¿Por qué la adopción es tan complicada en México?
¿Por qué la adopción es tan complicada en México?

¿Por qué la adopción es tan complicada en México?

Imagina que eres una persona cuyo deseo de adoptar a un menor como única vía para ejercer la crianza le ha rondado en la cabeza;  o bien, consideras que la adopción es una alternativa que va más de acuerdo contigo para brindarle una familia y protección a un niño, niña o adolescente que lo necesite. Cualquiera que sea el caso, en México, el tópico de la adopción está lleno de momentos “F”, es decir, momentos ante los que sólo podemos sentir impotencia ante las dificultades que se presentan en el camino. 

Agárrense fuerte para lo que viene.

Momento F1 de la adopción 

Adoptar o dar en adopción no sucede de la misma manera en Zacatecas que en Chiapas,  Sonora o Tlaxcala. ¿La razón? Los procesos para que una persona adulta obtenga derechos y obligaciones con una o un infante o adolescente (lo que se conoce como patria potestad) los regula cada entidad federativa a través de su Código Familiar o de Procedimientos Civiles.  

Como no existe una ley general de adopciones que aplique para todo el país, las personas interesadas deben seguir las leyes locales. Esto es:  

  • en nueve entidades, sólo pueden solicitar la adopción personas que comprueben estar casadas;  
  • en la mayoría de los estados de la república, pueden hacerlo si están casadas, en concubinato o solteras.  
  • y sólo en cuatro no importa el estado civil. 

En cuanto a la edad mínima que predomina para ser adoptante es de 25 años, pero en Quintana Roo y Chihuahua lo puedes hacer desde que tienes 18 años, y en Guerrero y Tlaxcala sólo si tienes 30 años o más.    

Lo sabemos, es difícil. 

Momento F2 de la adopción 

Una regla general en cada uno de los estados de nuestro país, es que ningún infante puede darse en adopción hasta que el Sistema DIF estatal, en conjunto con la procuraduría estatal, logren que la persona que registró al menor (generalmente la madre y/o el padre) pierda la patria potestad para que entonces pueda iniciar el proceso de adopción y generar una nueva acta de identidad con los datos de las personas adoptantes.  

Es importante destacar que como cada entidad tiene su legislación, también las causas de pérdida de patria potestad son variadas, y lo triste, es que el Sistema Nacional DIF reconoce que pueden pasar hasta tres años para que la situación judicial de un menor se resuelva. Esto dependerá de cuáles hayan sido las circunstancias por las que una o un bebé, niño, niña o adolescente hayan quedado desprotegidos; como casos de maltrato, fallecimiento de los progenitores o tutores, situaciones de abandono, entre otros.    

Momento F3 de la adopción 

Independientemente de la situación jurídica, es importante considerar que socialmente aún existen mitos y prejuicios alrededor de la adopción y que la postura de cada persona que desee adoptar definirá en gran medida que la nueva familia logre integrarse. Es necesario que los adultos interesados en formar una familia por adopción se den a la tarea de informarse, trabajar sus emociones con el fin de tener una salud mental óptima para garantizar que su modo de crianza ayude al desarrollo pleno de la persona adoptada.  

Una de las mayores angustias en las familias es: “¿Le diré a mi hijo o hija que llegó a la familia por medio de la adopción?”. En el caso de los más pequeños, lo mejor es contarles la historia de cómo llegaron a formar parte de la familia. Considera esta pequeña historia: “La mayoría de las personas cuando tienen un bebé, realizan ciertos preparativos para darle la bienvenida a la vida y darle los cuidados necesarios. Hay personas que tienen bebés, pero por razones muy poderosas saben que no son capaces de brindarle lo que ese niño o niña necesita y lo dejan al cuidado de una casa hogar que lo proteja mientras le ayudan a encontrar a una persona o una pareja que lo cuide, lo ame, alimente y así ser parte de una familia. Nosotros te esperamos con mucha ilusión, preparamos tu llegada, y te amamos antes de conocerte.” Este breve, pero sencillo discurso será suficiente para hacerle sentir que llegó a un hogar amoroso en el que puede saber sobre su origen si así lo decide, o de conocerlo y guardarlo para sí.  

No entres en pánico. La serenidad y honestidad son claves para este momento.

El camino es largo, pero ¡la adopción es posible! 

Hablar del panorama de la adopción en México no es para desalentar de la noble intención de formar una familia por esta vía, sino para dejar claro que lograrlo requiere un arduo trabajo y de mucha paciencia para tolerar la frustración ante un proceso que no será rápido, especialmente si se desea a un menor de dos años.  

Se calcula que 80% de la población de niñas, niños y adolescentes en los Centros de Asistencia Social o albergues públicos o privados es de mayores de 8 años de edad y conforme crecen, tienen menos posibilidad de integrarse a una familia. Esta población necesita nuestra atención y merece que el desastre administrativo de México respecto a la adopción se resuelva lo antes posible.   

“¡Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a vivir en el seno de una familia amorosa que le otorgue cuidados!” diría Calcetín con Rombos Man. Es la única manera de lograr su desarrollo pleno. Así que quien logre abrirle la puerta a alguien por este medio debe saber que inicia una ronda de arduo trabajo pues, dicen especialistas, “se requiere de una capacidad parental, de capacidades para el cuidado y la crianza del más alto nivel”.   

Por: Georgina Moltavo 

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