beneficio mutuo. Así es como se forman relaciones humanas. 

 

Por Charo Otero 

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