¿Qué nos quiso decir Karl Popper con la “paradoja de la tolerancia”?
¿Qué nos quiso decir Karl Popper con la “paradoja de la tolerancia”?

¿Qué nos quiso decir Karl Popper con la “paradoja de la tolerancia”?

21 febrero, 2022
COMPARTIR

Ésta es la famosa formulación que el filósofo austriaco Karl Popper realizó: “La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia”.

A primera vista, luce sencillo de entender. Sin embargo, surgen dos preguntas al respecto: 1) ¿a qué nos referimos cuando hablamos de tolerancia? y 2) ¿para qué sirve?

¿Qué nos quiso decir Karl Popper con la “paradoja de la tolerancia”?

Ésta es la famosa formulación que el filósofo austriaco Karl Popper realizó: “La tolerancia ilimitada debe conducir a la desaparición de la tolerancia”. ¿Qué significa esto? Por un lado, nos dice Popper que la tolerancia tiene límites, y que éstos deben manifestarse contra acciones intolerantes; y, por otro, que no reconocerlos y aplicarlos a tiempo puede vulnerar la tolerancia misma. A primera vista, luce sencillo de entender. Sin embargo, surgen dos preguntas al respecto: 1) ¿a qué nos referimos cuando hablamos de tolerancia? y 2) ¿para qué sirve?

Consecuencias de la paradoja

Es innegable que la tolerancia está unida a la idea de “pluralidad”, ya que, si ésta no existiera, no sería necesario tolerar nada. Esto significa que la tolerancia se compone de dos elementos: aceptación y rechazo. ¿Por qué? Porque la tolerancia exige que se tenga respeto a lo diferente –una creencia, una preferencia sexual, una religión, etc.– aunque no se concuerde con eso. Si una persona se resignara a aceptar la existencia de algo que rechaza sin respetarlo, entonces no estaría siendo tolerante y no promovería la libertad de expresión, que es clave para el espacio público.

Así, la tolerancia tiene el propósito de mantener una coexistencia pacífica de la pluralidad en el espacio público. Pero ¿cuáles serán los límites de esta práctica? Toda persona tolerante lo es porque considera que es correcto que exista la libertad de expresión. No obstante, la tolerancia no es sinónimo de neutralidad, y menos aún de indiferencia, como ya vimos: implica una postura al respecto de lo que puede tolerarse y lo que debe tolerarse con base en sus efectos. Esto es, ir en contra de lo que es intolerante, como veremos en seguida.

¿Cómo se ejemplifica?

Si aceptamos que la tolerancia conlleva respeto del otro o de lo diferente a uno, no se puede tolerar aquello que es irrespetuoso, es decir, violento o humillante o vejatorio contra otras personas. Por lo que aquí conviene hacer una distinción muy útil entre una creencia intolerante y una acción intolerante. Por ejemplo, Ramón X. puede no estar de acuerdo con la adopción homoparental y manifestar su franco rechazo al respecto en su casa. Tiene derecho de hacerlo, ya que su creencia se queda en el espacio privado. Pero en cuanto Ramón X. comienza a extenderla al espacio público, ésta se convierte en una acción intolerante, porque no está respetando los derechos de los otros; no aboga por la coexistencia, sino por la anulación de lo diferente.

 

El propósito de la tolerancia

He aquí donde llegamos al último punto de la paradoja de Popper: impedir la vulnerabilidad de la tolerancia, o más bien, impedir el tránsito de una sociedad tolerante a una intolerante. En tanto que nos preocupemos por la convivencia social y la coexistencia de la pluralidad, no podemos permitir que acciones intolerantes se extiendan, ya que, si bien dicha intolerancia forma parte de la pluralidad, no busca promover lo mismo que la tolerancia (por obvio que suene).

Es decir, toda acción intolerante busca homogeneizar a la sociedad deshaciéndose de la tolerancia y, con ella, la libertad de expresión. Muchas veces los agentes que ejecutan este tipo de acciones piden “tolerancia” hacia ellos, pero al quebrantar el principio de respeto hacia lo diferente entran en contradicción sin reconocerlo. Por ello, es indispensable ser consciente de los componentes de la tolerancia, de su propósito, de sus límites y recordar que en conjunto integran un compromiso ético con la sociedad. De ahí el título del libro de Popper en el que expuso esta paradoja: La sociedad abierta y sus enemigos.

Deja un comentario