Voces en peligro: ¿cómo preservar las lenguas indígenas?
Hablar sobre lenguas indígenas u originarias en México, y en cualquier parte del mundo, es hablar sobre diversidad, sobre matices y sobre toda una cosmovisión del mundo.
A continuación, veremos qué son las lenguas indígenas, cuántas existen en México, cuáles están en riesgo de desaparecer y cómo podemos evitar que esto suceda.
¿Qué es una lengua indígena?
Así que como dicen, primero lo primero, ¿qué es lo que entendemos como una lengua indígena?
Una lengua se define como el sistema de signos fónicos (sonidos) o gráficos (escritura) con el que se comunican los miembros de una comunidad, por lo tanto, una lengua indígena, es la lengua que se habla en un territorio indígena.
En múltiples ocasiones, las personas suelen confundir lengua indígena con dialecto y sólo para tener las cosas claras desde un principio, te cuento que un dialecto es la manera o la forma de hablar una lengua por un grupo de personas.
Formalmente, se le denomina dialecto a la variante regional de una lengua, por ejemplo, pensemos en el español de México, no es lo mismo la forma de hablar de las personas que viven en la parte norte a las personas que viven en la parte central, a esas variaciones se les conoce como dialecto. Por el contrario, hablar de una lengua es hablar sobre todo un sistema de signos fónicos y gráficos con el que se comunican los miembros de una comunidad humana.
Situación de las lenguas indígenas
Para entender un poco la situación crítica en la que se hallan algunas lenguas, tomaré algunos de los datos que nos muestra un artículo del Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas, en el marco del “Foro permanente para las cuestiones indígenas”, en donde se menciona que en la actualidad sólo el 3 % de la población mundial habla el 96 % de las casi 6700 lenguas que se hablan en el mundo y aunque la población indígena constituye cerca del 6 % de la población mundial, se estima que son hablantes de casi 4000 lenguas.
Dentro de todos estos cálculos estadísticos sobre la actividad lingüística de los hablantes, se llegó a la conclusión de que al menos cada dos semanas muere una lengua indígena.
Este inminente peligro de desaparición de las lenguas se debe a diversos factores, que iniciaron desde la época colonial en donde comenzó a suceder el contacto entre lenguas, la prohibición de éstas y la imposición del español como lengua oficial. No obstante, los factores que influyen aquí no son meramente lingüísticos, es decir, que no sólo se trata de la no transmisión entre generaciones o el descuido y desinterés por parte de la propia comunidad.
También existen múltiples factores sociales como la desaparición de las tradiciones orales en los diversos territorios, la centralización de la educación, el poco o nulo acceso a la información en su lengua originaria o incluso la discriminación y exclusión por parte de los individuos que no son hablantes nativos. Cada caso de cada lengua es único, en algunas situaciones ha sucedido que una lengua está en peligro de desaparecer porque los únicos habitantes que la hablan tienen conflictos, sin embargo, en ningún caso es aislado.
La situación en México
En el año 2015, el Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (INALI) reportó que, para ese año, al menos 68 lenguas estaban en riesgo de desaparecer, entre ellas hay 31 que se encuentran en un alto nivel de riesgo, ya que cinco cuentan con menos de cien hablantes y cuatro de ellas cuentan con menos de 200.
De acuerdo con datos del gobierno de México las lenguas más amenazadas, es decir, las lenguas que se encuentran en peligro de desaparecer, en el territorio nacional son el cakchiquel, chichimeca jonaz, chocho, chuj, cochimí, cucapá, guarijío, ixcateco, ixil, jacalteco, kekchí, kicapú, kiliwa, kumiai, lacandón, matlatzinca, mocho, pa ipai, pápago, pima, quiché, seri y tlahuica.
Pero ¿por qué sucede esto?, existen múltiples factores tanto sociales como estructurales. Como ya mencioné, cada caso es único, cada lengua es única; sin embargo, podemos enumerar algunas causas que provocan estas situaciones de riesgo.
Una de las causas principales la podemos atribuir al desconocimiento y al poco interés por parte de la sociedad y de las autoridades. Esto se puede ver reflejado en la exclusión en la mayor parte de los organismos públicos e institucionales. Es decir, que en la mayoría de los medios —por no decir en casi todos— no existe un verdadera visibilización. Tal situación ha provocado que muchas de las personas hablantes de una lengua indígena se vean en la necesidad de aprender español, porque el mundo exterior así lo pide. Tan sólo pensemos en los medios de comunicación y la representación de estas lenguas, casi nula.
Es una situación de extremos, por un lado, tenemos a lenguas como el náhuatl que cuenta con, aproximadamente, un millón 725 mil hablantes o el maya con cerca de 859 mil hablantes; por el contrario, tenemos al ku’ahl y kiliwa en Baja California o el mocho’ en Chiapas.
Uno de los poemas escritos por Miguel León Portilla explica de forma precisa lo que significa que una lengua muera: “Cuando muere una lengua”.
La lengua florece
Ante esta situación preocupante y desalentadora, nos surge una pregunta, ¿qué es lo que nosotros podemos hacer desde nuestra trinchera?
La respuesta podría ser fácil en primera instancia, pero no lo es tanto. Lo que podemos hacer es conocer, salir de nuestra burbuja de hablantes de español, leer, investigar, consumir contenidos como documentales o películas que nos hablen de la situación lingüística en México, reconocer la labor de los lingüistas y de las personas que se encargan del estudio del lenguaje.
También es importante exigir a nuestros representantes políticos la diversificación de la comunicación y la inclusión de esta, informarse, visitar los sitios oficiales del INALI, de la UNESCO o de instituciones educativas como la UNAM, el conocimiento es poder y es compromiso.
Ya lo dijo alguna vez un viejo conocido filósofo griego:
“No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio”.
Me gustaría compartirte, por último, una película mexicana que visibiliza la situación de las lenguas poco conocidas y de lo que conlleva su inminente desaparición.
El filme se llama Sueño en otro idioma dirigido por Ernesto Contreras.
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