La mitología del vampirismo en las culturas prehispánicas mexicanas

Como el Pegaso o las sirenas, los vampiros se han vuelto familiares a causa de convivir con ellos: su vigencia en el inconsciente colectivo es una necesidad que evidencias en contra no pueden combatir.  

 Vicente Quirarte  

Los vampiros y el vampirismo en México han tenido presencia en distintas culturas prehispánicas. Temidos a lo largo del país, estos seres han protagonizado una serie de creencias en los pueblos indígenas, en los relatos de la época colonial y, en décadas pasadas, en películas mexicanas como el Santo contra las mujeres vampiro. Descubre el misterio que encierra el vampirismo en las historias de distintos lugares del país que creían en la existencia de seres chupasangre.   

El rastreo del vampirismo en las prácticas prehispánicas 

Al tratarse de uno de los seres más recurrentes del cine y la literatura actual, vale la pena señalar que, aunque su origen es asociado tradicionalmente al concepto filtrado por el folclore europeo (véase esta colección de relatos), México no es ajeno al tratamiento del tema desde épocas previas a la Colonia. Incluso debemos considerar que nuestra tradición cultural aportó figuras escalofriantes al imaginario de las artes, como la Llorona y el Nahual.   

La presencia del vampirismo en nuestra tradición cultural es remota. No se trata de un mito traído por los europeos, sino que es posible rastrearla en el imaginario de algunas culturas prehispánicas, lo cual nos permitiría explicar la fascinación que se tiene en México por los seres hematófagos (que se alimentan de sangre). Verbigracia, los dioses que requerían de sacrificios de sangre representan una forma de vampirismo de la cual estamos bien informados por la mitología prehispánica.   

La asociación europea del vampirismo  

Por otra parte, para los europeos la llegada al Nuevo Mundo implicó el descubrimiento de nuevos paisajes y fauna asombrosa que de inmediato asociaron a las maravillas que habían leído o conocían por la literatura clásica y medieval. Los primeros cronistas daban cuenta de hallazgos que les resultan sorprendentes, por ejemplo, Gonzalo Fernández de Oviedo describió en su Bestiario de Indias una diversidad de animales que, aunque en su mayoría son reales, exageró en muchas de sus descripciones. No obstante, resalta el hecho de que al describir algunos tipos de murciélagos que se alimentaban de sangre, de inmediato los clasificó como “vampiros”. 

Es casi seguro que la descripción de Oviedo se refiera a un tipo de murciélago hematófago denominado “Desmodus rotundus” y que curiosamente se trata de una especie endémica de América. Por tanto, podríamos pensar que la asociación del vampiro personaje con el animal real fue muy tardía en la tradición del vampirismo y añadida después durante la Colonia. 

Los seres mitológicos del vampirismo en México: tlahuelpuchi y Camazto 

En el caso de las culturas prehispánicas encontramos manifestaciones relacionadas con la tradición del vampirismo. Tenemos en las culturas maya y zapoteca la figura del dios murciélago Camazotz, que está asociado siempre con la noche, la muerte y la enfermedad, pero también con la vida, pues se le adjudicaba el poder de curar todo mal. Se cree que su presencia entre las diferentes culturas se debe, en parte, a la existencia del murciélago gigante “Desmodus Draculae” (especie actualmente extinta). 

Asimismo, encontramos en la región de Tlaxcala un ser que tiene mayores coincidencias con el arquetipo del vampiro: Tlahuelpuchi, cuyo nombre proviene del náhuatl y significa sahumador luminoso. Las tlahuelpuchis eran las terribles mujeres vampiro que se alimentaban de la sangre de los bebés hasta quitarles la vida. En el pasado se les culpaba de lo que hoy conocemos como el síndrome de la muerte de cuna o muerte blanca.  

@quetza_xoch

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Las tlahuelpuchis usan la noche y la niebla para desplazarse con mayor libertad y tienen el poder de transformarse en animales. Se cree que, originalmente, eran nahuales: mujeres bendecidas por los dioses a quienes les fueron otorgados dones especiales. Después, debido a su gusto por alimentarse de sangre, la gente las comparó con vampiras. Sin embargo, a pesar de los siglos transcurridos, los locales no han dejado de temerles. 

Así que la próxima vez que disfrutes de una buena película de vampiros no pienses que sólo viven en los países europeos o anglosajones, sino que aquí también tenemos dos claros ejemplos de estos seres. La siniestra figura del vampiro se ha transformado en un personaje de leyenda dentro de la cultura popular (más allá de Batman, claro). Este ser sobrenatural posee realmente la capacidad de inmortalizarse, pues lo ha hecho sin ningún problema a lo largo de siglos y siglos de existencia. El vampiro revive en cada nuevo relato, película o serie que hablan de él, ése es el secreto de su inmortalidad.   

 Por David Jiménez Ixta