No sólo la especie humana cambia de sexo, también lo hacen estas especies animales
Vivimos en tiempos en que la diversidad sexual en el ser humano se manifiesta con mucha más libertad que antes, pero, aun así, se escuchan voces de rechazo que ocasionalmente se justifican argumentando que son condiciones que van en contra de la naturaleza. Se llega a decir: “¿Acaso los animales cambian de sexo? ¡En la naturaleza sólo hay dos sexos, se nace con uno de ellos y así se vive hasta el final!”. Tales aseveraciones solamente hacen ver que se desconoce mucho de lo que realmente ocurre sobre el cambio de sexo en la naturaleza y sobre la diferencia entre género y sexo.
¿Cómo sabemos que hay especies animales que cambian de sexo?
El cambio de sexo existe en varias especies animales, sobre todo entre los peces, moluscos, medusas, crustáceos, equinodermos y gusanos, pues en ellas cada individuo se concibe con la posibilidad de desarrollarse como macho o hembra.
En estos casos, el nacimiento con los dos sexos está definido por los genes del organismo, pero la influencia del medioambiente determina la expresión anatómica de sólo uno de ellos. Así, factores como la temperatura, la acidez del agua o la disponibilidad de nutrientes generan las modificaciones anatómicas para definir el sexo funcional. A este fenómeno, se le ha llamado “determinismo sexual ambiental” (ESD, del inglés environmental sex determinism).
¿Existe el cambio de sexo en los vertebrados?
En los vertebrados, el ESD sólo está presente en algunos reptiles, como ciertas especies de tortugas, serpientes, lagartijas y cocodrilos.
En estos ejemplos, la determinación del sexo al nacer depende de la temperatura de la incubación y obedece a tres patrones bien definidos:
1. Altas temperaturas
generan hembras y bajas temperaturas generan machos.
2. Altas temperaturas
generan machos y bajas temperaturas generan hembras.
3. Temperaturas extremas
altas o bajas, generan hembras y temperaturas intermedias generan machos.
Los científicos no han logrado comprender por qué apareció la ESD y han presentado varias teorías, como la que favorece la exogamia, es decir, el intercambio de genes entre individuos no emparentados, pero faltan evidencias que las sustenten.
Otros casos de cambio de sexo o ESD
Existe otra posibilidad de diferenciación sexual en algunas especies: se nace macho o se nace hembra y, pasado un tiempo, algunos individuos transforman su organismo para ser del sexo opuesto. Este cambio ocurre debido a características como el cambio de tamaño o la edad del organismo e, incluso, particularidades de la población a la que pertenece.
Aunque se utiliza el término transexualidad en los seres humanos que deciden cambiar de sexo, en el reino animal, estos cambios se conocen como hermafroditismo secuencial.
Hermafroditismo secuencial: el cambio de sexo de las especies animales no humanas
Cabe señalar que el hermafroditismo secuencial no es igual al hermafroditismo, en el que un organismo produce espermatozoides y óvulos al mismo tiempo. Los hermafroditas secuenciales producen óvulos en una etapa de su vida y espermatozoides en otra.
Dentro de este fenómeno, hay cuatro variantes: 1) las hembras cambian a machos (protoginia); 2) los machos cambian a hembras (protandria); 3) las hembras cambian a hermafroditas (hermafroditismo protógino); y 4) los machos cambian a hermafroditas (hermafroditismo protándrico).
Al igual que la ESD, los científicos no tienen claro por qué ha evolucionado el hermafroditismo secuencial. Puede ser una adaptación que facilita la exogamia o quizás el éxito reproductivo depende del tamaño. Esta última afirmación se fundamenta en que, en algunas especies, los organismos de tamaños más pequeños tienen un sexo y al crecer cambian al otro.
Conocer la diversidad sexual en el reino animal es importante
Existen muchos otros ejemplos que demuestran que las expresiones de la sexualidad en el reino animal no solamente consisten en la aparición de un sexo u otro, sin las posibilidades de cambios.
En cuanto a las conductas relacionadas con la sexualidad, también se pueden encontrar muchos ejemplos de variaciones que no sólo se refieren al apareamiento entre un macho y una hembra para la procreación, pues se ha observado también una constante conducta homosexual o bisexual en diferentes porcentajes de individuos en muy diversas especies.
Conocer más a fondo estos cambios de sexo puede hacernos comprender mejor la diversidad sexual existente en el ser humano y, así, eliminar el rechazo o escandalizarnos ante quienes son diferentes en su elección o definición sexual y de género.
Por Gabriel Calderón
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