¿Qué problemas ha generado la pandemia a nuestro medioambiente?
La relación entre la pandemia por COVID-19 y el medioambiente es un tema de gran importancia por los efectos que ha causado a escala mundial en lo sanitario, en lo ambiental, en lo económico y aun en lo político. Este evento ha supuesto un desafío en el cual —sobre todo al inicio de la pandemia— se priorizó la contención de los contagios por encima de cuestiones como el manejo de residuos, lo que representa graves problemas ambientales y sanitarios. Sin embargo, no todo es negativo: también ayudó al ambiente a disminuir el CO2 durante las primeras semanas de confinamiento y permitió la aparición inusual de especies, como la de delfines en Venecia.
No obstante, el informe más reciente de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) ha expuesto que los efectos de esta emergencia sanitaria aumentaron el consumo de los equipos de protección personal desechables, como cubrebocas, caretas, desinfectante de manos, pruebas rápidas, vacunas, entre otros productos que se volvieron de uso indispensable y cuyo deshecho irresponsable incrementó la cantidad de residuos sólidos en el ambiente.
Aunado a lo anterior, la cantidad de plástico y empaques de un sólo uso aumentó con la demanda de servicios de comida a domicilio, debido a las restricciones para la apertura de restaurantes, lo que representa un desafío que debe ser enfrentado con cambios masivos en la forma en que hacemos uso de los recursos naturales.
¿Qué pasa con los equipos de protección personal?
Un estudio retomado por las Naciones Unidas revela que si la población mundial utilizara la misma cantidad de cubrebocas y guantes que se utilizaron en Italia en el segundo trimestre de 2020, al mes se habrían consumido cerca de 130 mil millones de cubrebocas en todo el mundo. Y de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre SARS-CoV-2, que se levantó en 2020, el uso de cubrebocas ha sido la medida de prevención más utilizada en México: de un universo de mil personas entrevistadas, más de 70 % lo utiliza.
A esta impresionante cifra se suma el inadecuado manejo de desechos, puesto que se estima que la degradación de mascarillas quirúrgicas tarda entre 300 y 400 años, ya que están elaboradas a base de fibras sintéticas muy resistentes.
Si los cubrebocas son entregados al servicio de limpia, su destino son los rellenos sanitarios, junto con los residuos sólidos que se generan día a día en el país. Sin embargo, de no ser depositadas adecuadamente, su destino serán barrancas, ríos, drenajes y mares, y sus efectos se traducirán en una importante fuente de contaminación ambiental.
En este contexto, resulta prioritario considerar que menos de 10 % de los plásticos que se han utilizado durante la pandemia serán reciclados, y más de 70 % terminarán su vida útil en vertederos o en el medioambiente. Además, habrá que tomar en cuenta que los plásticos no son asimilados mediante procesos biológicos y que, en cambio, liberan contaminantes durante su descomposición en partes más pequeñas, favoreciendo la acumulación y permanencia de toxinas y microplásticos en el medioambiente.
Lo expuesto hasta el momento hace referencia a la generación de desechos de material de protección, sin embargo, también es de considerar la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se relacionan con su fabricación y transporte; por ejemplo, de acuerdo con el informe de la AEMA, en el caso de los cubrebocas de un solo uso, las emisiones de dióxido de carbono durante estas dos etapas oscilan entre 10 y 33 toneladas de CO2 por tonelada de cubrebocas, en función del material que se usa.
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No todo está perdido
No todo el impacto ambiental de la pandemia ha sido negativo: los datos más recientes publicados por la NASA apuntan a que en los últimos dos años se ha generado la mayor disminución histórica en la emisión de CO2 de la que se tiene registro. Sin embargo, para que esta carga contaminante hacia el planeta tenga una disminución notable en la atmósfera, se debe mantener una reducción constante al menos de 10 % a escala global. Por esta razón, el efecto positivo de la pandemia en el planeta depende de las decisiones que se tomen una vez superada la crisis sanitaria, ya que se corre el riesgo de volver a los niveles de contaminación previos a la pandemia, conforme las medidas de confinamiento se vayan relajando.
En este sentido, cabe repensar la pandemia como una oportunidad para cambiar de hábitos y modificar nuestro comportamiento de consumo para dirigirlo hacia uno más sostenible.
Por: Gabriela Sánchez Figueroa
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