Vejez centennial: ¿qué le depara a la Gen Z en el futuro?
La generación centennial, conocida también como Generación Z, es la primera cohorte nacida en el siglo XXI. Se compone de personas nacidas entre 1997 y 2012, y que tienen entre 12 y 27 años.
Si bien no existe una definición única y aceptada universalmente para los centennials, se caracterizan por patrones de consumo particulares. Esta generación enfrenta importantes desafíos como la precariedad laboral, el cambio climático, el aumento de la esperanza de vida y en nuestro contexto es probable que deban trabajar más tiempo para ahorrar más dinero para su retiro en comparación con generaciones anteriores.
Paradoja tecnológica
Generalmente, se les describe como personas digitales nativas y se caracterizan por su integración con la tecnología y el internet. Nacieron en una época de muchos avances tecnológicos y crecieron con acceso constante a internet, lo que les permitió encontrar educación, empleo y grupos sociales específicos para sus intereses.
Es una generación con un mayor nivel educativo que las generaciones previas, en parte porque tienen acceso a más herramientas de aprendizaje. Sin embargo, estas características son más cercanas a los jóvenes nacidos en contextos urbanos.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el año 2020, en México existía una brecha importante en el acceso a internet y dispositivos tecnológicos entre las zonas urbanas y rurales, siendo 76.6 % para zona urbanas y 47.7 % para zonas rurales. Esto invisibiliza a los individuos nacidos en comunidades rurales y limita las oportunidades para desenvolverse en el mundo digital y desarrollar las habilidades necesarias para integrarse a la economía del siglo XXI.
La educación juega un papel fundamental en las aspiraciones de los centennials. Sin embargo, el acceso a educación no siempre está garantizado, especialmente para aquellos provenientes de entornos socioeconómicos desfavorecidos. Aunque la tecnología les brinda herramientas para adaptarse y prosperar, también los expone a la incertidumbre y la precariedad laboral.
Durante la contingencia sanitaria que vivió México en 2020, muchos centennials experimentaron una afectación negativa en su aprendizaje. La pandemia provocó una crisis económica que afectó el empleo y los ingresos de muchas familias mexicanas. Los individuos con menos oportunidades educativas fueron los más perjudicados. El confinamiento y el distanciamiento social obligaron a los centennials a desarrollar y mejorar sus habilidades digitales para acceder a la educación, trabajo y entretenimiento de forma remota.
Ahorro y modelos de consumo
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera – ENIF 2021, un 12.59 % de los jóvenes de entre 11 y 25 años en México reciben algún tipo de apoyo económico o programa gubernamental. La mayoría no cuenta con una educación financiera sólida, lo que refleja su tendencia a gastar en lugar de ahorrar. Además, muchos de estos jóvenes cuentan con tarjeta de apoyo gubernamental o tarjeta de nómina.
El ahorro formal lo destinan a los gastos personales y emergencias, dejando el ahorro para la vejez en ultima prioridad. El 37.44 % de los centennials tienen ahorrado el equivalente a más de un mes de su sueldo, mientras el 25.4 % tiene ahorrado un mes de su sueldo.
El surgimiento de nuevas tecnologías ha impulsado a los centennials a convertirse en autodidactas. Esta autonomía ha fomentado su capacidad para el trabajo creativo y colaborativo. Como resultado, los centennials están emergiendo como un nuevo tipo de consumidor, exhibiendo hábitos de consumo online de productos y servicios.
De acuerdo con el estudio de LLYC sobre hábitos y comportamientos generacionales en Latinoamérica de 2022, los centennials realizaron 50 % de sus compras de manera física y 50 % en línea. Sus decisiones de compra estuvieron fuertemente influenciadas por recomendaciones y consejos que encontraron en internet.
Cambios demográficos y retiro
De acuerdo con el INEGI, la esperanza de vida en México aumentó en 2023, alcanzando los 78 años para las mujeres y 72 para los hombres. Para el año 2064, México tendrá una población envejecida, lo que significa que los centennials de hoy comenzarán a jubilarse a los 65 años. Esto quiere decir que, en 40 años, los centennials deberán planificar una jubilación más larga que la de sus abuelos. Este factor, sumado a las nuevas tendencias en el mercado laboral plantea interrogantes sobre cómo las generaciones futuras garantizarán su bienestar en la vejez.
Los datos del Censo de Población y Vivienda 2022 del INEGI revelan que los centennials, con un 8 % de la población mexicana, se encuentran en un momento de auge laboral. Sin embargo, a pesar de este panorama positivo, sus hábitos y expectativas de retiro difieren significativamente de las generaciones anteriores.
Las perspectivas de una vejez plena y digna se ven empañadas por los desafíos que enfrenta el sistema de seguridad social y los servicios de salud del país. En México, las nuevas generaciones ya no cuentan con el sistema de pensiones desde 1997 dando origen al sistema de cuentas individuales controladas por administradoras de Fondo de Ahorro para el Retiro (AFORES), donde el patrón ejerce aportaciones, pero la mayoría de los jóvenes no llevan un seguimiento adecuado de sus ingresos.
Vejez digna
A pesar de estos desafíos, existen diversas estrategias que los centennials pueden implementar para garantizar una vejez digna. En primer lugar, es fundamental que comprendan el panorama y tomen medidas proactivas que involucren la planificación financiera. Comenzar a ahorrar e invertir desde una edad temprana para poder financiar su retiro. Además, es importante mantenerse informado sobre las opciones de seguridad social disponibles y explorar alternativas de ingresos complementarios o el emprendimiento. Explorar opciones, educarse sobre las AFORES y considerar estrategias de inversión se vuelve esencial para garantizar un retiro más seguro.
Es importante destacar que el bienestar en la vejez no sólo es una responsabilidad individual, sino también una responsabilidad social. Los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil deben trabajar juntos para crear un entorno que apoye a las personas mayores y les permitan envejecer con dignidad. Además, es fundamental fomentar el apoyo mutuo entre las generaciones, creando redes de solidaridad y colaboración.
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