¿Conocías a la vaquita marina? Datos curiosos sobre este cetáceo en peligro
La vaquita marina, de nombre científico Phocoena sinus, es uno de los organismos endémicos de México más famosos que hay, pero no por motivos positivos. En la actualidad, se considera que solamente existen de 10 a 12 individuos en vida libre en el Golfo de California, pero puede que haya menos para este año. Su baja población se debe a diversos factores, pero principalmente a la pesca indirecta.
El impacto e importancia que tiene este animalito ha dado paso para instaurar el día internacional de la vaquita marina celebrado el 18 de julio, así que te daré algunos datos que quizá conocías y otros que no sobre este bonito cetáceo.
1. La vaquita marina es un cetáceo
Aunque generalmente pensamos que los cetáceos sólo son las ballenas —gracias a la película de Buscando a Nemo—, el infraorden Cetacea es el grupo taxonómico donde están agrupados diversos mamíferos marinos, entre ellos las ballenas, delfines y marsopas.
Los cetáceos se dividen en dos grupos principales: los Mysticeti, que se distinguen por tener barbas dentales en lugar de dientes (aquí se encuentran prácticamente todas las ballenas); y los Odontoceti que tienen dientes bien definidos. En este grupo, están todos los delfines, las orcas, los cachalotes, los narvales, belugas y marsopas, incluyendo a la vaquita marina.
2. El cetáceo más pequeño del mundo
Las vaquitas marinas son el mamífero marino más pequeño del mundo, teniendo un promedio de peso de 50 kilogramos y una longitud máxima de 150 cm, aunque el promedio oscila entre 110 a 120 cm. Es curioso que sean tan pequeños siendo parte de los cetáceos porque también tienen al animal más grande del mundo: la ballena azul, con una longitud de 30 metros. Necesitaríamos 20 vaquitas marinas en fila para llegar a igualarla.
3. Labial y delineado
Una de las características que distinguen visualmente a la vaquita es su coloración gris con manchas negras alrededor de los ojos y en la zona bucal.
4. El cetáceo con mayor riesgo de extinción
Desde el año 1997, comenzó el registro más preocupante de una baja de avistamientos de este animal. En ese año, se contaba con 567 individuos y para 2023 se registraron como estimación final entre 10 y 13 —así que esas 20 vaquitas mínimas para igualar una ballena azul no existen—, lo que la vuelve el cetáceo en mayor peligro de extinción en la actualidad.
5. Todo por un pez
Sabemos que la vaquita está en peligro por la pesca incidental o accidental, ya que se busca la captura del pez totoaba para su exportación ilegal a China, donde tiene un estatus de afrodisiaco. Antes se creía que la pérdida de la vaquita podía ser por el cambio climático o la contaminación, pero la población empezó a reducirse a finales de los 90, precisamente cuando se hizo popular la totoaba en el país asiático.
6. Jóvenes e ingenuos
Cuando pescan de forma accidental a las vaquitas, es más común que los organismos más jóvenes sean los que terminen en las redes de enmalle, duplicando el número adultos ya mayorcitos encontrados en el mismo tipo de red. Mientras que los adultos reproductivos eran muy poco comunes.
7. Vaquitas introvertidas
La vaquita marina habita en un mundo muy específico. Prefiere las aguas turbias y poco profundas cerca de la costa, lo que la convierte en una criatura difícil de estudiar. Su naturaleza tímida la aleja de las embarcaciones y su rápida respiración la hace aún más escurridiza, dificultando todavía más su observación.
8. La primera criptonita de la vaquita
Cuando existía poca intervención en su hábitat, la vaquita marina tenía la capacidad de tolerar amplios rangos de temperatura y salinidad ya que antes de la década de 1930 el rio Colorado desembocaba en el golfo generando un estuario con alto contenido en nutrientes. Cuando se decidió utilizar gran parte del agua que pasaba por el río para el riego en Estados Unidos, el agua dulce dejó de llegar en grandes cantidades al mar, reduciendo este hábitat crítico y el área de distribución de la vaquita marina. Esto facilitó su captura accidental.
9. Aún hay esperanza
En 2023, en los registros de los posibles 13 individuos, se pudo observar a una madre y su cría nadando juntas por lo que aún hay una posibilidad de que la población se recupere sin caer en problemas de endogamia graves.
Así que no todo está perdido, ya que si se le da tiempo a esta especie podría esquivar la extinción por unos años más. Además, no son nada especiales cuando de alimento se trata, pues se alimentan de una gran variedad de peces, crustáceos y moluscos.
Evitar que la vaquita marina se extinga requiere de bastante trabajo de parte de las autoridades para evitar la exportación de totoaba y asegurar las condiciones del Golfo para su desarrollo. Sólo el tiempo nos dirá si este 18 de julio en unos años será una celebración de logro o el día de rendir homenaje a una especie que no se pudo salvar.
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