¿Qué vínculo existe entre el futbol, la literatura y el mercado?
¿Qué vínculo existe entre el futbol, la literatura y el mercado?

¿Qué vínculo existe entre el futbol, la literatura y el mercado?

El mercado ha devorado todo. No hay actividad humana que quede libre de ello. Y, por supuesto, tanto la literatura como el futbol no son la excepción. El futbol inició como un deporte de barrios pobres y, gracias a su masificación y exhibición como un espectáculo, logró adentrarse en el corazón de la literatura. Pero cómo ocurrió y por qué es algo que veremos a continuación. 

 

Todo inició con el mercado… 

Tal y como comenta el exjugador de futbol argentino Jorge Valdano en su prólogo a Cuentos de futbol 2: “Desclasado, el futbol se mudó de los barrios pobres al centro financiero”. Es decir, con la apertura global de todos los mercados, este deporte se convirtió en un negocio sin oportunidad de manifestarse bajo otras formas, despojándolo de su sentido lúdico e identitario, pasó a ser un cascarón que se llena según los intereses de las oligarquías (clases privilegiadas) globales.     

@wearethefutbol

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Ante este panorama, algunos escritores que gustaban de este deporte, cambiaron la dirección de sus letras para recordar que el futbol es más que espectáculos fatuos, negocios turbios y, sobre todo, un distractor para legitimar genocidios e injusticias. De este modo, la literatura del futbol empezó a resistir no sólo ante el desprecio que sufrió por parte de algunos intelectuales, sino también ante la inundación mercantil que desvirtuó el sentido primigenio del llamado “deporte más bello del mundo”.  

 

 

La cancha de las letras 

Desde los albores de su aparición, al menos en Iberoamérica, la literatura del futbol ha sido una literatura en resistencia debido a la detracción que se hacía del deporte. Baste recordar los comentarios de Álvaro Mutis, Fernando Vallejo y Jorge Luis Borges al respecto. Caso contrario al tema del boxeo, que es respaldado por autores internacionales de renombre, entre los que se encuentran Ernest Hemingway, Julio Cortázar y aun Jack London, por mencionar a los más conocidos.  

Así, pues, la literatura del balompié se empezó a ejercer con un dejo de culpabilidad y, por supuesto, de clandestinidad. Sin embargo, no es ya tema de controversia el decir que existe una literatura del futbol en Iberoamérica, pues desde hace treinta años se han escrito tal cantidad de textos alusivos al balompié que incluso ya se puede hablar de una tradición narrativa del futbol, sobre todo en regiones abiertamente futboleras como Sudamérica y la península Ibérica.   

Dicho fenómeno literario responde no sólo a que los escritores iberoamericanos “salieron del clóset del futbol”, por así decirlo, sino también a que la industria editorial encontró un nicho comercial en la publicación de literaturas del balón. Entrados los años dos mil, el auge de la literatura del futbol empezó a poblar las librerías como novedades editoriales. 

Lo anterior permitió que, en Argentina, particularmente, se formara un sello editorial dedicado exclusivamente a la literatura del futbol: Ediciones el Arco. Y en México, pese a la reticencia de varios intelectuales elitistas, la literatura del futbol se fue abriendo camino. Así es como la Ciudad de México cuenta ya con una librería especializada en el tema: Futbología. Por su lado, en España, dos son las revistas que hilvanan al futbol con la cultura: Panenka y Líbero. 

 

Y el marcador queda: literatura y futbol: 1; mercado: 2 

Esto hace suponer que seguramente se explotará comercialmente todo lo relacionado con la literatura del futbol, y es que como dice Julián García en Épica y Lírica del Futbol: “La nómina de escritores que han dedicado alguna atención al futbol, a veces para criticar, es más extensa de la imaginable.” Y si además se ha convertido en un boom mercadológico, seguramente aumentará la producción literaria con motivos futbolísticos. 

 

Por supuesto que Diego Maradona no podía faltar.

 

Si bien la literatura del futbol ha tenido comentarios buenos y malos, no deja de fascinar a los espectadores o a personas interesadas en este deporte. En efecto, nos damos cuenta de que nada escapa al mercado. No obstante, es meritorio que se haya incluido a uno de los deportes más famosos del mundo como tema de la literatura, pues esto nos habla de que se está erosionando cierto elitismo cultural en las letras. Y aunque sea también motivo de lucro, ayuda a evitar caer en oposiciones falsas que derivan en disputas muchas veces estériles.  

 

 

Por: Jaina Mata

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