Popocatepetl en erupción Popocatepetl en erupción

Calor bajo la corteza: ¿puede México encender una revolución geotérmica? 

En un país reconocido por su diversidad geográfica, la posibilidad de aprovechar la fuerza subterránea que yace bajo su superficie no sólo parece plausible, sino urgente. México se encuentra entre los líderes mundiales en producción de energía geotérmica, y su riqueza en recursos volcánicos y tectónicos ofrece un escenario privilegiado para imaginar una transformación energética limpia y sostenible. 

Según Gibrán Alemán-Nava y su equipo, México es el sexto mayor productor de energía geotérmica en el mundo, cuenta con recursos destacados como el Cinturón Volcánico Transmexicano y campos importantes como Los Humeros y Cerro Prieto. 

El Cinturón Volcánico Transmexicano (CVTM) 

Es una de las regiones más activas geológicamente del país, se extiende de oeste a este atravesando los estados de Jalisco, Michoacán, el Estado de México, Puebla y Veracruz, entre otros. Esta franja es el hogar de algunos de los volcanes más emblemáticos del país, como el Popocatépetl y el Nevado de Toluca. Además de su imponente presencia, el CVTM es una enorme fuente de recursos energéticos, pues alberga sistemas geotérmicos de alta temperatura que podrían ser aprovechados para generar electricidad de manera sostenible. 

Los Humeros, un campo geotérmico en México 

Un campo geotérmico ubicado en Puebla, ha registrado temperaturas de hasta 400 °C en su sistema de alta entalpía, ideales para generar electricidad. Académicos como Loïc Peiffer han destacado que este campo es el tercero más importante en México, produciendo alrededor de 70 MW (lo que equivale aproximadamente a la cantidad de energía necesaria para abastecer entre 35 000 y 50 000 hogares promedio en México), y su potencial sigue en expansión gracias a avances tecnológicos recientes. 

Central Geotérmica Los Humeros. 
Central Geotérmica Los Humeros.

Por otro lado, en Sonora, un equipo liderado por Erika Almirudis realizó estudios preliminares que identificaron sistemas de baja y media temperatura, los cuales podrían ser utilizados para calefacción y procesos industriales, mostrando la versatilidad del recurso. 

Los volcanes, que a menudo aparecen en películas de acción como Dante’s Peak (1997), nos recuerdan el inmenso poder que yace bajo la corteza terrestre. En el filme, el calor y la actividad volcánica representan fuerzas destructivas, pero también destacan la energía que albergan. En el mundo real, este poder no sólo representa un riesgo, sino también una oportunidad, la misma energía que genera erupciones podría ser canalizada para transformar nuestro futuro energético, aprovechando el fuego subterráneo para alimentar hogares y ciudades. 

A pesar de este prometedor panorama, México enfrenta desafíos importantes para hacer uso de su potencial geotérmico. Los altos costos iniciales de exploración y las limitaciones tecnológicas han frenado el crecimiento de esta fuente en comparación con otras renovables, como la solar y la eólica. 

Nathalie Collard, en sus investigaciones sobre el complejo volcánico Tacaná (un volcán que se ubica en el límite entre Guatemala y México), subraya que los avances en el modelado numérico y técnicas de perforación están reduciendo estas barreras, preparando el camino hacia una mayor viabilidad económica y técnica. 

La erupción del Monte Santa Elena en 1980 inspiró una película. 
La erupción del Monte Santa Elena en 1980 inspiró una película.

Implicaciones de la energía geotérmica 

No obstante, de ser una de las fuentes de energía renovable más limpias, la geotermia no está exenta de desafíos. La explotación de este recurso puede liberar gases atrapados en el subsuelo, como dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno, que en altas concentraciones representan riesgos ambientales y de salud. Además, la perforación profunda y la inyección de fluidos pueden afectar los acuíferos, alterando la calidad del agua o generando microsismos en zonas tectónicamente activas. 

En regiones geotérmicas sensibles, como Los Humeros o Cerro Prieto, es indispensable implementar tecnologías avanzadas que permitan reinyectar los fluidos al subsuelo y realizar un monitoreo constante para minimizar los impactos. La clave está en equilibrar el desarrollo de esta energía con un manejo responsable del entorno, garantizando que su aprovechamiento sea sostenible y respetuoso con las comunidades locales y los ecosistemas que las rodean. Además, en algunas regiones, los volcanes o sitios geotérmicos tienen significados culturales y espirituales importantes para comunidades locales o indígenas. La explotación puede generar tensiones si no se respetan estas percepciones o si no hay beneficios claros para estas comunidades. 

Entonces, ¿podrá México, con su vasta riqueza geológica, liderar una revolución energética que reduzca su dependencia de combustibles fósiles? La respuesta no sólo está en las manos de científicos y políticos. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de informarse, cuestionar y participar en las decisiones que definirán si el calor bajo la corteza puede convertirse en el fuego de un futuro más sostenible. 

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