Jean-Luc Godard, la Nouvelle Vague y la muerte asistida
El día 13 de septiembre falleció Jean-Luc Godard, uno de los cineastas franceses más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Pionero del movimiento cinematográfico conocido como Nouvelle Vague, Godard llevó el lenguaje audiovisual a otro nivel, uno en el que “hace que el cine piense”, diría el filósofo francés Gilles Deleuze.
Sin embargo, y debido a los logros estilísticos de su producción, la obra de Godard queda relegada a un círculo muy pequeño de espectadores. Por ello, es momento de abrirlo.
Jean-Luc Godard y la Nouvelle Vague
La Nouvelle Vague —traducida al español como “nueva ola”— surgió en 1950 como respuesta tanto a las superproducciones hollywoodenses como al viejo realismo del cine francés. Sus representantes fueron François Truffaut, Claude Chabrol, Eric Rohmer, Alain Resnais y, por supuesto, Jean-Luc Godard, quienes publicaban textos sobre su nueva visión cinematográfica en la revista Cahiers du Cinéma.
La teoría que propusieron estos directores fue llevada a la práctica con películas como Los cuatrocientos golpes (Truffaut, 1959); Hiroshima mon amour (Reisnais, y cuyo guion estuvo a cargo de la escritora Margueritte Duras, emparentada con el nouveau roman, el equivalente en literatura de la Nouvelle Vague); Al final de la escapada (Godard, 1960), entre otras producciones.
Jean-Luc Godard o el cine que piensa
La frase de Deleuze que cité al inicio sintetiza el análisis que realiza sobre el lenguaje cinematográfico de Godard, a la vez que expone parte de su teoría de lo que él denominaba “imagen-movimiento”. Aquí no es el lugar para repasar el pensamiento deleuziano sobre el cine, pero sí es necesario comentar por qué su sentencia es afortunada: “Godard no introduce en el cine un pensamiento mejor o peor, sino que hace que el cine piense, yo creo que por vez primera“.
Si con sus colegas, el lenguaje del cine se convirtió en un espacio de exploración para representar el espacio y el tiempo en función de la historia y de sus temas —El año pasado en Marienbad de Resnais es un gran ejemplo de esto—, con Godard ocurre algo peculiar: las herramientas que utiliza para hacer cine son una reflexión sobre el propio arte y sus límites.
Godard y Adiós al lenguaje (2014)
Para ejemplificar mejor esto, habría que recurrir a su antepenúltima película: Adiós al lenguaje. Es el único largometraje, hasta donde sé, en que recurre a la grabación en 3D. Esta tecnología, llevada al cine, sirvió para proyectar las acciones en un espacio flotante, casi holográfico, como una manera de renovar su capacidad de entretenimiento.
No obstante, Godard recurre a la tecnología 3D para poner a los espectadores en un espacio intermedio entre lo que ocurre con las imágenes-acciones y el discurso hablado de la película. Es decir, si nosotros vivimos el cine como la fusión de discurso hablado y discurso visual, Godard nos enseña a cuestionarnos esta relación (un movimiento opuesto a Avatar (2012) de James Cameron, por ejemplo).
¿Qué películas de Jean-Luc Godard hay que ver?
No importa si te es ajeno el cine de Godard o no, el siguiente listado sirve de introducción a su pensamiento y, a su vez, como pretexto para revisitarlo por el puro gusto. De los 131 filmes que realizó, te recomiendo los siguientes.
Alphaville (1965)
Una de las pocas obras “narrativas” de Godard en la que la trama detectivesca está al mismo nivel de la confección técnica y no se encuentra subsumida por ella.
Masculino-femenino (1966)
Centrada en una pareja parisina, la película se convierte en una exploración sobre la situación social y política de Francia; es decir, en la que el núcleo de personajes es una encarnación de su exterior.
Week-end (1967)
Otra pareja, esta vez burguesa, conspira para poder asesinar al otro y quedarse con su respectivo amante. Cabe destacar que la película es considerada como el final de la Nouvelle Vague.
La muerte asistida de Jean-Luc Godard
En Suiza es legal el suicidio asistido, país donde Godard falleció a sus 91 años. Hasta el momento se desconocen los datos específicos sobre el método al que recurrió, sin embargo, nos hace recordar la famosa cápsula conocida como Sarc, cuyo diseño puede descargarse en casa para imprimirlo con impresora 3D y ensamblarse mediante un instructivo.
@larousse.magazine ¡Otro nivel en la eutanasia! #aprendeentiktok #sarco #escuelatiktok #eutanasialegal
Si bien a nadie se le debe obligar vivir, el hecho de que exista el suicidio asistido cuestiona si es posible que todos puedan acceder a él, si hay condiciones en el sistema de salud de los países para hacerlo, si será una inversión que sólo la gente con dinero puede pagarlo (en cuyo caso sería un privilegio y no un derecho). No obstante, este tema de discusión tendrá que aguardar su momento, pues ahora nos queda rendirle homenaje a Godard y aprender a pensar con él y su obra.
Por Alonzo Caudillo
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