“Black Friday” y consumismo. ¿Qué es lo que realmente compramos?
Imagina que entras a una consulta filosófica conmigo. Frente a ti, la pregunta: ¿por qué compras lo que compras? No es una pregunta trivial. Al principio, podrías pensar en respuestas sencillas: “porque lo necesito”, “porque está en oferta”, “porque quiero darme un gusto”, “porque para eso trabajo”. Pero ¿qué ocurre cuando te enfrentas a días como el Black Friday (o “viernes negro”), donde el acto de consumir parece transformarse en una especie de ritual global? ¿Estás tomando decisiones conscientes o simplemente dejándote llevar por un torrente de ofertas? Éste es el punto de partida de nuestra reflexión: ¿qué es lo que realmente estás comprando en esos días de rebajas?
¿Una necesidad o un deseo?
En la práctica filosófica, una de las herramientas más poderosas es el cuestionamiento de nuestros deseos. El filósofo Epicuro, por ejemplo, distinguía entre deseos naturales y necesarios, como la comida, el refugio o el abrigo, y aquellos que son vanos o innecesarios, como la búsqueda de lujos.
¿Dónde caen nuestras compras durante eventos como el Black Friday? ¿Estamos satisfechos al adquirir algo porque realmente lo necesitamos o porque el descuento era demasiado tentador para dejarlo pasar? Esta confusión en el ser humano entre necesidad y deseo es lo que aprovecha y de lo que se alimenta el ciclo del consumismo.
Estadísticas que dan qué pensar
El Black Friday no es sólo una fecha más en el calendario, sino que es uno de los eventos comerciales más importantes a escala global. En 2023, las ventas en línea durante el Black Friday en Estados Unidos alcanzaron los $9.12 mil millones de dólares, según datos de Adobe Analytics, un aumento del 2.3 % respecto al año anterior. Sin embargo, no sólo es un fenómeno estadounidense. En México, las ventas durante el Buen Fin, una iniciativa local inspirada en el Black Friday, superaron los $134 mil millones de pesos en 2022.
Estos números reflejan algo más profundo que simples transacciones. Detrás de cada compra, hay una decisión motivada por una compleja red de factores emocionales, sociales y económicos. En un estudio de 2020, la consultora McKinsey encontró que el 40 % de los consumidores se sienten motivados por el “miedo a perderse algo” (FOMO, por sus siglas en inglés) durante estos eventos de compras. Esta presión psicológica lleva a millones a adquirir productos que tal vez nunca hubieran considerado en otro momento del año.
Las implicaciones detrás de la compra
Uno de los factores clave que impulsa el consumismo en eventos como el Black Friday es la sensación de urgencia y exclusividad que crean las marcas. La publicidad y las promociones juegan con el miedo a quedarse sin algo valioso. Las empresas diseñan las ofertas para que parezcan irrepetibles, provocando una respuesta emocional que desencadena el impulso de comprar. ¿Quién no ha sentido la adrenalina al ver un contador regresivo en una página web, advirtiendo que la oferta expirará en sólo unos minutos?
La psicología también nos dice que las recompensas inmediatas son más atractivas que los beneficios a largo plazo. Por eso, es más probable que gastes en un televisor con el 50 % de descuento hoy, en lugar de ahorrar ese dinero para una meta a largo plazo.
¿Pero a qué costo? El crédito fácil, las cuotas sin interés y la posibilidad de pagar después generan una falsa sensación de control sobre las finanzas personales, lo que lleva a problemas como el endeudamiento y el estrés financiero.
Además de las implicaciones personales, el Black Friday y eventos similares tienen un impacto social y ambiental significativo. Una nota del Fly High Media estimó que, durante el Black Friday de 2022, los productos más vendidos en el Reino Unido incluyeron electrodomésticos, especialmente televisores, que fueron una de las categorías más destacadas.
@limboxcourier Black Friday en Estados Unidos🇵🇪🇺🇸#blackfriday2022 #blackfriday #blackfridayperu #limboxcourier
Además, se estima que las ventas online durante el Black Friday en el Reino Unido alcanzaron un promedio de £125.43 por pedido, con un aumento significativo en las compras de productos electrónicos. Este tipo de cifras no sólo reflejan el apetito por el consumo, sino también la cantidad de residuos electrónicos que genera nuestra sociedad.
El consumismo tiene un costo ecológico que a menudo pasa desapercibido en el entusiasmo de las ofertas. La producción en masa, el transporte y la eventual disposición de productos contribuyen a la huella de carbono global. La organización Greenpeace reportó que sólo en el Reino Unido, las compras del Black Friday generan aproximadamente 429 000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero. En un momento en que el cambio climático es una preocupación urgente, ¿qué implicaciones tiene este frenesí de consumo?
¿Cómo tomar mejores decisiones?
Aquí es donde volvemos a la reflexión inicial: ¿qué es lo que realmente compramos durante el Black Friday? En muchos casos, lo que obtenemos no es sólo el objeto físico, sino una solución momentánea a una necesidad emocional. Según estudios, el 62 % de los consumidores experimenta una “resaca de comprador” después de eventos como el Black Friday. Este fenómeno ocurre cuando las personas sienten culpa o arrepentimiento tras haber realizado compras impulsivas.
Además, las compras muchas veces funcionan como paliativos emocionales. Los seres humanos, en ocasiones, utilizamos el consumo como una forma de llenar vacíos emocionales o como respuesta al estrés, la ansiedad o el aburrimiento. El acto de comprar puede generar una breve sensación de satisfacción, pero rara vez soluciona problemas subyacentes. ¿Estamos, entonces, comprando una ilusión de felicidad?
Al final del día, el Black Friday no es ni bueno ni malo, sino que es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el consumo. Antes de dejarnos llevar por las ofertas, podríamos detenernos y preguntarnos: ¿estoy comprando algo que realmente necesito o simplemente quiero? ¿Cuál es el impacto de mi compra en el planeta y en mi bienestar financiero? ¿Cuántas horas de trabajo y de mi vida me cuestan mis compras? Y lo más importante, ¿qué vacío estoy tratando de llenar con esta compra?
La próxima vez que te encuentres frente a una oferta irresistible, detente por un momento. Tal vez descubras que lo que realmente necesitas no puede comprarse en una tienda.
PDFs
GRATIS