¿Qué genes de los padres deciden sobre nuestro sexo y características?
Algo curioso que ocurre en algún momento de nuestra vida es preguntarnos qué características físicas sacamos de nuestra madre y nuestro padre. En el caso de los hombres, puede ser el tamaño del pene; en el caso de las mujeres, el tamaño de las caderas o senos; y, en casos más generales, la nariz, la barbilla o los ojos. Esto se debe a los genes, claro, pero, principalmente, ¡a los genes maternos!
Entonces, ¿cómo funciona la herencia genética?
Bueno, el padre es el que determina el sexo de un individuo. Todos los ovarios son cromosoma X en el par 23; mientras que los espermatozoides pueden ser X o Y. Cuando se une un espermatozoide X a un óvulo, el individuo será XX (mujer, desde una visión binaria); y cuando se une un espermatozoide Y a un óvulo, el individuo será XY (hombre, desde una visión binaria). De esto, resulta que el tamaño del pene, por ejemplo, lo determina la madre. ¡Así es!, los genes responsables del tamaño están alojados en el cromosoma X.
Desde finales de la década de 1990, se identificó que los genes HoxD y HoxA están implicados en el desarrollo y crecimiento de las extremidades y el pene. Estos genes pertenecen a un grupo de genes llamados genes homeóticos, cuya función consiste en regular el crecimiento y desarrollo de las diversas estructuras de un individuo.
Ojos “pizpiretos”
Es importante que sepas que no todos los rasgos se heredan de la misma manera; existen muchos mecanismos y, ahora que hemos resuelto la incógnita inicial, veamos otro ejemplo de lo compleja que puede ser la herencia.
Durante muchos años, se creyó que dos personas con ojos azules no podían tener hijos con ojos oscuros, debido a que se consideraba que el color oscuro en los ojos era dominante con respecto al azul. Sin embargo, se sabe que, de manera poco común, padres con ojos azules tienen hijos con ojos oscuros. A ver, a ver, ¿qué pasó?
El color de los ojos se debe a la presencia de melanina y a unas fibras de una proteína llamada colágeno blanco. La combinación de ambas da diferentes colores de ojos. Por ejemplo, a una mayor cantidad de melanina en un ojo, menor será la claridad de las fibras de colágeno blanco; por otro lado, a menor pigmento, tendremos ojos más claros, como los ojos azules. Sólo que hay que aclarar que no obtenemos el color azul meramente por el pigmento, sino que son las fibras las que dispersan la luz de tal manera que nosotros percibimos el iris como si fuese azul.
La complejidad de las variantes genéticas
Como ya mencionamos, se pensaba que el color de los ojos dependía de un solo gen (carácter monogénico) y seguía un patrón de herencia en donde el color oscuro era dominante sobre el claro. Actualmente, se sabe que el color de los ojos depende de manera directa de dos genes, OCA2 y HERC2. Estos genes regulan la maduración de melanosomas, que son unas estructuras que producen los melanocitos para sintetizar y almacenar la melanina.
En resumen, el color de ojos de una persona se puede predecir por el color de ojos de sus padres y otros parientes, sin embargo, existen muchas variantes genéticas que pueden dar resultados muy diferentes a los esperados, por lo que es posible que padres con ojos azules tengan hijos con ojos oscuros.
Este tipo de fenómenos son parte del campo de estudio de la genética, área que avanza cada vez más y que nos ayuda a entender cómo se transmiten las características de padres a hijos.
Por Gildardo Velasquillo.
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