Salud mental en México: un privilegio del que pocos gozan
En 2024, México sólo destinó el 1.3 % de su presupuesto para atender la salud mental de sus habitantes, mientras que la recomendación internacional es invertir el 5 %.
Esto es un indicador de que no se destina suficiente dinero para implementar los servicios de salud mental que se requieren en la población. Lo preocupante es que el desdén por invertir en este aspecto no es algo nuevo, pues al menos desde 2016, el país ha estado por abajo de ese 5 %.
Panorama después de la COVID-19
Si bien antes de la pandemia por COVID-19 ya existía una gran demanda de servicios de salud mental, tras ella, la necesidad aumentó, no así el presupuesto. De acuerdo con la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), creada en 2022, una de cada cuatro personas en el país presentará algún padecimiento relacionado a la salud mental a lo largo de su vida.
Quienes han tenido la fortuna de recibir un diagnóstico específico de lo que pasa en su mente, es porque están afiliados a un servicio de salud pública como IMSS, ISSSTE o son beneficiarios de la Secretaría de Salud, pero también porque han invertido de manera personal en los múltiples servicios privados de salud mental.
Costos de los servicios de salud mental
Los costos dependerán del servicio que necesiten, pues la consulta en psicoterapia puede ir de un rango de 300 pesos hasta 1500, o incluso más por consulta.
Pero si la persona requiere, además de psicoterapia, apoyo farmacológico, hay que consultar a una persona experta en psiquiatría, cuya consulta puede estar entre mil y dos mil pesos o más. Por supuesto, a este gasto, hay que sumar el gasto en el medicamento, cuyo costo varía si es de patente o si ya lo encuentras como genérico. Estos gastos provocan que el acceso a servicios de salud mental privados sea muy costoso y poca población lo pueda solventar.
Quien tiene derecho a un servicio de salud pública por parte del Estado, a lo que se enfrenta puede ser a que hay pocos especialistas para la demanda. Aunque te puedes llevar la sorpresa de que en tu clínica, la psiquiatría es una de las de menor demanda porque la salud mental, tristemente, no es considerada un servicio prioritario, como por ejemplo atender enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
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Instituciones que brindan el servicio de salud mental gratuito
Si no cuentas con IMSS o ISSSTE, están las opciones que ofrece la Secretaría de Salud a toda la población. La Conasama cuenta con 341 Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones en las 32 entidades federativas del país. Además, ofrece cuatro Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones con servicios especializados en la Ciudad de México y Hospitales Psiquiátricos con servicios ambulatorios, hospitalización de estancia corta y urgencias.
Tener en cuenta estos datos no está de más porque en México 36 % de la población vive depresión, trastorno de ansiedad o trastorno alimentario. Dichos datos provienen de una encuesta realizada por la compañía de seguros alemana AXA, publicados en su Informe de Salud Mental 2024.
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Factores adversos a la salud mental
Además de las dificultades de la vida diaria, quienes tienen un trastorno mental, pueden enfrentar una policrisis, es decir, una vivencia crítica por preocupaciones que en realidad no puede controlar de manera inmediata ni en lo individual: el aumento de la inflación, la crisis del coste de la vida, el cambio climático y las tensiones geopolíticas. ¿A ti te preocupa algo de esto? ¿Te suena? ¡No dudes en buscar ayuda!
A nivel individual, el Índice de Salud Mental 2024 muestra que las preocupaciones financieras y la soledad son las principales causas de inquietud. Sin embargo, el consumo de drogas ilícitas o lícitas, como el alcohol, es un factor que afecta la salud mental tanto de quien las consume como de quienes viven a su alrededor.
Considerando a la persona “México” con la que abrimos este texto, el siguiente dato le pondría en riesgo de empezar a generar ideas suicidas al no ver opciones que le indiquen que puede mejorar su salud mental: en el país existen sólo alrededor de 4600 psiquiatras y tendríamos que contar con alrededor de doce mil para atender las demanda.
De esos 4600, sólo 1400 trabajan en los servicios públicos de atención, según se expuso en el 8vo. Encuentro de Neurociencias celebrado en Guadalajara en el año 2019, cuando aún no empezaba el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, que después incrementó notablemente la necesidad de atención.
El reto que tiene el país para atender la salud mental es grandísimo. En múltiples foros, encuentros e informes del tema se reconoce la realidad, pero parece que quienes han tomado las decisiones de política pública al respecto no lo han tomado en serio o al menos no ha resultado prioridad.
¿Qué podemos hacer?
Mientras cambia esta realidad, lo que podemos hacer aquí y ahora es implementar medidas de autocuidado. No es sencillo en un mundo tan demandante de productividad de cumplimiento de expectativas, lo sabemos, pero lo que hagas para cuidar tu salud mental, por mínimo que sea, te hará tener una mejor calidad de vida.
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos recomienda:
- 30 minutos de caminata diaria.
- Consumir alimentos saludables. A más alimentos de colores variados en tu plato, más variedad de nutrientes consumes.
- Mínimo duerme 8 horas al día, idealmente siempre a la misma hora.
- Practica una actividad relajante, que te ponga “de buenas”.
- Mantén contacto con los demás. Busca amistades o familiares que puedan ofrecerte apoyo emocional y ayuda práctica.
- Establece metas y prioridades. Hay cosas que pueden esperar.
- Aprecia lo que has logrado al final del día, en lugar de lo que no has podido hacer. Centra tu atención en las cosas positivas. Identifica y cuestiona pensamientos negativos y poco útiles.
- Practica la gratitud recordando diariamente cosas que te hicieron sentir en plenitud, las puedes anotar en una libreta especial o repetir mentalmente.
Acercarse a las instituciones públicas que brindan este servicio puede ser un llamado y recordatorio de que las personas tenemos como derecho a vivir una vida digna y es tarea de las autoridades y sociedad civil a que así sea.
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